De la escritura como cuerpo

Sin duda, la expresión fragmentaria ha abierto nuevas vetas de exploración en todas las artes, ya que su ruptura con los esquemas lógicos (espacio-tiempo) ofrece la posibilidad de integrar temas diversos y, a través de sus elementos, emerge una realidad dislocada, donde el peso recae no sólo en lo que se dice, sino también en cómo se dice. La instauración de ese aparente caos hace que el receptor de cualquier obra estética se involucre en el discurso del autor, participando activamente en la configuración del sentido, abierto a múltiples “lecturas”. Esta es la intención con que Gabriel Bernal Granados elabora su libro Partituras, publicado por la Universidad Veracruzana en su colección Ficción Breve, ya que vierte una serie de reflexiones sobre el sentido, ritmo y sintaxis de las palabras; el acto de la escritura y la lectura; el sueño, la memoria, el deseo, la presencia del otro; el acto amoroso, la falsedad, el libro, la página en blanco y fragmentos de crítica. Por su concisión y brevedad, dichos cuestionamientos se asemejan al aforismo; sin embargo, a decir del autor, la intención de estas partituras “obedece más al rumbo de una pequeña orquestación sinfónica, una suite sobre el tema ambiguo de la sexualidad y la palabra”; en pro de tal afán, cita obras de Sade, Edgar Allan Poe, James Joyce, Borges y Salvador Elizondo. Acerca de la estructura fragmentaria de su discurso, Bernal Granados apunta: “El libro en sí
–como artefacto y como unción– no ha dejado de ser una herramienta subversiva. Todavía es posible formular en su interior los pensamientos más descabellados, las situaciones menos ordinarias y las soluciones más exquisitas a los problemas más complejos. La sobriedad y la falta de mesura, el desenfreno y la paciencia, la liviandad y el goce más contemplativo, todo ello puede concurrir en las palpitaciones de la página. Son éstas el hilo conductor, el alimento de toda pericia narrativa”.


Un homenaje a la palabra de un hombre...

El número 120 de La Palabra y el Hombre –publicación ya emblemática de la Universidad Veracruzana– recopila los textos que, con motivo del homenaje a Augusto Monterroso, organizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la uv, leyeran Sergio Pitol, Jorge Ruffinelli, Wilfrido H. Corral, Margo Glantz y Mario Muñoz, entre otros, al igual que la lectura ofrecida por el Premio Príncipe de Asturias 2000, de la que emana la brevedad, concisión y rigor intelectual que han convertido a este autor en uno de los pilares de las letras hispanoamericanas. Los contenidos de la revista se enriquecen con colaboraciones sobre el significado del destino, la negativa influencia de la estructura del inglés en el español de México, el concepto de solidaridad civil en el pensamiento de Rousseau, y la idea del retorno en dos literaturas inmigrantes: la chicana y la que producen en España los escritores magrebíes. Ángel José Fernández comenta la edición crítica de El Zarco, elaborada por Manuel Sol Tlachi; Beatriz Rodríguez Villafuerte reflexiona sobre la conquista española desde la perspectiva del “encuentro con el otro”, y David Carbajal López ofrece el escrito “De la construcción a la contrición o la huida del diablo”, con el que obtuvo el tercer lugar del Premio al Estudiante Universitario 2001, en la categoría de ensayo humanístico. Además, aparecen poemas de Margarito Cuéllar y Camila Krauss, y creación literaria de Enrique Alfaro y Gabriela Moya. En la sección de reseñas participan Gabriela Moya, Arturo García-Niño, Edith Negrín y Jorge Brash.

** En Xalapa, estas publicaciones se encuentran a la venta en el Servicio Bibliográfico Universitario (Xalapeños Ilustres 37), la Editorial de la uv (Juan de la Barrera 209) y en La Taberna Cultural (Honorio Rodríguez 43, frente a Humanidades).