«Debemos impulsar convenios internacionales para la protección de recursos naturales”: Manuel Merchán Fornelino
La destrucción de los ambientes marinos amenaza a seis especies de tortugas marinas
Paola Cortés Pérez
Los espacios naturales protegidos por una legislación, como son las figuras de parques nacionales o áreas naturales protegidas, poco han ayudado y colaborado en la conservación y reproducción de la biodiversidad de fauna y flora, consideró Manuel Merchán Fornelino, coordinador general de la Asociación Chelonia Internacional, durante su estancia en la Facultad de Biología.
El especialista en el tema dictó la conferencia magistral “Necesidades de la conservación biológica, ecosistemas y especies”, el 6 de octubre, con la cual se inauguró el Curso internacional sobre Gestión de Proyectos para la Conservación de Ecosistemas con Participación Social, que concluirá el 13 de este mes y está dirigido a estudiantes, profesores e investigadores.
A nivel mundial, resaltó que es preocupante el descenso en el número de especies de fauna y flora, lo cual demuestra que ha sido de muy poca ayuda tener espacios naturales protegidos o zonas naturales vírgenes.
“Esto nos muestra que la problemática de la contaminación y pérdida de ambientes naturales no debe ser enfrentado por los países de manera individual sino en conjunto, porque se han convertido en problemas globales que requieren de acciones del mismo tipo.”
Ante esta situación, consideró que es necesaria la participación activa de la sociedad en general, y esto puede lograrse a través del uso de las tecnologías de la comunicación, y de la conformación de organizaciones civiles e instituciones globalizadas (entiéndase que tengan una participación de diferentes países).
“Debemos impulsar convenios internacionales para la protección de recursos naturales y creación de organizaciones globales para la gestión y conservación de los ambientes naturales”, comentó.
Tortugas marinas, en riesgo
Un ejemplo de una problemática ambiental global es la actual situación de las tortugas marinas, pues los esfuerzos económicos y humanos han servido poco para elevar su población, indicó Manuel Merchán.
Comentó que a pesar de que las tortugas marinas están incluidas en todos los convenios internacionales de conservación desde hace más de 50 años, seis de las siete especies tienen algún peligro: críticamente amenazadas, golfina o kemp y carey; en peligro de extinción, verde y boba; laúd y olivácea, en situación vulnerable; y aplanada, que no está considerada en peligro porque no se tiene información sobre su situación.
Recordó que hace algunas décadas, las principales amenazas eran la recolección de huevos y la caza, situaciones que fueron atendidas por los países y organismos internacionales; sin embargo, años después su población sigue descendiendo al punto de la extinción.
El conferencista dijo que en la actualidad la principal amenaza es la destrucción de los ambientes marinos, es decir, el calentamiento global, la contaminación de los océanos, la degradación de las zonas costeras y el uso indiscriminado de artefactos de pesca. En resumen, “son problemas globales los que están acabando con esta especie”.
Merchán Fornelino enfatizó que las actividades de pesca (redes abandonadas y pesca por arrastre) son las que más daño causan a las tortugas marinas.
“Al año, estimamos que en todo el mundo aproximadamente 500 mil tortugas marinas son capturadas accidentalmente, aunque la cifra puede ser mayor. Cerca del 90 por ciento a las que hicimos autopsia habían tragado bolsas de plástico.”
Por último, reiteró la importancia de construir metodologías de acción globalizadas y conformar instituciones globalizadas, dedicadas a la protección y conservación del medio ambiente, en las que
participa la sociedad civil.