Catedrático de la Universidad de Málaga
No somos libres pero podríamos serlo menos: Antonio Diéguez
José Agustín Castellanos
Antonio Diéguez Lucena, catedrático de Lógica y Filosofía de la ciencia en la Universidad de Málaga, visitó en fechas recientes la Universidad Veracruzana (UV), donde impartió la ponencia "No somos libres, pero podríamos serlo menos", durante la cual realizó un recorrido sobre discusiones relativas al origen y cuestionamiento de las acciones, la tecnología y el mejoramiento moral, temas abordados desde los conceptos del bien y el mal. |
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El científico compartió con Universo algunas nociones sobre
el libre albedrío y su relación
con el determinismo.
¿Qué discusión surge entre el determinismo y libre albedrío?
Si uno acepta la concepción física del mundo –característica de la ciencia moderna–, nuestro universo obedece leyes deterministas, leyes universales que establecen una concepción necesaria entre causa-efecto, y que plantean que determinada causa siempre producirá el mismo efecto. En ese sentido, el hecho de vivir en un universo determinista, donde se busca encajar la idea de la acción humana y obedeciendo a una causa abierta a diferentes resultados posibles, para muchos autores resulta una concepción incompatible a partir de la física moderna y el concepto de libertad.
¿Nuestra conducta es determinada socialmente?
No está completamente determinada, el determinismo
físico es problemático pero mucho menos que el determinismo sociológico; la prueba es que en el mismo ambiente social puedes
encontrar a personas diferentes.
Si la sociedad estableciera nuestras acciones en contextos similares, todos haríamos las mismas cosas. Otra cuestión es
que los factores sociales influyen
en nuestra conducta
y que hay ciertos elementos
con un enorme peso como
la educación, experiencias,
etcétera, pero definitivamente
no son determinantes.
En ese sentido, ¿el libre albedrío
es individual o colectivo?
La libertad depende de las posibilidades, ésta aumenta
con la capacidad de resumen
y de análisis, diferente en cada individuo. Responde a ciertos parámetros sociales pero
su naturaleza definitivamente
es individual.
¿Cómo afecta la ética
al libre albedrío?
Indiscutiblemente la ética
rodea la libertad y, como lo he mencionado repetidamente, todos los efectos que puedan tener técnicas como la biotecnología sobre la sociedad actual, sobre los seres vivos
y las implicaciones a futuro, deben ser analizadas, siempre caso por caso.
¿Se puede realizar una valoración totalitaria respecto al desarrollo
de la biotecnología?
Es muy difícil generalizar y dar un criterio que valga para todo. Yo siempre huyo de las condenas generales tanto como de los
aplausos, siempre hay que analizar valorando pros y contras, siempre caso por caso.
¿A qué se refiere el
mejoramiento moral?
Se refiere a la elevación de la conciencia social y que es de
mayor prioridad que el hecho
de ser "libres", puesto que
nos haría sensatos de nuestro
actuar. Muchos autores consideran
necesario el desarrollo de
una moral para posteriormente
abordar el concepto
de libertad.
¿Bajo qué parámetro se
juzga lo moral?
No es más que una valoración de los actos en la cual salen a relucir parámetros sobre el tipo de ideas filosóficas y políticas que se encuentran detrás de quien está juzgando la "moralidad".
¿Qué relación existe entre la moral y el libre albedrío?
Hay restos del viejo humanismo que buscaba en el ser humano la excelencia, pero por otra parte cierto pesimismo posmoderno que lo considera inalcanzable mediante los métodos tradicionales como la educación, la cultura, la lectura, etcétera, y por lo tanto sólo busca recurrir a la biotecnología. Definitivamente es una posición que debemos tener en cuenta y pensar, sin embargo encierra una visión ingenua y pesimista del ser humano, la cual pondría en tela de juicio el concepto de libre albedrío.
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