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Emma Cuéllar de la Torre
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Artista
de performance, escritor y comentador de radio, Gómez-Peña
mezcla en su arte, que los críticos denominan Chicano cyber-punk
performance, el idioma español con el inglés, los
hechos con la ficción y la realidad social con la cultura
pop, manifestando su preocupación acerca de la vida latina
y multicultural dentro de los Estados Unidos.
Escritor y artista del performance, nació en México
en 1955 y llegó a Estados Unidos en 1978, para estudiar arte,
gracias a una beca, en California. Desde entonces se ha dedicado
a la investigación de temas sobre la frontera y la identidad
trans-cultural. A través del periodismo, performance, radio,
video, poesía e instalaciones, ha explorado las relaciones
entre los latinos y los Estados Unidos.
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De
1984 a 1990 fundó y participó en el “Taller
de Arte Fronterizo”, y contribuyó al programa de radio
nacional Crossroads.
Actualmente es uno de los editores de la revista High Performance
y del Drama Review, así como miembro activo del grupo La
pocha nostra. En 1989 recibió el Prix de la Parole en el
Festival Internacional de Teatro de las Américas, el premio
Bessie en Nueva York y en 1991 una beca de la Fundación MacArthur,
entre otros galardones, como el American Book Award por su libro
The New World Border, en 1997.
Auto denominado ya como chicano, la preocupación central
de este artista contemporáneo es el retratar la verdad social
de toda esa gente que vive entre el aquí y el allá,
en medio de México y Estados Unidos, integrantes de lo que
él llama “la faja de Moebius”. Guillermo Gómez-Peña
intenta destacar la importancia política y cultural que se
mueve dentro de esa gran masa de migración mexicana, encontrando
su identidad, su ciudadanía, en el quehacer artístico
y literario, inventando para él mismo y para toda la gente
que se encuentra en una misma situación, un país conceptual
por medio del performance y los escritos. |
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En
sus performances, junto con sus colegas, Gómez-Peña
invita primero a todos los inmigrantes y gente de color a tener
acceso al arte, a entrar al teatro o al museo, luego a toda la gente
bilingüe y a las parejas interraciales, y finalmente a todos
los anglos monolingües; empezando a tratar a sus audiencias
como minorías exóticas, como extranjeros temporales
de América, asumiendo un centro de reunión imaginario
y desplazando a la cultura dominante.
Gómez-Peña está conciente de que su arte ha
sido clasificado por la crítica como arte Chicano
ciber-punk, describiendo su radical “epistemología”
como un fenómeno de |
antropología
invertida, aunque su opinión es la de observar todo el fenómeno
como una forma humorísticamente exaltada de realismo social.
Gómez-Peña transformó su arte acción,
mismo que lo llevó a estudiar becado en California, en una
metodología para politizar la identidad y la imagen del inmigrante
indeseable, utilizando el performance como medio subversivo ante
la hegemonía anglosajona y en ocasiones europea.
Estridente, estratégica, posmoderna, barroca y cibernética,
la aportación de Gómez Peña no se reduce a
sus instalaciones, performances y fotografías de personajes
posmexicanos; sus textos políticos, los guiones de sus acciones,
sus injurias contra el racismo y el multiculturalismo institucionalizado,
sus poemas en espanglish y manifiestos “ciberváticos”
son un punto de referencia obligado para los estudios culturales
y los debates artísticos contemporáneos. |
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