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Hasta
octubre estarán abiertas al público las exposiciones
Ritmos y leyendas, pintura y escultura de Águeda Lozano,
y Mirar distinto, de Liliana Duering, en la Pinacoteca Diego Rivera.
Liliana Duering denomina a su obra Mirar distinto con el fin de
invitar a quien la vea a salir de lo habitual, a abandonar la visión
limitada en la que acontece su vida y otorgarle una oportunidad
de abrir los ojos y la mente de otra manera, ir más allá
de lo que puede estar representado en un lienzo.
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En
su obra, conformada por una serie de óleos, acrílicos,
dibujo y otras técnicas mixtas, algunas de reciente creación
y otras que ya tenía, se encuentra a sí misma con
su inventario de aconteceres e inquietudes.
En los cuadros predominan los colores fuertes, monocromos de paletas
reducidas con temas en los que la artista siempre profundiza. Tal
es el caso del entorno humano, que
–según expresa– le interesa porque no trabaja
a través de figuraciones, sino que es una abstracción
de elementos figurativos.
De carácter tímido, Duering es una mujer que se expone
en su obra: “Básicamente éste es el trabajo
de los artistas. Los pintores solemos expresarnos a través
de la imagen, así como los escritores a través de
la literatura. Para mí ésta es mi mejor forma de expresión”.
Liliana Duering pinta lo que observa con libertad, construyendo
un universo en movimiento, donde el espacio humano trasluce sus
infinitas condiciones y expresa una amplia gama de sensaciones y
pensamientos. Crea una dicotomía visual con la que logra
yuxtaponer varios segmentos de la ciudad, sin embargo, prevalecen
el fondo evanescente y el estallido de luz en primer término.
Simultáneamente, Águeda Lozano expone Ritmos y Leyendas.
Esta exposición es una serie de esculturas en metal y pinturas
en las que la influencia del desierto de Chihuahua –sus cielos
y atardeceres, nubes ocasionales, rayos de sol– le proporcionan
una gran belleza, en donde lo celestial se funde con el frío
del metal, dotando de fulgor a los lienzos de la artista.
Obra sonora, vibrante, que de manera armoniosa escapa a la monotonía,
en la cual las enormes cañadas de Chihuahua surgen del fondo
de una memoria que rechaza retratarlas fotográficamente y
que, por eso mismo, las retiene en las capas íntimas de la
sensibilidad del espectador, así es como hay que definir
el trabajo de Águeda Lozano.
Ritmos y leyendas y Mirar distinto estarán abiertas al público
en la Pinacoteca Diego Rivera, sita en J. J. Herrera 5, bajos del
Parque Juárez.
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