El éxito superó toda expectativa: Flores Mávil

Javier Flores Mávil, por un tiempo integrante del cuerpo docente en el Colegio de Música Berklee de Boston, manifestó su satisfacción por los resultados: “La evidencia se encuentra aquí, con la gente y su respuesta fantástica. La Facultad de Música estuvo ocupada en su totalidad por los participantes. El éxito ha superado las expectativas que yo mismo me había generado, después de tres años de ausencia por mi labor pedagógica en Boston (…) La calidad es excelente por parte de todos los alumnos, que han venido procedentes de todo el país”.
Al comentarle a Flores Mávil la opinión de Víctor Mendoza, en el sentido de que es sorprendente el nivel de la enseñanza en Xalapa, así como el índice de capacidad receptiva por parte de los alumnos, el flautista dijo: “El interés de los estudiantes es evidente; son ellos quienes han cobrado plena conciencia de que la especialización es elemental para el inicio de una carrera exitosa en el ámbito artístico. Pero no sólo eso; las autoridades universitarias, la Fundación y los patrocinadores de la iniciativa privada están concientes de los buenos resultados. Esto compromete no sólo a siguientes ediciones, también a abordar de lleno las opciones y alternativas en los programas de educación musical”.

Todos se fueron con la idea de regresar

Si Taumbu, con su clínica de conga, registró tal entusiasmo que ha pensado seriamente en convertirse en vínculo para el intercambio entre músicos xalapeños y colegas de Los Ángeles, California, no es menos la satisfacción de Antonio Sánchez, baterista originario de la Ciudad de México quien, ahora convertido en profesional, raya alturas artísticas de verdad insospechadas en Nueva York.
Para Sánchez, quien por añadidura es nieto del actor Ignacio López Tarso, la satisfacción de trabajar en Xalapa no se compara con experiencia previa en algún otro lugar del mundo. “Xalapa lo tiene todo: buen clima, una buena universidad, una excelente Facultad de Música, talento por montañas y la atmósfera que propicia el desarrollo de este talento (…) ustedes los xalapeños son, de verdad, afortunados.”
Juan Pablo Mantilla, saxofonista originario de Cali, Colombia, y radicado en Nueva York, manifiesta una alegría semejante: “Estos encuentros ayudan a que nuestros países crezcan y se identifiquen entre sí de mejor forma. Me llama mucho la atención que Xalapa, siendo una ciudad relativamente pequeña, registre este sorprendente nivel cultural. Cali, mi ciudad, es el doble de grande y no creo que cuente ni con la mitad de lo que he encontrado aquí. Si el talento para la interpretación del jazz en la Ciudad de México se palpa casi con los dedos, en Xalapa esto es más notorio aún. Me parece increíble tanto entusiasmo en un lugar tan pequeño”.
Todo lo anterior establece la serie de circunstancias que motivarán, con certeza, la planeación de nuevas ediciones de esos seminarios y encuentros musicales de enormes alcances.