Año 2 • No. 58 • abril 22 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Un Testimonio
Alfredo Ripstein
 

Desde que leí la novela por primera vez, la vi hecha una película, pues su riqueza dramática me parecía irresistible para ser traducida en imágenes. Otilia Rauda se merecía la oportunidad de ser plasmada en la pantalla, al igual que otras de mis películas basadas en libros: El callejón de los milagros, Principio y fin, y ahora, Otilia Rauda.

Siempre pensé que la película debía ser filmada en Veracruz. Fue precisamente aquí donde Sergio Galindo desarrolló la historia de Otilia Rauda. La búsqueda de las locaciones fue difícil y ardua, pero valió la pena, pues los lugares que encontramos resultaron perfectos.

Hace varios años, entregué una cantidad de películas a la Universidad Veracruzana para que organizara su filmoteca. Hoy me da mucha satisfacción saber que esa semilla que plantamos ha sido bien regada, y ahora es una de las más importantes del país. No obstante, sigo y seguiré detrás de esta filmoteca toda mi vida para que continúe desarrollándose.

El proyecto de Otilia Rauda no fue fácil de realizar. Nos llevó más de tres años de preparación, adaptando un historia que no se dejaba. Parecía que tenía un carácter propio y no se conformaba con cualquier cosa, al igual que el personaje principal.

El 12 de junio del 2000 se inició por fin la tarea que me propuse tanto tiempo atrás. Estábamos filmando Otilia Rauda en locaciones naturales del estado de Veracruz: Cerro de León, San Agustín Tenextepec y, finalmente, Xalapa. Con un clima cruel, durante ocho semanas estuvimos juntos más de cien personas trabajando para convertir en realidad un sueño que nació mientras leía esa maravillosa novela de Sergio Galindo.

Me da mucho gusto que la Universidad Veracruzana haya sido copartícipe de esta película. En pocos años, sin duda, se hablará de ella como una producción que, para entonces, habrá dejado huella en el cine mexicano.