“Es
destacable que el 100 por ciento de los egresados aprobara el
egel, pero lo es aún más si consideramos las condiciones
en las que cursan la carrera, porque ellos son estudiantes, son
trabajadores y padres de familia que dedican sólo una parte
de su tiempo a la carrera, exigiendo un esfuerzo superior de su
parte. Eso nos hace valorar más este logro”, aseguró
Daniel Gómez Fuentes, director general del Sistema de Enseñanza
Abierta de la UV.
Y es
que los alumnos del Sistema de Enseñanza Abierta (SEA)
tienen que enfrentar los problemas típicos de un estudiante
de licenciatura y además los que competen a sus obligaciones
como jefes de familia, pues más del 70 por ciento de los
que cursan esta modalidad tienen entre sus responsabilidades un
empleo formal y una familia, con todo lo que implica.
“Tenemos la responsabilidad del trabajo, la familia y la
escuela, a veces es abrumador, pero en esas condiciones el deseo
de superarse no está determinado por uno mismo. Creo que,
como padres, nos impulsa el deseo de ser un ejemplo para los hijos,
demostrarles que si uno puede destacar trabajando, cuidando la
familia y aún estudiando, ellos lo pueden hacer mucho más
fácil, porque están dedicados exclusivamente a eso”,
comentó Gelacio Guzmán Barradas, padre de cuatro
adolescentes, quien ocupó el lugar 18 en el EGEL.
Concepción Ramírez, coordinadora del EGEL-Derecho
para el sistema abierto, dijo que a pesar de que las exigencias
universitarias tratan de equiparar los resultados académicos
de los egresados de este sistema con los del escolarizado, los
egresados del sea han demostrado que pueden estar al nivel de
un estudiante de tiempo completo e incluso superarlo.
Estos 30 egresados, que están por realizar los trámites
pertinentes para su titulación, provienen de una generación
particularmente destacable, según recuerdan quienes fueron
sus maestros durante la carrera y los mismos egresados.
“Todos teníamos un interés genuino por estudiar,
pero fue muy importante el apoyo de los maestros y el respaldo
de cuatro años consecutivos de estudios y de aprendizaje”,
comentó Luz María Bonilla Vasconcelos, quien obtuvo
el quinto lugar nacional en el EGEL, pese a que cursó la
carrera de Administración de Empresas en el sistema escolarizado
al mismo tiempo que la de Derecho.
Para Gelacio Guzmán Barradas, los logros de esta generación
en el egel reflejan un aprendizaje que traspasa los contenidos
curriculares, sobre todo en grupos donde tener un trabajo formal
es un común denominador: “Esta condición nos
obliga a aprender a colaborar en equipo, a apoyarnos constantemente,
supongo que eso nos ayuda mucho más que a los jóvenes
que van por la libre, trabajando aisladamente. Por otra parte,
los maestros que tenemos nos dan otra perspectiva del derecho,
puesto que la gran mayoría se dedican a litigar y tienen
contacto permanente con su práctica”.
Además –comentó– “fue una gran
experiencia aprender a trabajar a distancia, pues muchos compañeros
viven en otras ciudades, incluso en otros estados, y aprendimos
que no se necesita estar juntos para trabajar en equipo”.
Los estudiantes del sea Derecho más destacados fueron Luz
María Bonilla Vasconcelos, quien obtuvo el quinto lugar
nacional, además de la Constancia de Alto Rendimiento;
José Héctor González se colocó en
el noveno; Herón Ramírez Núñez fue
décimo segundo, y Gelacio Guzmán Barradas ocupó
el décimo octavo.