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Servicio
social comunitario, detonante
de desarrollo y equidad: Víctor Arredondo
Édgar Fernández y Alma Espinosa |
* Concluye la
fase piloto del proyecto NACS de servicio social comunitario en
Canadá, Estados Unidos y México
* El modelo puede exportarse a las comunidades de otras partes del
país e incluso a toda América Latina: Víctor
Arredondo |
Christiane
Magnani de Alemán acompañada del rector Víctor
A. Arredondo durante la ceremonia de clausura. |
En
lo que el rector Víctor Arredondo calificó como una
experiencia que puede extenderse a todo el país y exportarse
a toda América Latina, el 3 de diciembre concluyó
la fase piloto del proyecto trilateral de Servicio Comunitario de
América del Norte (NACS, por sus siglas en inglés),
en una ceremonia emotiva en que participaron, además de los
jóvenes de los tres países, los representantes de
las instituciones organizadoras y habitantes de la comunidad de
Coyopolan, lugar donde se desarrollaron los dos últimos meses
de esta experiencia
internacional de servicio social. Acompañados por la presidenta
del DIF Estatal, Christiane Magnani de Alemán, |
a quien se reconoce como la madrina de la Casa de la Universidad
en Coyopolan, pues ella fue quien la inauguró y le auguró
mucho éxito, los nueve jóvenes miembros del proyecto
NACS–que Mario Fernández de la Garza, director de Vinculación
de la uv, definió como un intento por crear una ciudadanía
de Norteamérica, sólida y éticamente cimentada
mediante el trabajo comunitario– hicieron una presentación
del mismo donde la equidad, la preservación del medio ambiente,
la ruptura de estereotipos y el aprendizaje de las culturas fueron
los puntos clave de la labor desarrollada en cada una de las comunidades
de Canadá, Estados Unidos y México.
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![](images/Nacs6.gif)
Queremos
que se organice otro grupo de NACS para que nos apoyen y mejorar
así nuestras vidas, dijo Salvador Lara, representante de
Coyopolan.
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Víctor
Arredondo aseguró que el proyecto NACS es una muestra de
que los universitarios pueden trabajar para propiciar desarrollo
y equidad: “qué más digno que trabajar para
el desarrollo de quienes más lo necesitan”. Añadió
que si Norteamérica quiere ser interdependiente, como parte
importante de la humanidad, tenemos que reconocer diferencias y
sentar las bases para la colaboración.
Mario Fernández de la Garza, director de Vinculación
de la UV, al reconocer a los jóvenes de la primera generación
del Proyecto nacs, parafraseó la obra del
filósofo
John Rawls, cuya prioridad fue el intento por definir y eliminar
las desigualdades
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estructurales que nos impidenacceder a una plena igualdad ciudadana
y lesionan nuestra autoestima como individuos, como comunidad.
No se puede ignorar, aseguró, que los más desaventajados
van a seguir siéndolo mientras no se tomen medidas especiales
capaces de arrancarlos de esta situación, por lo que agradeció
a los jóvenes de NACS su esfuerzo por su intento de crear
una ciudadanía de Norteamérica, una ciudadanía
sólida, éticamente cimentada en una conciencia vital
de que ningún arreglo institucional, llámese TLC
o globalización, es justo en sí mismo si no se destina
fundamental y prioritariamente a mejorar la suerte de los que
están peor.
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Habitantes
de Coyopolan presenciaron la ceremonia de clausura del proyecto
nacs.
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Con
este programa –dijo– se busca entender que, por encima
de las fronteras de la lengua, el color de la piel y las visiones
particulares, se encuentra la verdad que nos une: “De la solidaridad
y la justicia en el reconocimiento de que cada ser humano es, en
sí mismo, el más alto de los hombres”.
Los representantes de Canada World Youth, Mathew Pearce; de la Student
Conservation Association, Dale Penny; del North American Institute
(Nami), David |
Griscom,
y de la Universidad de Texas en El Paso, Jon Amastae, se congratularon
por el trabajo hecho en Coyopolan con el que se constata que se
puede avanzar hacia un concepto de Norteamérica más
integrada, trabajo que mereció un agradecimiento a la comunidad
universitaria, al rector Víctor A. Arredondo, por su hospitalidad
y la oportunidad de haberse reunido en Veracruz.
Al momento de compartir su experiencia de seis meses en el servicio
social comunitario, Claudia Medina, canadiense, coordinadora del
grupo, habló de las experiencias, habilidades y sabiduría,
manifiestas y colectadas en cada comunidad, así como del
impacto que el trabajo de los Nacsters tuvo: “Puedo decirles
que en las comunidades en que hemos estado, distintas personas
se me han acercado hacia el final de la estancia y me han dicho:
‘Gracias por venir, ustedes han dejado algo muy especial
aquí que nunca podremos olvidar, pues nos han hecho ver
a nuestra comunidad de una manera muy distinta y de sentirnos
muy orgullosos de ella’.”
Lakita Edwards, de los eua, dijo “ahora tenemos una gran
conciencia común, y éste es el espíritu de
nacs”, mientras que Jorge Alegría, mexicano egresado
de la UV, aseguró que gracias a programas como el Servicio
Comunitario de Norteamérica en el que jóvenes de
los tres países podemos desgarrar el telón que nos
separa y descubrir así una realidad social que dista mucho
de los estereotipos.
Por la intolerancia humana, aseguró, hemos construido muros
que se interponen entre naciones y que nos impiden llegar a culturas
y formas peculiares de vida y su compresión y entendimiento,
lo único que alcanzamos a ver es algo superficial y maquillado
que dista mucho de la verdad, pero en la comunidad es donde se
generan valores de respeto, honestidad, integridad y justicia.
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Lakita
Edwards, representante de eu en NACS y Claudia Medina, coordinadora
del proyecto. |
Salvador
Lara Matla, representante de la comunidad de Coyopolan, despidió
a los nueve jóvenes que permanecieron dos meses en esa comunidad
del municipio de Ixhuacán de los Reyes.
Desde muy temprano, los nueve integrantes del NACS y la comunidad
empezaron los preparativos para recibir a los visitantes que acudieron
al lugar para conocer los resultados de la estancia de los jóvenes.
Emocionados y a la vez con muestras visibles de tristeza por la
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conclusión
del proyecto, los habitantes de la Casa de la Universidad hicieron
labores de limpieza y prepararon un refrigerio para los visitantes.
Una vez reunidos en el patio principal de la casa, la comitiva escuchó
a Salvador Lara, quien agradeció la estancia de los jóvenes,
pues la ayuda que le prestaron a la población fue invaluable
al dejar atrás diferencias de raza, nacionalidad y estrato
social y dedicarse únicamente al bienestar de la comunidad.
“Queremos que se organice otro grupo de nacs para que nos
animen y nos apoyen para mejorar nuestras vidas porque ya vimos
que sí le echan muchas ganas”.
Después de los aplausos y sonrisas que despertó la
participación de don Salvador, José Luis Pérez
Chacón, coordinador general del Proyecto UV-UNIR, dijo que
los principales beneficiados del proyecto nacs fueron los niños,
ya que representan una tercera parte de la población, que
está conformada por 68 familias.
La comitiva formada por representantes de instituciones de los tres
países cortaron el listón inaugural de la casa que
los jóvenes colaboraron a construir para la señora
Isidra y su hija Esperanza, quienes forman parte de una de las cinco
familias que abrieron trecho para habitar la localidad de Coyopolan.
Mathew Pearce, de la Canada World Youth, coincidió
con sus colegas respecto a la pertinencia de la construcción
y a la acertada decisión de no intentar cambiar las costumbres
de la población.
Luego, visitaron el vivero que fue restaurado por los jóvenes,
quienes también ayudaron a formar un criadero de truchas
que será una fuente importante de recursos para los campesinos.
En nombre de todos los representantes de instituciones de Estados
Unidos y Canadá, Pearce hizo un reconocimiento a los jóvenes
por su apreciable ayuda, pero especialmente agradeció a la
comunidad de Coyopolan por trabajar conjuntamente con los miembros
del nacs durante los dos meses de su estancia y brindarles su hospitalidad. |
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