Esta
doble condición provoca que, por un lado, el universitario
se preocupe por buscar que el cultivo de los cítricos sea
un poco más rentable, derivado del interés genuino
que tiene por su familia y su región; y por otro, le permite
plantear soluciones según sus conocimientos en agronomía
y agroecología.
Y es
que tradicionalmente la naranja se ha planteado como un monocultivo
que, según explicó, provoca un mayor ataque de plagas
y enfermedades, y deriva en muchas desventajas económicas
(como el costo de controlar las plagas con químicos) y
ecológicas (como el desgaste del suelo).
A pesar de las ventajas, el trabajo de Ernesto no ha sido fácil.
“Es complicado cambiar la mentalidad de los productores
porque están muy acostumbrados a sus métodos tradicionales,
a utilizar químicos, aplicaciones foliares, etcétera”,
además de que, según dijo, las técnicas de
agroecología requieren del productor algo más de
trabajo y atención, ya que la vainilla por ejemplo requiere
en lugar de químicos composta y un cuidado constante de
la planta “porque aunque es más beneficio para el
ambiente implica más trabajo para el productor, incluso
podría traer un poco más de costo al principio…
aunque a largo plazo sea mucho mejor”.
Otra de las técnicas que el universitario ha planteado
a los productores es la de incluir en las parcelas “coberteras
vegetales” como puede ser el cacahuate forrajero, ya que
estas especies crecen y se extienden cubriendo el suelo, y así,
evitan la erosión, aunque señaló que ésta
aún no la han llevado a la práctica en la zona.
Este proyecto, al igual que muchos otros, fue planteado por el
estudiante de Agronomía de la Universidad Veracruzana,
en el marco del Curso Internacional de Agoecología que
se impartió totalmente por Internet –en cinco universidades
de todo el país– a finales del año pasado,
cuyos resultados están contenidos en una serie de propuestas.
Para Ernesto Fernández Herrera, la oportunidad de tener
el curso fue muy formativa “porque te cambia la forma de
pensar. La formación de muchos agrónomos les hace
pensar siempre en la utilización de químicos, sin
importar los daños que pueden causar al ambiente, pero
la agroecología te abre un mundo de posibilidades para
la producción y te da herramientas para dar opciones a
la agricultura tradicional”, aseguró.