Año 2 • No. 77 • octubre 7 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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A través de las universidades autónomas de esos estados hermanos:
Nos solidarizamos
con damnificados de Yucatán y Campeche
Édgar Onofre Fernández Serratos

Cuando en la universidad el espíritu humano deja la discusión académica a buen resguardo en el aula y se manifiesta mediante acciones concretas en apoyo a seres humanos en desgracia, puede burlarse de quienes han anunciado su extinción.
Nuestra comunidad universitaria ha encontrado más de una vez el equilibrio entre academia y acción social: respuestas inmediatas y sin escatimar recursos han partido de la entidad cuando así se ha necesitado.
Los desastres ocurridos por torrenciales lluvias en la parte norte de nuestro estado en octubre de 1999 fueron la ocasión idónea para que la uv, sin pensarlo dos veces, proporcionara los medios, recursos e ideas necesarias para ayudar a nuestros

hermanos en desgracia, entre ellos alumnos y profesores de la uv e, incluso, nuestras propias instalaciones en Poza Rica. Pero su solidaridad ha trascendido las fronteras estatales. En efecto, enseptiembre de 1998, “más de 24 toneladas de víveres, medicamentos, ropa, cobijas y materiales de construcción, recolectadas por los centros de acopio instalados por la Universidad Veracruzana en las cinco regiones del estado, fueron enviadas al estado de Chiapas en auxilio a los damnificados por las intensas lluvias registradas en las zonas costera y serrana”, según se narra en el número 13 de nuestra revista Gaceta, de septiembre de aquel año. Dichos apoyos fueron canalizados mediante la Universidad Autónoma de Chiapas.
En esta ocasión, la solidaridad universitaria se mostró para con los damnificados por el huracán Isidore en los estados de Yucatán y Campeche.

Respondimos al llamado de auxilio…
Desde la tribuna que propició el IV Coloquio Internacional de Servicio Social Comunitario, celebrado en la unam con la participación de universidades de todo el país, los universitarios de Yucatán pidieron el apoyo de todo México para afrontar el desastre natural.
Diana Ortega Amieva, de la anuies, hizo un llamado a todas las universidades del país para realizar acciones de acopio de alimentos, provisiones y medicamentos, para apoyar a los miles de damnificados que dejó el huracán Isidore a su paso por Yucatán, para ser canalizados por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

Recordó que en septiembre de 1999, una acción similar realizó la Universidad Veracruzana en apoyo a los damnificados por las intensas lluvias en el estado de Chiapas
De inmediato, el rector Víctor A. Arredondo giró instrucciones para que se abrieran centros de acopio en todas las sedes regionales de la Universidad Veracruzana. La respuesta de la comunidad universitaria fue inmediata y efectiva, y la sociedad veracruzana respondió con enorme generosidad.

Miles de horas de trabajo voluntario
Con la entrada a tierra del huracán Isidore en la Península de Yucatán, la comunidad universitaria de Veracruz puso manos a la obra como lo hiciera en 1998 a favor de los damnificados en Chiapas y como también lo hiciera en 1999 para apoyar a los damnificados por la fuerza de la naturaleza en el norte de Veracruz.
En una acción rápida, en los Centros de Acopio Universitario Pro-Damnificados de Yucatán, ubicados en las regiones Xalapa, Poza Rica-Tuxpan, Córdoba-Orizaba, Coatzacoalcos-Minatitlán y Veracruz-Boca del Río, fueron recolectados alimentos, ropa y medicinas que ya suman cerca de 60 toneladas de ayuda.
La movilización universitaria de nuevo fue sorprendente: estudiantes y profesores de todas las facultades se sumaron para participar en la recepción, registro, clasificación, empaquetado, carga y envío de los donativos, aportando la friolera de 10 mil horas de trabajo voluntario, según cálculos conservadores.
Campañas para incluir esfuerzos de todos, instalación de centros emergentes para reunir el apoyo, cantidades impresionantes de pequeños gestos voluntarios que rápidamente se transformaron en las toneladas de ayuda que ya llegaron a Yucatán y Campeche, y que brotaron en un santiamén por todo el estado.

Hoy la comunidad de la Universidad Veracruzana demuestra su obligada heredad de ayuda y solidaridad para con la sociedad, el coraje ante la adversidad. La UV y sus Halcones han mostrado disposición, organización, despliegue de medios para procurar más ayuda y hacerla llegar de la mejor manera.
La apatía que, se dice con mucha frecuencia, puebla los salones de la uv, se la sacudió de los hombros sin problemas la comunidad universitaria; cientos de universitarios se vieron ágiles de manos y mente para la carga y organización de la ayuda; los cuellos duros y altos de los funcionarios bien pronto aflojaron su

corbata y arremangaron la camisa; la comunidad universitaria veracruzana fue vista desde Yucatán como un hormiguero enfocado a ayudar antes de que vuelvan las lluvias.

Trabajo universitario a favor de Yucatán y Campeche
En Yucatán y Campeche, miles de personas se afanan en los trabajos de recuperación que Isidore dejó de tarea, entre albergues repletos y ánimos caídos, tratan de reconstruir y suavizar las consecuencias del meteoro, pero saben, cuando ponen un ladrillo sobre otro, que de todas partes de la República la ayuda viene.
Entre árboles arrancados de cuajo y albergues emergentes levantados en cualquier lado, en medio de tanta agua, la anónima ayuda llega.
A la uady llegaron dos camiones de la ayuda humanitaria recolectada por la uv. El rector de la casa de estudios hermana, Raúl Godoy Montañez, personalmente recibió la ayuda enviada y se sorprendió por la respuesta rápida y efectiva recibida de los veracruzanos.
Cuando los medios de comunicación descubrieron que similares efectos habían devastado amplias zonas del estado de Campeche, situación que había sido ocultada por sus autoridades locales, la Universidad Veracruzana decidió manifestar también su solidaridad.
El sábado pasado llegó a la Universidad Autónoma de Campeche (Uacam) un cargamento con unas 15 toneladas de ayuda humanitaria que partió de Veracruz, con el objetivo de ayudar en parte a la recuperación de amplias capas de la población campechana. El cargamento fue recibido por el rector de la Uacam, Javier Fernando Cú Espejo.

Solidaridad histórica…
En las movilizaciones realizadas por los Halcones en los últimos días para apoyar a damnificados de la península yucateca, el espíritu universitario ha vuelto a cobrar fuerza, a nutrirse del ímpetu y las manos dispuestas al trabajo que nuestra comunidad pone en juego apenas se hace necesario.
En 1999 lo hicieron en apoyo a miles de afectados por las intensas lluvias que dejaron sin casas ni cultivos a miles de veracruzanos de Tuxpan a Martínez de la Torre. En aquella ocasión, cientos de estudiantes
organizados en brigadas participaron en labores de promoción, convencimiento, acopio y organización de ayuda humanitaria, atención médica y saneamiento en las zonas afectadas.
Otros miembros de la comunidad universitaria pusieron a funcionar tres plantas de agua potable, además de poner al servicio de la población afectada los adelantos técnicos que un investigador universitario, Héctor Montes, había hecho en la procuración de agua potable con lo que se pudo accesar a seis nuevas plantas cada semana para cubrir la demanda.
A través de la Vicerrectoría de la región Poza Rica-Tuxpan, miles de damnificados recibieron el apoyo de docentes, trabajadores y estudiantes de la todas las facultades de las zonas Xalapa, Veracruz-Boca del Río, Córdoba-Orizaba y Coatzacoalcos-Minatitlán, mientras el rector gestionaba vínculos directos con otras universidades del país para que reunieran y enviaran ayuda a través de la uv.
Incluso, fuera de la zona devastada, la uv dispuso que todos sus grupos artísticos actuaran para allegarse recursos económicos que pudieran ser canalizados a las familias que quedaron desprotegidas: las orquestas de Música Popular, de Salsa, Tlen Huicani, Orbis Tertius, la Big Band, el Coro de la uv, entre muchos otros, actuaron juntos para, desde su trinchera, extender su mano.
En aquella ocasión, la comunidad universitaria extendió el apoyo hasta el hecho de trabajar, en conjunto con la Sedesol, en la reconstrucción de viviendas, lo que le valió el reconocimiento no sólo de la comunidad veracruzana, sino el de la comunidad universitaria de todo el país.