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Se
reunió con brigadistas de Canadá, Estados Unidos y
la UV
La universidad pública
puede detonar prosperidad, equidad
y desarrollo: Arredondo
Édgar O. Fernández Serratos |
Coyopolan,
Ver.- En esta comunidad del municipio de Ixhuacán
de los Reyes, bajo el cobijo de la Casa de la Universidad, nueve
jóvenes de Canadá, Estados Unidos y México
realizan, desde hace dos meses, un experimento innovador de servicio
social comunitario dentro del programa trilateral de intercambio
estudiantil conocido como Servicio Comunitario de América
del Norte (NACS, por sus siglas en inglés), que ya ha generado
enormes expectativas para extenderse en diversas universidades de
los tres países. |
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El
rector Víctor A. Arredondo resalto el trabajo de
las universidades públicas como generadores de cambio
en las comunidades. |
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Representado
en México por egresados de la UV, seleccionados de entre
los participantes de las Brigadas Universitarias en Servicio Social
(BUSS), el programa ha posibilitado que estos nueve jóvenes
de diversas disciplinas hayan tenido experiencias comunitarias
durante dos meses en cada uno de los tres países, donde
han desarrollado diversas acciones en apoyo al desarrollo sustentable,
la conservación de sitios históricos y el bienestar
social.
Al reunirse con ellos, con los responsables del programa y con
autoridades de Coyopolan, el rector Víctor A. Arredondo
dijo que: “Estamos mostrando que las universidades públicas
pueden hacer una verdadera diferencia en la calidad de vida y
el desarrollo de las comunidades”.
Luego
de escuchar las impresiones de los jóvenes participantes,
quienes se han identificado como una familia que busca delinear
lo que será la ciudadanía en esta parte del continente,
el rector dijo que “la universidad pública de América
Latina tiene una respuesta importante para ser detonador de prosperidad,
equidad y desarrollo”, y citó como botón de
muestra el hecho de que el trabajo comunitario de la uv ya genera
expectativa en las comunidades y llama la atención de instituciones
y organismos del país y el extranjero.
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Los
Nacs´Ters
(como ellos se identifican) coinciden en que el trabajo
comunitario ha unido lazos entre sus países. |
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Mediante el trabajo hecho por
las buss, dijo, “estamos en condiciones de exportar metodologías
de trabajo a otras partes del país y de América Latina,
y en ello reside la importancia de este intercambio, pues permite
crear una atmósfera de cooperación entre los tres
países, que ayuda a tener conocimiento y entender las diferencias
culturales y, por ende, a ser mejores aliados, lo que puede ampliarse
a todo el continente”.
Estudiantes de Columbia Británica, en Canadá; de Louisiana,
Washington y Nueva York, en los Estados Unidos, y los egresados
de la UV, fueron seleccionados para el programa de intercambio,
y son coordinados por Claudia Medina, profesional canadiense de
madre mexicana y padre italiano, para quien la estancia en Coyopolan,
donde han cumplido un intenso programa de trabajo, ha permitido
el conocimiento mutuo de personas con diferentes culturas e idiomas.
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La
integración del grupo de servicio comunitario trilateral,
no sólo implica la integración económica
de los tres países, sino que pretende crear una visión
enriquecida de una cultura plural y de una identidad que respeta
la diversidad |
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Los
Nacs’ters (como ellos se identifican) coincidieron
en que durante los trabajos en comunidades de los tres países,
se han estrechado los lazos afectivos hasta el punto de considerarse
una familia, opinión compartida también por don Salvador,
autoridad local, que dijo estar orgulloso de esta familia internacional,
a la que le gusta trabajar hombro con hombro con los campesinos
locales, por lo que la comunidad está contenta, los niños
alegres y satisfechos.
“Estamos yendo hacia dentro, viendo la manera en que la comunidad
utiliza sus recursos adecuadamente y retomando prácticas
que se creían obsoletas”, comentó Jorge Alejandro
García Torres, uno de los Halcones seleccionados para formar
parte de nacs. Hillary Schell, de la Columbia Británica,
señaló, emocionada: “Es realmente grandioso,
lo estoy disfrutando, hemos aprendido de todas las cosas hechas
en Canadá, eua y México, venir a ayudar a resolver
problemas, trabajar con la comunidad en la resolución de
desafíos comunes... pienso que es realmente una gran oportunidad
y estoy contenta de ser parte de ella”.
Jaime Alberto García, también de la UV, opinó
que en México es en la comunidad rural donde el trabajo se
necesita mucho: “Ahí te das cuenta de que la gente
necesita a los universitarios, mientras creces como persona y como
profesional”.
Al respecto, Arredondo aseguró que la presencia de la casa
de la Universidad en Coyopolan, ha marcado diferencias sustanciales
en la comunidad, y recomendó a los responsables de Vinculación
General de la UV, propiciar que los jóvenes brigadistas documenten
el proceso de trabajo y el impacto real de las brigadas. |
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El
trabajo comunitario de la UV ya genera
expectativa en las comunidades y llama la atención
de instituciones y organismos del país y el extranjero:
Arredondo |
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“Una
de las preocupaciones de los organismos internacionales de financiamiento
es que se muestre el beneficio real del trabajo comunitario, por
lo que resulta de suma importancia tener un registro que permita
hacer un seguimiento concreto, en tablas y números, para
el control y la evaluación del impacto que el trabajo de
las brigadas universitarias tiene en las comunidades”.
Cada estudiante de la UV, aseveró, debe ser un investigador
social, además de profesional y presentar sus trabajos ante
distintas audiencias.
Los brigadistas de NACS, quienes estuvieron en comunidades de Canadá,
realizando acciones enfocadas al medio ambiente, y en Socorro, Texas,
EUA, donde participaron en la restauración de una misión
española de 300 años de antigüedad, están
a punto de finalizar su estadía en Coyopolan.
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Aquí
participaron con las familias, autoridades y comités comunitarios
en la creación de un sendero ecológico para el trabajo
comunitario y medio ambiente, recorrieron las comunidades que comprenden
el radio de acción de la Casa de la Universidad, trabajaron
en parcelas familiares mientras reconocían el potencial productivo
y se dieron a la tarea de construir una vivienda en beneficio de
doña Esperanza, esposa del fundador de Coyopolan, y en cuyo
levantamiento se utilizaron criterios ecológicos, de armonía
y aprovechamiento del entorno y arquitectónicos innovadores,
propuestos por los universitarios, por lo que Arredondo propuso
usar esta casa como un modelo que pueda adoptar toda la comunidad.
Uno por uno, los brigadistas de NACS y las autoridades de Coyopolan
expusieron al rector la manera en que funcionan los puntos de la
casa –el huerto, el sanitario seco ecológico, la composta–
y el sendero agroecológico, el criadero de truchas, el invernadero,
el rescate de la Magnolia dealbata –especie en peligro de
extinción–, todos puestos a andar con esfuerzos de
las autoridades y habitantes de Coyopolan y brigadistas universitarios.
La integración del grupo de servicio comunitario trilateral,
en opinión de Alejandro Moreno Hernández, jefe del
Departamento de Proyectos de la Dirección de Vinculación
General, “recuerda que no se trata sólo de la integración
económica de los tres países, sino que el proceso
se ha profundizado tanto que se empieza a hablar de ciudadanización,
de cómo conocer las características de identidad de
cada país y cómo reconocer esas diferencias para crear
una visión enriquecida de una cultura plural y de una identidad
que respeta la diversidad”. |
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