Año 3 • No. 90 • febrero 3 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


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Emma Cuéllar de la Torre

Ray Bradbury.
Novelista, escritor de guiones para televisión, ensayos y poemas, la preocupación de este gran contemplador de la humanidad se centró siempre en sus dudas acerca del modo de vida de la humanidad, adentrándose en el reino de lo fantástico y maravilloso.

Tomando como temas centrales de su obra el racismo, las guerras atómicas, la censura y la tecnología, así como su preocupación por el futuro de la humanidad dependiente de las máquinas, Bradbury reflejó en su
obra algunas de las ansiedades más características del mundo actual, como el deseo de una vida más sencilla y alejada del ajetreo de la modernidad, siempre con temor a lo extraño y a la muerte.

Bradbury nació el 22 de agosto de 1920 en Waukegan, Illinois; fue durante la Gran Depresión de los Estados Unidos cuando se mudó con su familia para la ciudad de Los Ángeles, graduándose en 1938 en Los Ángeles High School, y aunque su preparación académica terminó allí, continuó formándose por su cuenta hasta que en 1943 se convirtió en un gran escritor.

Su nombre es representativo de la literatura visionaria de ciencia ficción, esto gracias a la publicación de uno de sus libros más famosos, Crónicas Marcianas, de 1950. Un conjunto de historias cortas que además de ser considerada una de las mejores obras de ciencia ficción contiene una profunda crítica social; en ella se describen los primeros intentos de la humanidad por conocer y colonizar Marte, el impedimento por parte de los marcianos, mansos y telépatas, la colonización temporal, y finalmente la respuesta agresiva de los colonos por medio de una masiva y terminal guerra nuclear en la Tierra.

Así Crónicas marcianas refleja algunas de las ansiedades que prevalecen en la sociedad norteamericana en la temprana era atómica, propia de los años 50; el miedo de una guerra nuclear, el anhelo por una vida más simple, las reacciones contra el racismo y la censura, y el miedo de poderes políticos extranjeros.
Entre sus múltiples publicaciones y escritos, otro de los trabajos más famosos de Bradbury es Fahrenheit 451, que apareció en 1953, y que plantea la preocupación de un futuro en el que los libros sean prohibidos, un futuro hipotético en el que la palabra escrita queda prohibida. En esta novela un grupo de rebeldes que se resisten a un estado totalitario, memorizan trabajos enteros de literatura y filosofía.

Fuera del mundo de las letras, Ray Bradbury, visto ya como un visionario al pendiente de la modernidad y la tecnología tanto espacial como terrestre, fue consultado para concebir la idea de la Nave Espacial Tierra para el

EPCOT Center de Disney, además de contribuir en el concepto del paseo espacial Orbitrón para el Euro-Disney en Francia.

Al pendiente siempre de los avances en el mundo de la ciencia, la tecnología y las máquinas, Ray Bradbury ha intentado, a través de una ciencia ficción humanística, revelar algunos aspectos preocupantes de la sociedad contemporánea. Especialmente en lo que concierne a los peligros que la tecnología supone en manos de hombres no preparados para asumir los riesgos morales de su impacto. De este modo cada novela de Bradbury es una protesta angustiosa, y en ocasiones despiadada, contra el capitalismo.

En un mundo propio Bradbury nos habla de astronautas condenados por siempre a girar alrededor del sol, de cohetes que parten al espacio como gigantescas flores rojas, robots que terminan por remplazar a sus dueños, objetos que adquieren vida propia, extraterrestres encolerizados con la humanidad que rompe su equilibrio.

Bradbury no es sólo un creador de sueños y aventuras, no es sólo un escritor más de ciencia ficción, es un importante crítico y visionario de las sociedades hambrientas de progreso de nuestra época, un ser pensante que por medio de la literatura expone sus más profundos miedos, asombros y reservas en relación a la ciencia y el peligro que esta corre en manos equivocadas.