Una frase que leí una vez en un libro decía: “Aseguraré que el camino que sigas tenga corazón”. Esto para mí tiene muchísimo significado personal.

¿Qué significa que un camino tenga corazón? Esto lo interpreta cada quien a su manera, obviamente. Para mí, seguir un camino con corazón es vivir la vida intensamente, haciendo lo que uno realmente quiere hacer, eso sí, sin caer en excesos, ni dañando a ningún otro ser humano, porque ahí el camino pierde al corazón; no se trata de ser un rebelde en la vida contra de todo o dañar a los demás; así desperdiciarías muchísimo tiempo de vida al estarte creando problemas en vez de aprovecharlo para hacer cosas más productivas; con esto no me refiero a hacer más dinero, sino a leer un buen libro y reflexionarlo mucho por ejemplo, o conocer personas interesantes y que tengan tema de conversación, para así ver qué ideas buenas puedes tomar de ellas, conocer lugares, tener conversaciones de verdad con la gente, el placer de una buena comida hecha por ti mismo, pensar sobre la vida y definir tus metas; para mí todo radica en la “voluntad de ser”, es decir, el destino de cada uno está en nuestras propias manos. Primero debes definir muy bien tus gustos, tus disgustos, el tipo de gente con la que te gusta convivir, pero tampoco hacer menos a nadie, debes saber tratar a la gente según su forma de ser, eso sí, nunca siendo agresivo, aunque en ocasiones tienes que saber cómo callar a una persona presumida, no con golpes sino con palabras, y saber aprovechar todos los medios a tu alcance para seguir una línea o, por así decirlo, un camino de vida, y si en algún momento nos pasa algo inesperado como un problema, no por eso nos vamos rendir, tenemos que salir adelante y volver al sendero que estábamos siguiendo, porque si no sigues después de eso quiere decir que tu voluntad no estaba con ese camino, y en cambio, si superas el problema y retomas tu camino original es algo grandioso, porque te das cuenta que realmente tu voluntad quiere eso y lucha por ello. Hay millones de destinos, pero tú te trazas una idea del que quieres y usas todo a tu alcance para llegar a él antes que nadie o en conjunto; a fin de cuentas abras hecho con tu vida lo que tú quieres; a mí me gustaría llegar a anciano y decir antes de morir: “Fui feliz”, con una gran sonrisa; aunque cabe mencionarte que para mí la felicidad no significa casa, carros, dinero, etcétera. El dinero es útil, lo sabemos, y no es que quiera vivir en la miseria, simplemente no le doy esa importancia vital que la mayoría de los seres humanos le da, como una forma de status. Estoy completamente conciente que llevar una vida o tener una visión más o menos como la mía es difícil en la actualidad, porque si le dices a la gente cómo piensas o ven que actúas diferente a ellos, no tienes los gustos y anhelos en común, eres un “raro” o te hacen a un lado, te critican, pero uno tiene que seguir firme y saber aguantar todo eso, pues son obstáculos para la vida que encierra la sociedad contemporánea con su capitalismo, su obsesión por el poder adquisitivo.