Año 2 • No. 64 • junio 3 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Pérdidas ecológicas... alarmante situación
Azucena Ruiz Martínez (Facultad de Biología)

Constantemente vemos noticias acerca de la acelerada pérdida de bosques, de la erosión de los suelos y del alarmante problema que esto causa al medio ambiente. Estas noticias acaparan las principales planas de los diarios. Toda una polémica y un sin número de opiniones surgen a partir de ésta. La responsabilidad de las autoridades correspondientes, la falta de compromiso y la poca iniciativa por frenar la situación hacen del caso un problema, al parecer, sin solución.

En uno de los primeros informes que realizó Víctor Lichtinger, titular de de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), reveló que la pérdida de bosques en nuestro país lo ha llevado a ocupar el cuarto lugar en el ámbito mundial y que el 64 por ciento de los suelos nacionales presentan problemas de degradación. Así mismo recordó que en las últimas décadas se ha perdido más de 26.7 por ciento de la vegetación del país y el 10 por ciento del suelo agrícola, propiciando a su vez que se dejen de percibir 490.2 millones de dólares al año por la degradación en zonas áridas y semiáridas.
Estas cifras, indudablemente alarmantes, nos revelan el creciente problema y las consecuencias que trae a la sociedad. Ahora bien, si revisamos los acontecimientos en nuestro estado, desafortunadamente corroboraremos lo que sucede en nuestro país.
Frecuentemente se publican noticias de que el Cofre de Perote solamente cuenta con la mitad de su vegetación. A diario camiones cargados de madera bajan del Cofre y esto sucede sin la mínima regulación. Definitivamente el Cofre de Perote siempre fue un pulmón para esta zona del estado, sin embargo, hemos agotado su capacidad y a estas alturas su condición como recurso natural es ya deprimente.
¿Qué es lo que hace falta para frenar esto?, que se pierdan totalmente sus tierras, que desaparezcan más hectáreas de vegetación y que continúe la extracción de maderas sin control alguno. Si es que estamos esperando que esto suceda, pues no falta mucho. Ojalá no sea hasta entonces cuando reaccionemos, pues cambios así en el entorno natural traen un desequilibrio inminente; el clima, por ejemplo, es una de estas consecuencias que se puede apreciar claramente en esta capital del estado veracruzano. Temperaturas que anteriormente no se alcanzaban, y mucho menos en estas fechas, ahora se viven con gran extrañeza y desagrado.
No sé como calificar esto, emplear el término “tristeza”, “alarma”, o “tragedia” no basta para frenar lo que está pasando, como ciudadanos nos preocupamos de nuestra vida, del trabajo, las obligaciones, pero no echamos un vistazo a lo que pasa en nuestro entorno natural; no nos percatamos que mientras está siendo aprobado algún proyecto en el trabajo, o el ascenso en la oficina nos trae satisfacciones, los recursos naturales se están agotando y poco a poco, día con día, este planeta se muere.
Reflexionemos acerca de esto y valoremos lo que aún tenemos; considero que el estado de Veracruz es uno de los tesoros naturales del país, conservémoslo y disfrutemos lo que éste nos ofrece, sin olvidarnos de respetar su equilibrio natural.