Año 2 • No. 64 • junio 3 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Date Vuelo


 Compromiso Social

 Arte Universitario


 Inter Nautas


 Halcones en Vuelo


 Contraportada


 Números Anteriores


Créditos



 

 

 

El casting eterno
Roberto Benítez

Intermitentemente a lo largo de poco más de un año, he visto aparecer un anuncio, en este informativo y otros medios, que dice: “Talleres libres de actuación. Jornadas de preparación para la puesta en escena de El llanto de las crisálidas, a la que se invita a participar a toda joven actriz interesada. Para más información, favor…”. He de confesar que en determinado momento esta información ha despertado gran interés en mí; desde luego no por acudir al llamado pues ni soy “joven” ni tampoco “actriz”. Ahora que nunca sobran los retos, ¿quién dice que un hombre no pueda “hacer de” mujer, teatralmente hablando?, ¿o quién dice que una persona madura no pueda “hacer de” joven en una puesta en escena? Afortunadamente el teatro es magia y con ella todo es posible, y sino que nos los cuente la historia del teatro que para eso está, para consultarla y no ser unos burros ignorantes.
Pero bueno, no tomando en cuenta lo anterior, y pensando que la invitación es sólo para acudir cumpliendo esos peculiares

requisitos de ser “joven actriz interesada”. Lo siguiente que me intriga es ¿pues cuántas mujeres con estas características necesitan, que en todo este tiempo (más de un año) no se han logrado reunir las suficientes? Y muy ciertamente lo ignoro.
Quizás es que no ha funcionado como se desearía la promoción (cosa que no es que sea culpa de alguien en específico, pero suele ocurrir, ¿no?) o tal vez es que las jóvenes actrices interesadas son tímidas ante la propuesta, que no es para nada indecorosa, porque cómo poder olvidarse de actuar una vez que se ha llegado a ser actriz o actor, no estaría mal hacer una encuesta, ¿verdad?
Un maestro decía que no hay actores jóvenes, que el arte de la actuación es una filigrana que se va puliendo con el tiempo. Qué decir de toda la tradición oriental donde los actores ancianos son los más reconocidos por las interpretaciones que hacen de niños y jóvenes, de mujeres siendo hombres. Y sin ir más lejos en cualquier escuela de teatro, que dignamente se precie de serlo es común escuchar “de esta facultad “no” van a salir siendo actores…”. Así pues el actuar no otorga automáticamente el mote de actor o actriz. Se necesita mucho más que subirse al escenario a repetir palabras y movimientos para conseguir el privilegio de serlo, esto quizás lo saben todos y estoy siendo redundante.
Lo que digo arriba (sí, en el párrafo que está encima de éste) es posible, entonces ¿cómo acudir a un llamado así, sabiendo esto?, es decir, teniéndole el respeto que se merece la palabra “actriz”.
También cabe la posibilidad que el anuncio no lo haya visto la gente y que con estas cavilaciones se entere y chance se anime a ir. Pero considero que más que mis palabras podría dar una idea más clara decir de qué se trata el proyecto de montaje, si se mencionara quien es el dramaturgo y el director, eso suele ser de gran ayuda cuando uno invita a la gente a trabajar en un montaje, por que si no sabes quién es, pues preguntas y nunca faltará quien te de todo tipo de referencias y ya tú decides.
Otra cosa que me recordó este anuncio es la nota a la que hace alusión Reinaldo Arenas en su libro El portero, justamente en la última página y que dice:

Perra Perdida
Recompensa
Se busca una perra egipcia
ejemplar único
largas patas, pelo negro
grandes ojos violetas
resnpode al nombre de “Cleopatra”.
Cinco mil dólares de recompensa. Favor de traerla a la dirección abajo indicada*.
 
Y abajo el autor señala, como una nota: *Este anuncio aparece todos los días en las páginas de The New York Pet desde abril de 199. Al parecer nadie ha podido dar con Cleopatra.
Y es que es común que queramos encontrar quimeras, y pretender lo que no existe. Y es común no darnos cuenta que lo hacemos.
Por último propondría, si se me permite el consejo, decir que si no se encuentra lo que se busca con El llanto de las crisálidas, pues cambien de material dramático, hay tantas obras que valen la pena y que siguen durmiendo el sueño de los justos. Dense una vueltecita por Candileja A.C. (Sexta de Juárez No. 214, Col. Belisario Domínguez), seguro que encuentran (si no a Cleopatra) algo de su agrado y para sus fines, digo, vale más que pasársela otro año haciendo el casting eterno, ¿no?