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Año 14 • 610 • Septiembre 7 de 2015 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Obesidad y trastornos asociados “quemaron” el bono demográfico

David Sandoval Rodríguez

La obesidad y el sobrepeso provocarán que el bono demográfico –la mayor concentración de individuos en edad productiva– que debería registrar México en 2030, sea mermado por enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, declaró Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.


El investigador Abelardo Ávila Curiel

El especialista participó en el lanzamiento de la campaña “A quitarnos un kilo de encima, la familia y la UV nos necesitan”, iniciativa de la Secretaría de Administración y Finanzas (SAF) y el Sistema de Atención Integral a la Salud de la Universidad Veracruzana (SAISUV).

“El bono demográfico que deberíamos cobrar hacia 2030, es decir, cuando la población en edad productiva sea la mayor proporción, ese bono ya nos lo quemamos”, planteó Ávila Curiel al precisar que “el golpe epidemiológico del sobrepeso y obesidad que engendramos desde finales del siglo pasado sucederá hacia el año 2030.

”Nos falta recibir lo peor, porque ese golpe dará en la población actualmente compuesta por niños cuando entren a su edad productiva; es decir, diabéticos de 20 años que no podrán incorporarse al mercado de trabajo porque no estarán sanos, y si logran hacerlo su productividad no podrá compensar su demanda de gastos en salud.”

Explicó que en 1999 cundió la alerta en el sistema de salud nacional cuando se observó que en sólo una década se duplicaron el sobrepeso y la obesidad, por ello desde 2006 se crearon políticas públicas para enfrentar el problema.

“Casi 10 años después todas esas medidas no han funcionado, es decir, no hemos podido bajar la prevalencia de obesidad, al contrario, se ha incrementado.”

Para enfrentar este problema “debemos reconocer que hemos hecho mal las cosas, de lo contrario seguiremos haciendo lo mismo y vamos a esperar resultados distintos”, aseveró.

Al analizar la información, los especialistas se dieron cuenta de que existe un proceso de polarización: la población del medio urbano subía de peso, mientras que en la población rural aumentaba la desnutrición.

En el análisis encontraron también que la prevalencia de obesidad en las personas con 50 años o más caía drásticamente, pero ello no era consecuencia de que comenzaran a hacer ejercicio, “sino porque los no obesos tienen una mortalidad muchas veces mayor, incluso bajo un modelo todavía clásico en el que la diabetes ocurre después de los 50 años, pero ahora estamos encontrando que la diabetes ocurre desde las primeras etapas del individuo”.

La enfermedad deja de ser un problema en edad post-productiva porque se manifiesta en edad productiva, se convierte en “una epidemia mortal, progresiva, costosa, dolorosa y socialmente grave, el país se destruye”, puntualizó el ponente.

Con base en un censo de peso y talla realizado en 2009 con niños de escuelas primarias públicas en el Estado de México, se encontró que las escuelas se habían “convertido en una fábrica de obesos; todo el sistema educativo tenía como única oferta alimento chatarra de alta densidad calórica, en ninguna había agua potable, sólo soluciones azucaradas”.

Efectuaron análisis clínicos a los niños y encontraron hipertensión, lipidemias, hiperinsulinismo, así como la presencia de síndrome metabólico entre los alumnos de cuarto, quinto y sexto grado.

“Sin embargo, seguimos teniendo problemas gravísimos de desnutrición infantil en las mismas comunidades que hace 50 o 500 años; sigue habiendo pobreza extrema en la misma magnitud, quizá con menor proporción.”