Año 3 • No. 90 • febrero 3 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


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El arte de tener razón en 38 pasos
Francisco Ballina Ríos
El arte de la razón (o de la sin razón) expuesto en 38 estratagemas, por Arthur Schopenhauer *, fue redactado en torno a 1830-1831, la obra no fue publicada en vida, y la primera edición en alemán data de 1864, no obstante hasta ahora (2002), es dada a conocer en castellano por Alianza Editorial. Surgida de una traducción del italiano realizada por Franco Volpi en 1991, es una obra imprescindible en todos los ámbitos donde se
busca alcanzar la verdad objetiva a través del diálogo: la discusión. El autor se propone explorar la relación entre lógica y dialéctica, que aunque han sido utilizadas como sinónimos son dos cosas muy distintas; la lógica (reflexionar, meditar, calcular) y la dialéctica (conversar, el arte de discutir) tienen objetos de estudio diferentes, si bien lógica y dialéctica pueden interceder en un punto que es precisamente el arte de tener razón en la discusión o Dialéctica Erística, como la denominó Aristóteles según Diógenes.

Para Aristóteles como para Schopenhauer, verdad objetiva y validez son dos cosas distintas. ¿A qué se debe ello?, a la natural maldad del género humano. Si fuéramos por naturaleza honrados, honestos, se impondría el interés por la verdad, pero la mala fe, la vanidad innata del hombre, el querer aparentar, el querer implantar la propia voluntad se impone sobre lo verdadero. La dialéctica erística estudia la dicotomía entre la verdad objetiva de una proposición y su aprobación por lo que, participar en la discusión, tiene como principal tarea establecer y analizar aquellas estratagemas de la mala fe en la discusión, para reconocerlas y aniquilarlas de inmediato en los debates reales. De eso trata este breve ensayo elaborado por Schopenhauer en donde el lector podrá disponer de las diferentes estratagemas y sus diferentes antídotos.

En primer lugar, en toda discusión se presentan dos o más oponentes que discuten sobre la validez de un argumento o de una tesis, esta es la estructura básica de la refutación, si bien en todas las discusiones el debate puede ocurrir o no en forma real o aparente, con razones auténticas o inauténticas, con tenacidad o vehemencia, con violencia o no; en toda disputa o argumentación, las estratagemas pueden ocurrir con o sin razón objetiva, ya que eso muchas veces ni siquiera los que discuten lo saben nunca de antemano Si bien existe un paralelismo entre la discusión en un grupo de amigos o la que ocurre dentro de una familia (de carácter privado), con la discusión formal, solemne, realizada en público, como la realizada en el trabajo académico o en la vida pública, ante una asamblea, un sindicato o partido político; en ambos casos se requiere que el responsable o defensor de la tesis o argumentación lleve siempre la razón frente a los oponentes, críticos de la tesis o argumentación. En el trabajo académico, en la disertación para obtener el grado o en el seminario de investigación para la aprobación de artículos, el argumento que se presente debe ser en forma silogística rigurosa, de tal suerte que la mayor parte del jurado o de los investigadores le otorguen razón frente a los oponentes. Sin embargo, en toda disputa o argumentación, es preciso estar de acuerdo de antemano en las reglas a seguir, si se quiere llegar a algún principio.

En fin, son tantas y tan variadas las estratagemas y los antídotos que se pueden utilizar, que sin duda el lector encontrará ideas muy estimulantes para desarrollar su inteligencia lógica y dialéctica de éste breve y ameno tratado que hasta ahora se publica en castellano. Una última recomendación nos ofrece Scopenhauer, es una regla segura que surgió de Aristóteles en el último capítulo de los tópicos: “No discutir con el primero que se nos presente, sino únicamente con aquellos a quienes se conoce y de los que se sabe que tienen el suficiente entendimiento para no plantear algo absurdo y tener que quedar por ello expuestos a la vergüenza, tenemos que discutir con aquellas personas que sean sanas y equilibradas, para discutir con razones y no con sentencias que son inapelables, para escuchar las razones y atenerse a ellas y poder soportar no llevar razón cuando la verdad está de la otra parte”, en ellos reside el arte de tener razón. (Arthur Schopenhauer, Alianza editorial, Madrid, 2002)