Hemos tratado el asunto de la piratería
y la música en línea como una introducción
para reconocer el tema principal en este tejido: la posibilidad
para cada usuario de ser un Gestor de Conocimiento en Red (GC-r)
Finalmente MP3.com y Napster operaron acuerdos con algunas compañías
discográficas y dejaron de representar una peligrosa competencia
para las compañías discográficas. Pero ahora
revisemos el caso de Gnutella y Freenet.
Napster se constituyó como el emblema de una nueva generación
de software de red distribuida. En su arquitectura Napster incluía
un servidor central del que carecen las redes de Gnutella y Freenet.
Gnutella
Los
usuarios de Gnutella no se conectan a un servidor central que organiza
el tráfico, sino que intercambian información directamente,
de forma completamente horizontal. Gnutella lleva la descentralización
hasta sus últimas consecuencias.
Gnutella y Freenet usan protocolos de comunicación que permiten
que sitios Web se interroguen “en cadena”, la forma
en que los sistemas han intercambiado siempre noticias y correo,
con el fin de encontrar materiales que registran una clave de búsqueda.
El potencial más interesante de Gnutella es posibilitar una
nueva generación de supermotores de búsqueda.
Cuando un usuario de Gnutella solicita una búsqueda, el software
la envía a las diez computadoras más cercanas de la
red. Si éstas no tienen ningún fichero que responda
al criterio de la búsqueda, cada máquina enviará
la solicitud a otras diez computadoras y así sucesivamente
hasta que tenga éxito, pudiendo interrogar a un millón
de computadoras, todo ello en un tiempo de 10 segundos. Teóricamente,
el programa podría buscar en todas las máquinas que
tuvieran acceso a Internet. La información requerida se va
almacenando en los “nodos’’ de la cadena y permanecen
allí mientras sigue siendo solicitada.
La Web nos ha permitido que todos nos convirtamos en “potenciales”
editores de información, el software que usa Gnutella hace
posible que todos nos convirtamos en servidores de información,
a través de nuestras máquinas. Si en la Web todavía
existen centros o servicios que proporcionan la información,
a donde tenemos que recurrir para poder editar, en Gnutella no existe
ningún centro; la información está completamente
descentralizada y distribuida. Según Marc Andreessen, cofundador
de Netscape y uno de los padres de la Web, ha calificado a Gnutella
de software “revolucionario”, porque difunde el poder
de publicar a cualquiera que tenga una máquina con acceso,
en vez hacerlo desde una élite de corporaciones.
Freenet
Freenet
se constituyó como una novedad en el campo del software de
red distribuida. Su estructura es prácticamente idéntica
a la de Gnutella: cada computadora conectada a la red se convierte
en un servidor de información. Pero, a diferencia de Gnutella,
en Freenet la estructura está diseñada para permitir
el anonimato. El programador de Freenet, el británico Ian
Clarke, y los voluntarios que colaboraron en su desarrollo, buscaban
crear una especie de Internet paralela, en la que la censura sea
imposible, los usuarios sean anónimos y el contenido es alojado
y transferido automáticamente a donde quiere la gente. En
el corazón de este sistema está la idea de que la
libertad de expresión debe estar incorporada en la arquitectura
misma de la red.
El lado oscuro de Freenet es que esa libertad de expresión
y ese anonimato plenos pueden ser utilizados por pederastas, narcotraficantes,
terroristas, piratas informáticos y delincuentes de todo
tipo. “Freenet no puede hacer juicios de valor sobre el valor
de la información”, ha dicho Ian Clarke. “La
red juzga la información en base a su popularidad. Si la
humanidad está interesada en la pornografía, entonces
esta será una gran parte de Freenet”.
El asunto es entender el gran desafío que representa el software
de red distribuida. Si se extiende su uso –y no alcanzo a
ver ninguna razón para que no sea así–, podemos
estar en las puertas de la “tercera revolución”
de Internet. La primera, fue la creación de los protocolos
TCP/IP, que es tanto como decir la creación de la propia
Red, y la segunda, el surgimiento de la World Wide Web). Los efectos
de la actual arquitectura de Internet sobre la descentralización
de la información, la interacción social entre emisores
y receptores, el potencial intercambio de funciones entre emisores
y receptores, la disolución de las fronteras geográficas
y la erosión de la soberanía de los estados, el potencial
de la autonomía de los individuos y de su capacidad para
organizar comunidades en línea... todo eso y mucho más
se vería reforzado de forma decisiva por esta arquitectura
de redes distribuidas. Y, sin duda, algunas de las consecuencias
más indeseables, también.
Existiría otra razón para que el desarrollo de Gnutella
y Freenet fue imparable. Ambos son software de libre distribución
bajo la conocida licencia GPL. El código fuente es abierto.
Esto hace que el control sea enormemente complicado. |