A través del Seminario Metamorfosis de la Sátira
IIL-L reconoció aportes de Enrique Serna a la literatura mexicana
Estudiantes analizaron la obra del homenajeado |
El escritor presentó La doble vida de Jesús |
Karina de la Paz Reyes, Paola Cortés y Claudia Peralta
El Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) realizó el Seminario Metamorfosis de la Sátira, dedicado al escritor Enrique Serna, con diversas actividades que se desarrollaron del 23 al 27 de marzo, con la participación de alumnos y académicos, así como del propio autor de Fruta verde.
El novelista charló con estudiantes, docentes universitarios y público en general, en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades, donde presentó su más reciente novela La doble vida de Jesús, el martes 24.
Serna señaló que la tolerancia a los actos de corrupción por parte de la sociedad mexicana ha ocasionado las atrocidades, el horror y el desastre delincuencial que se vive en el país. Agregó que la moral dominante tiende a condenar con más rigor las faltas relacionadas con lo familiar o privado, que las vinculadas con lo público o cívico.
“Pareciera que existe una especie de aprobación tácita a la corrupción, esto es lo que nos está llevando a este horror y desastre delincuencial. ”
Este tipo de peccata minuta (pecados veniales) es lo que nos ha conducido a atrocidades como las ocurridas en Iguala, Guerrero, donde llegó a haber un alcalde lacayo de los capos del crimen organizado en esa región. Como éste hay muchos ejemplos en el país.”
Fue esta realidad mexicana la que lo inspiró para escribir La doble vida de Jesús, que describió como un híbrido entre la novela negra y política.
“Hay siempre situaciones impredecibles, golpes dramáticos, sorpresas, etcétera”, comentó a los asistentes que abarrotaron el Salón Azul para escucharlo.
Admitió que durante un periodo prolongado estuvo en la “literatura evasiva de la realidad mexicana contemporánea”, así lo demuestran sus últimos libros Fruta verde y La sangre erguida, novelas que calificó de intimistas.
Pero fue la psicosis de inseguridad, la descomposición social, la tragedia delincuencial que se ha vivido en México desde hace 10 años, lo que lo llevó a escribir esta novela que tiene más parecido con el género literario de los títulos de su primera época –Uno soñaba que era rey y El miedo a los animales–, pero con un contenido político más explícito y evidente.
El protagonista de La doble vida de Jesús es Jesús Pastrana, síndico del ayuntamiento de Cuernavaca, Morelos, político intachable con aspiraciones a gobernar el municipio donde vive, quien además se ha encargado de vigilar los ingresos y egresos del gobierno municipal con tal escrúpulo que sus compañeros de trabajo lo llaman “El sacristán”.
El también ensayista detalló que le llevó un año escribir la obra, ya que no tuvo que realizar un trabajo previo de investigación, pues fue inspirado por algunos hechos de la realidad mexicana, como lo acontecido en el estado de Michoacán. Víctor Hugo Vázquez Rentería, presentador de la novela, apuntó que la destreza narrativa que desarrolla Enrique Serna es uno de los baluartes de La doble vida de Jesús.
Otra característica a resaltar, indicó, es la riqueza de voces que se ocupa de configurar dos historias: la de una pasión intensa y oculta entre un político cabal y un travesti –más bien atascado–; y la de la violencia social que vive Cuernavaca, ciudad donde vive el personaje principal.
“Ambas historias irán disputándose la primacía en la novela”. La literatura sacude conciencias Como parte del seminario se realizó una mesa de ponencias con estudiantes de la Facultad de Letras Españolas, en la que participaron Cinthia Campomanes Mejía, Itzel Bruno, Magda Ivette Moreno Morales y Zyanya Arrieta Gerón como moderadora.
Campomanes Mejía expuso “La ternura caníbal o las delicias de la ira”; según ella, este libro de relatos nos dice qué es lo que no hay que hacer en las relaciones de pareja, entre otras cosas.
“Cuántos de nosotros no hemos mentido a nuestros padres, por ejemplo, con tal de conseguir algún permiso o algo de dinero. El chantaje que mejor funciona es la ternura, pues uno se vuelve inofensivo, afable y en tal situación se le otorga de nuevo el poder a la persona que concede; ser tierno, entonces, sirve para demostrar que no haremos daño al otro, pues al ser todo dulzura cómo podríamos lastimar. Pues de esas mañas se sirven los personajes de Serna para comerse a su presa”, explicó.
Itzel Bruno expuso “La soberbia intelectual o la locura intrascendente”, basado en la obra Genealogía de la soberbia intelectual.
“Todo depende y vale de la perspectiva con la que se mire: se puede colocar una caja de zapatos vacía y venderla como arte, o colocar excremento en unas latas y titularlo ‘Mierda del artista’ ”, comentó. En tanto, Magda Ivette desarrolló la ponencia “El orgasmógrafo: una poética de la ironía humana”.
Explicó que se trata del segundo volumen de cuentos de Serna, cuya temática está ceñida a la contradicción humana. Detalló que los protagonistas de las historias son una escritora novata, uno consagrado, un comediante de televisión, un director de telenovelas, un oficinista burócrata, una revolucionaria y un transexual, quienes “comparten un rasgo en común: son seres henchidos de anhelos, aspiraciones e ideales que, o bien fracasan en su camino a realizarlos, o los alcanzan momentáneamente para luego perderlos”.
Fruta verde, El miedo a los animales y Amores de segunda mano Estudiantes de posgrado del IIL-L reconocieron el aporte del escritor Enrique Serna a la literatura mexicanas, a través del análisis de sus obras Fruta verde, El miedo a los animales y Amores de segunda mano. Alejandro Solano Villanueva, alumno de la Maestría en Literatura Mexicana, mencionó que Fruta verde es, para algunos críticos, un texto intimista de altos vuelos autobiográficos.
Señaló que el propio autor en diversas entrevistas ha declarado que esta lectura es posible, en tanto que toma como inspiración sus propias experiencias pero no deja de anotar que se trata de una novela, es decir, los personajes pueden corresponder por casualidad o voluntariamente con series del mundo real.
Fruta verde ofrece una perspectiva ambigua, dijo, porque no es posible ser una máquina moral al estar parado frente al abismo y sentir la necesidad de arrojarse. El universitario, quien ha publicado artículos académicos, reseñas críticas, ensayos literarios, poesía y cuentos en libros especializados y revistas literarias, relató que en esta obra los personajes comparten un mismo código moral pero su diferencia ética, la manera como asumen, interpretan y luchan con esos valores, puede volverse en una alegoría de una sociedad diversificada que insistimos ver de manera monocromática.
En tanto, Marlene Gutiérrez García, quien también cursa la maestría, se abocó al cuento Amores de segunda mano, editado por la UV en 1991: “Plasma personajes que nos hablan de nuestro lado oscuro, de nuestras bajas pasiones, de lo que cuesta trabajo hablar en público, perversiones, fantasías torcidas, vicios, sexualidades emergentes, bisexuales, asexuales, y todo a través de la crueldad”.
Marlene, quien estudió Lengua y Literatura Hispánica en la UV, subrayó que Amores de segunda mano aborda la historia de una vieja pareja formada por un ex homosexual y una bailarina, quienes al montar un show de sexo en el escenario, terminan deseándose y enamorándose, y al cabo del tiempo se dan cuenta que necesitan exhibirse no sólo para lograr el acto sexual sino para continuar como pareja.
Agregó que los mundos narrados en estos cuentos y relatos son los de la desgracia ajena, ya que aglutinan una serie de situaciones, perjuicios y hechos patéticos que hablan de distintos sectores sociales. Su afán radica en analizar microscópicamente la cotidianidad humana, donde lo anormal se admite como usual.
Por último, Juan Carlos García, maestro en Literatura Mexicana por la UV y estudiante del Doctorado en Literatura Hispanoamericana, resumió la obra El miedo a los animales, publicada por Serna en 1995, donde se aprecian rasgos de la novela negra y la sátira.
Se trata de las peripecias de Evaristo Reyes, ex reportero de la nota roja y auxiliar de la policía judicial, perseguido por su jefe (el comandante Maitorena) mientras intenta descubrir al verdadero asesino de un escritor a quien intentó proteger y cuyo crimen le atribuyen.
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