Año 3 • No. 90 • febrero 3 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Región Veracruz-
 Boca  del Río

 Región  Córdoba- Orizaba

 Región
 Poza Rica-  Tuxpan

 
 Foro Académico
 
 Arte Universitario

 Halcones al Vuelo

 Date Vuelo

 Internautas

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 


Emma Cuéllar de la Torre

Artista de performance, escritor y comentador de radio, Gómez-Peña mezcla en su arte, que los críticos denominan Chicano cyber-punk performance, el idioma español con el inglés, los hechos con la ficción y la realidad social con la cultura pop, manifestando su preocupación acerca de la vida latina y multicultural dentro de los Estados Unidos.

Escritor y artista del performance, nació en México en 1955 y llegó a Estados Unidos en 1978, para estudiar arte, gracias a una beca, en California. Desde entonces se ha dedicado a la investigación de temas sobre la frontera y la identidad trans-cultural. A través del periodismo, performance, radio, video, poesía e instalaciones, ha explorado las relaciones entre los latinos y los Estados Unidos.
De 1984 a 1990 fundó y participó en el “Taller de Arte Fronterizo”, y contribuyó al programa de radio nacional Crossroads.

Actualmente es uno de los editores de la revista High Performance y del Drama Review, así como miembro activo del grupo La pocha nostra. En 1989 recibió el Prix de la Parole en el Festival Internacional de Teatro de las Américas, el premio Bessie en Nueva York y en 1991 una beca de la Fundación MacArthur, entre otros galardones, como el American Book Award por su libro The New World Border, en 1997.

Auto denominado ya como chicano, la preocupación central de este artista contemporáneo es el retratar la verdad social de toda esa gente que vive entre el aquí y el allá, en medio de México y Estados Unidos, integrantes de lo que él llama “la faja de Moebius”. Guillermo Gómez-Peña intenta destacar la importancia política y cultural que se mueve dentro de esa gran masa de migración mexicana, encontrando su identidad, su ciudadanía, en el quehacer artístico y literario, inventando para él mismo y para toda la gente que se encuentra en una misma situación, un país conceptual por medio del performance y los escritos.
En sus performances, junto con sus colegas, Gómez-Peña invita primero a todos los inmigrantes y gente de color a tener acceso al arte, a entrar al teatro o al museo, luego a toda la gente bilingüe y a las parejas interraciales, y finalmente a todos los anglos monolingües; empezando a tratar a sus audiencias como minorías exóticas, como extranjeros temporales de América, asumiendo un centro de reunión imaginario y desplazando a la cultura dominante.
Gómez-Peña está conciente de que su arte ha sido clasificado por la crítica como arte Chicano
ciber-punk, describiendo su radical “epistemología” como un fenómeno de
antropología invertida, aunque su opinión es la de observar todo el fenómeno como una forma humorísticamente exaltada de realismo social.

Gómez-Peña transformó su arte acción, mismo que lo llevó a estudiar becado en California, en una metodología para politizar la identidad y la imagen del inmigrante indeseable, utilizando el performance como medio subversivo ante la hegemonía anglosajona y en ocasiones europea.

Estridente, estratégica, posmoderna, barroca y cibernética, la aportación de Gómez Peña no se reduce a sus instalaciones, performances y fotografías de personajes posmexicanos; sus textos políticos, los guiones de sus acciones, sus injurias contra el racismo y el multiculturalismo institucionalizado, sus poemas en espanglish y manifiestos “ciberváticos” son un punto de referencia obligado para los estudios culturales y los debates artísticos contemporáneos.