No hacerlo incrementará los problemas ambientales
Biólogos urgen a conservar las áreas verdes de Xalapa
En cuatro hectáreas de bosque, universitarios encontraron más de 100 especies de aves
Edith Escalón portilla
Estudios demográficos, urbanísticos, ecológicos
y sociales de la Universidad Veracruzana (UV) y otras instituciones* han advertido desde hace 10 años del deterioro
de la calidad de
vida en Xalapa y sus municipios conurbados.
Miles de casas de vivienda popular, fraccionamientos, nuevos centros comerciales, complejos de oficinas de gobierno, avenidas, colonias marginales… la mancha urbana devora cada vez más áreas verdes en la capital de Veracruz, entre ellas los últimos relictos de bosque de niebla y cafetales que quedan en la capital. |
|
Las consecuencias de urbanizar las áreas que ofrecen infiltración y captación de agua, humedad, biodiversidad y bienestar a una ciudad como ésta –con su topografía, clima, crecimiento poblacional, saturación vehicular– sólo aumentan los problemas de
la ciudad.
Hoy, un grupo de biólogos del Instituto de Investigaciones Forestales (Inifor) de la UV alerta nuevamente sobre la necesidad de disminuir los impactos negativos de la urbanización, y demuestra, con ejemplos científicos concretos, por qué conservar los "pulmones" de Xalapa pasó de ser importante, a ser urgente.
El caos urbano en seis décadas
Hasta 1950, Xalapa tenía la estructura urbana de la época colonial. Un pueblo, eso
era, con callejones empedrados y unas cuantas manzanas en lo que sigue siendo hasta hoy la zona centro de la ciudad.
Para 1980, la migración rural había aportado más de 100 mil nuevos habitantes, lo
que incrementó 2.6 veces la población y triplicó la extensión del área urbana. A finales de esa década se constituyó oficialmente la zona conurbada con los municipios de Banderilla, Coatepec, Emiliano Zapata y Tlalnelhuayocan, alimentada por el crecimiento de asentamientos en los
límites intermunicipales. |
El equipo de trabajo |
A pesar de su expansión, a principios de los noventa Xalapa era líder nacional en metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Pero su transformación, cada vez más agresiva, rápidamente convirtió a la ciudad en una especie de archipiélago alrededor de la ciudad central.
La política habitacional tuvo mucho que ver. Antes era usual la autoconstrucción hecha por la gente de bajos recursos; la construcción particular de los estratos medio y alto, y la financiada por el Estado, que creó unidades habitacionales como Inmecafé, Fovissste, SAHOP, Xalapa 2000 y Jardines de Xalapa.
El cerro Macuiltépetl, "pulmón" principal de la ciudad |
Poco a poco la vivienda del Estado fue sustituida por la de empresas privadas, inmobiliarias que ofrecen casas a través de créditos hipotecarios. Muchas de ellas, privilegiando el lucro y sin supervisión gubernamental, no sólo construyen viviendas de baja calidad, sino en terrenos de riesgo y cada vez más lejanos al centro. Sin planeación y sin las condiciones mínimas de habitabilidad –transporte, vías
de comunicación, áreas verdes, espacios comunes–, este
tipo de vivienda acentúa
los problemas.
Quienes ahí habitan siguen dependiendo de la "ciudad central", donde mucha gente estudia, trabaja, hace compras, trámites, etcétera, y eso explica en parte el caos que provoca la movilidad. La falta de planeación urbana es el problema real, pero el tráfico es el principal en la
percepción ciudadana.
Dos cifras resumen su dimensión. En una sola década –de 2000 a 2010– los autos privados con registro en la ciudad pasaron de 50 mil a 113 mil. Hoy, hay cerca de 150 mil vehículos en una ciudad de 700 mil habitantes. Alrededor de 60 avenidas concentran el mayor tráfico vehicular, incluyendo la circulación de las rutas de transporte público que atraviesan una encima de otra por las calles, y generan más de 100 "nudos" de conflicto.
Evidentemente, entre más
parque vehicular más
necesario es hacer vías de comunicación, y entre más existan menos serán
los espacios públicos naturales.
Islas verdes en un mar
de concreto
A costa de las áreas verdes, la mancha urbana de Xalapa creció en seis décadas 700
por ciento; hoy, la superficie verde de la ciudad representa menos del seis por ciento del total de su extensión, y el bosque de niebla que queda en Xalapa no rebasa las 50 hectáreas, muy por debajo de los nueve metros cuadrados
de áreas verdes por habitante que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). De continuar esta tendencia, en 10 años más la mayoría de los remanentes de bosque de niebla de Xalapa habrán desaparecido.
¿Por qué es urgente su conservación? Además de dar refugio, protección y alimentación a animales silvestres, las áreas verdes urbanas ayudan a regular los microclimas, bajan de dos a tres grados centígrados la temperatura en su sombra, captan e infiltran agua de lluvia, conservan la humedad, generan oxígeno, captan partículas contaminantes, amortiguan el ruido, disminuyen la erosión del suelo y los riesgos de inundación. En una ciudad como Xalapa, con su crecimiento poblacional y de parque vehicular, con la escasez de agua y las cada
vez más frecuentes inundaciones, todos estos beneficios son indispensables. |
Estudiantes colocan redes de niebla para capturar a las aves sin dañarlas (Foto: María Isabel Martínez Castillo) |
Recientemente, el Instituto de Ecología y autoridades municipales decretaron a Xalapa como "ciudad archipiélago", una estrategia que busca intercomunicar los manchones boscosos –sean de competencia estatal o privados– para protegerlos
de invasiones, perturbación
o contaminación.
En un área verde urbana,
más de 100 especies de aves
Para evaluar el potencial para la conservación de especies silvestres, el Inifor de la
UV inició en 2015
un proyecto en el Área Natural Privada "Don Goyo", en Xalapa, a un costado de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI).
En un espacio con poco más de cuatro hectáreas de bosque mesófilo de montaña, rodeado de construcciones, los universitarios han encontrado hasta ahora más de 115 especies de aves silvestres. Esto significa que en ese pequeño espacio anidan, perchan o se reproducen casi la mitad
de las especies que existen
en la ciudad.
"Por los servicios ambientales, por el valor que tienen en sí mismas las especies, conservar las áreas verdes urbanas es indispensable", comentó María Isabel Martínez Castillo, de la Facultad de Biología Xalapa, quien realiza el
inventario junto con las estudiantes Rocío Angélica Mendoza Viveros, Maricruz Rodríguez Matla y Paola Ivette Domínguez Espinoza; y los egresados Álvaro Pavón Rosado e Isaac Mella Méndez, coordinados por el investigador Rafael Flores Peredo del Inifor.
Según sus registros, entre las especies están algunas
tan difíciles de observar como el trogón (Trogon caligatus), vireo ojo blanco (Vireo griseus), colorín (Passerina ciris), tangara roja (Piranga rubra) y cuclillo (Coccyzus americanus), inclusive algunas endémicas como el mosquerito del
balsas (Xenotriccus mexicanus) y el perico pecho sucio (Aratinga nana) sujeto a protección especial.
Explicaron que para hacer el registro acuden al sitio 14 días por mes, colocan redes de
niebla por cinco o seis horas para capturar sin daño a las aves, toman fotografías y realizan avistamientos con binoculares: "Este inventario es sólo una muestra de la biodiversidad que una pequeña área verde, aún en la ciudad, puede tener", coincidieron Álvaro e Isaac, egresados de Biología UV.
De acuerdo con los estudiantes, tan sólo el bosque mesófilo de montaña en
Veracruz es hábitat de 20 especies endémicas de aves silvestres y 36 restringidas
a este tipo de vegetación, "por eso la fragmentación o la urbanización podría provocar a corto plazo la extinción local de diversas especies y acentuar los problemas de la ciudad". |
Trogon caligatus, entre las especies que aún se observan |
Explicaron que con éste y otros estudios, el manchón
de bosque de niebla de "Don Goyo" que hoy
es propiedad de particulares podría ser decretado como Área Privada de
Conservación: "Con el estudio la Universidad ayuda a justificar su protección", comentó Isabel, quien
realiza con el inventario su
trabajo recepcional.
|