Año 3 • No. 97 • marzo 31 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Mensaje Internacional 2003
Día Mundial del Teatro
Roberto Benítez

Desde hace ya 41 años, en 1961, fue instituido por el Instituto Internacional del Teatro (ITI) el Día Mundial del Teatro que se celebra anualmente el 27 de marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional. Con este motivo se organizan diversos eventos nacionales e internacionales.

Uno de los más importantes es la circulación del mensaje internacional, que tradicionalmente se escribe por una personalidad de talla mundial, quien responde a la invitación del ITI.
Este año corrió a cargo del alemán Tankred Dorst (1925), dramaturgo, narrador, cineasta, autor de piezas radiofónicas y traductor. En 1950 inició su formación universitaria en Filología Alemana, Historia del Arte y Arte Dramático en Bamberg y Munich. En 1960 estrena sus primeras obras de teatro: Die Kurve en Lübeck, Gesellschaft im Herbst en el Teatro Nacional de Mannheim y La Bufonatta en Heidelberg.

De las numerosas obras que se estrenaron en los teatros alemanes y europeos están por ejemplo: Toller (1968), Eiszeit (1973), Die Villa (1976), Merlin oder Das wüste Land (1981), Parzival (1987), Korbes (1988), Karlos (1990), Herr Paul (1994) y Die Lengende vom armen Heinrich (1997).

Dorst también dirigió las películas: Klaras Mutter (1978), Mosch (1980) y Eisenhans (1982).

Su obra ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos: el Premio Gerhard Hauptmann (1964), Premio de la Ciudad de Florencia (1970), Premio del Teatro de Lisboa (1970), Premio Literario de la Academia de Bellas Artes de Baviera (1983), Premio Mülheim para autores dramáticos (1989), Premio Georg Büchner (1990), Premio eta Hoffman (1996) y Premio Max Frisch de la Ciudad de Zürich (1998).

En la actualidad vive como autor independiente en Munich. Sus farsas, parábolas, obras en un acto y adaptaciones de los años 60 han seguido la tradición del Teatro del Absurdo. Su obra dramática monumental Merlin oder das Wüste Land, estrenada en 1981 en el Teatro de Düsseldorf, narra desde la perspectiva de los nacidos después de la guerra, “una historia de nuestro tiempo: el fracaso de las utopías”.

Tankred Dorst.
La crítica coloca esta obra como un drama universal al lado del Fausto de Goethe, y señala sobre el autor: “Todas las piezas de Dorst hacen referencia directa al presente, desde Toller hasta Hamsum, de la primera pieza didáctica al mito y a la explosión posmoderna. Durante 30 años Dorst ha reaccionado con sus obras teatrales a las grandes transformaciones. Siempre ha sido un compañero de su tiempo.”

Así pues, la divulgación de este mensaje sirva como modesto homenaje al teatro en su día; aquí el mensaje que Tankred Dorst escribió para toda la comunidad teatral del mundo este año:
“Siempre de nuevo nos planteamos la pregunta de si el teatro sigue aún teniendo vigencia.
“Durante 2 mil años el teatro sirvió al mundo de espejo, planteaba la situación del hombre. La tragedia reflejaba la vida como destino fatal, y la comedia muy a menudo también. El hombre estaba plagado de defectos, erraba de un modo fatal, se encontraba en pugna con sus circunstancias, ansiaba el poder y era débil y pérfido; tenía la inocente alegría del ignorante y enfermaba de Dios.

“Ahora oigo decir que nuestra vida ya no es abarcable con los medios tradicionales del teatro, ni con la dramaturgia tradicional, y por lo tanto ya no sería posible contar historias.

“En su lugar: textos de diversa índole, ausencia de diálogos reemplazados por enunciados y declaraciones. Ninguna acción dramática.

“En el horizonte de nuestras vidas emerge ya otra especie humana muy diferente: seres clonados y manipulados genéticamente a deseo y según intención. Este nuevo tipo de hombre infalible –si lo hubiere– no precisaría ya del teatro como nosotros lo conocemos. Los conflictos que en él se ven planteados le resultarían ininteligibles. Pero el futuro no lo conocemos. Creo que deberíamos con toda la fuerza y todo el talento que nos ha sido dado –por quien no sabemos– tratar de defender nuestro presente maligno, bello y lleno de imperfecciones, nuestros sueños irracionales y nuestros esfuerzos en vano, contra el futuro incierto.

“Los medios de que disponemos son abundantes: el teatro es un arte impuro y en ello radica su fuerza vital. Utiliza sin miramientos todo lo que se le pueda cruzar por el camino. Siempre traiciona sus propios principios. Se sobreentiende que no está a salvo de las modas vigentes de la época, se sirve de la imaginería de otros medios, se expresa a veces con lentitud, otras con vivacidad, tartamudea, enmudece, es exagerado, extravagante y banal, se esquiva, fulmina historias y no obstante las cuenta.

“Estoy esperanzado de que el teatro siempre de nuevo se llene de vida, en tanto que los hombres sienten la necesidad de presentarse y mostrarse mutuamente como son y como no son y como deberían de ser. Sí. ¡Que viva el teatro! Pues es uno de los grandes inventos de la humanidad, grande como el invento de la rueda, como el dominio del fuego.”

*Roberto Benítez: estímulos a la creación y desarrollo artístico 2003, con información recabada de la dirección Web del ITI: http://www.iti-worldwide.org.