Córdoba,
Veracruz.- Las que hablan son Catalina Reyes Revuelta,
estudiante de octavo semestre de la Facultad de Odontología
de la Universidad Veracruzana en Río Blanco, y Elsa María
Guadarrama Elizalde, de sexto semestre.
Pertenecen al grupo de porristas de la facultad, formado hace cuatro
años más que nada porque María Esther Gidi
y Torres acostumbra realizar un evento deportivo anual entre facultades
de ciencias de la salud con equipos de voleibol, |
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basquetbol,
fatbol y ajedrez y un día preguntó a las chicas si
podían ir a echar porras. Así fue como nació
el grupo que ahora participa cada año.
Primero iban con shorts de mezclilla, playeras y tenis; ahora están
organizadas con más “niñas, chavos y uniformes”.
Ellos visten pants color azul y playera blanca, ellas llevan una
falda corta.
El dinero lo han ganado a través de rifas, no lo han pedido
a la facultad, pero ahora consideran esa opción pues el vicerrector
está de acuerdo en apoyarlas. Este año el evento será
el 28 de marzo en el Club Azucareros de Córdoba, con participación
de equipos varoniles y femeninos de Medicina, Enfermería
y Odontología.
Antes asistían adonde las llamaban, como los interfacultades;
ahora las conocen más y las han invitado por ejemplo a la
inauguración de las canchas de futbol rápido en Orizaba,
a desfiles, a Medicina, a fime y llevan dos partidos de futbol apoyando
a los Albinegros de Orizaba de segunda división.
Poseen entrenamiento además de que antes de empezar cualquier
tabla de música y baile realizan calentamiento previo; no
son ni quieren ser las porristas que bailan bonito, intentan tener
condición física y sentirse bien. Las pirámides
las organiza la capitana “Cati”, por su mayor experiencia,
y los bailes lo ponen entre toda la porra.
Catalina es porrista desde la secundaria, en la Federal número
6, y el bachillerato en Cancún, y ahora que llegó
a la Facultad de Odontología de la Universidad Veracruzana
en Río Blanco comparte sus conocimientos en el arte de transmitir
entusiasmo, alegría, belleza y emoción en los eventos
en que participan. Ellas están conscientes de que deben dedicarle
el tiempo suficiente a esta actividad, pero sin descuidar el estudio,
y en su mensaje a los compañeros insisten en que si alguno
tiene una inquietud, ya sea deportiva o de investigación
académica, que la lleve a cabo, si se le ocurriera algo que
no exista en la escuela ni aun como remota posibilidad, que lo haga
realidad y que además se divierta con ello sin descuidar
la escuela, porque la vida es energía, hay que echarle ganas
en todo. No está de más mencionar que Catalina obtuvo
el semestre pasado 8.7 de promedio y Elsa 9.2. |