Asistentes al Seminario Universidad, Diálogo y Sustentabilidad Humana
Carlos Hugo Hermida Rosales
María Eugenia Guadarrama Olivera, coordinadora del Centro de Estudios de Género, afirmó que los estudios en la materia están relacionados íntimamente con el feminismo, ya que en sus orígenes una de las principales luchas de este movimiento era la reivindicación de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
El 3 de junio en la cuarta sesión del III Seminario Universidad, Diálogo y Sustentabilidad Humana, organizado por el Centro de Eco-Alfabetización y Diálogo de Saberes (EcoDiálogo) y la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustenta), la investigadora habló de los inicios del feminismo moderno en los albores del siglo XX, cuando en diversas partes del mundo las mujeres comenzaron a luchar por el voto.
Guadarrama Olivera, acompañada por Lázaro Sánchez Velásquez, titular de CoSustenta, y Edgar Eduardo Ruiz Cervantes, investigador de EcoDiálogo, detalló cómo este movimiento social fue precursor de los estudios de género.
Agregó que posteriormente, a finales de los años cincuenta y a lo largo de los sesenta, hubo una serie de acontecimientos sociales tanto a nivel nacional como mundial, que dio pie a que el movimiento feminista tuviera un gran auge en diversos países; en el caso de México, adquirió fuerza en la década de 1970.
La también Doctora en Antropología mencionó que las líderes del feminismo en aquella época recuperaron estudios a través de la antropología, en los cuales se demuestra que la natural división entre hombres y mujeres, que daba pie a diferencias en derechos para cada género, era incorrecta.
“Estos estudios demostraron que ciertas actividades que se consideraban propias de la mujer en determinada cultura, eran realizadas por hombres en otra distinta, y viceversa, lo cual indicaba que los quehaceres no debían estar ligados al sexo del individuo”, aseguró Eugenia Guadarrama.
Afirmó que cuando las feministas llegaron a la academia se empezó a plantear el concepto de género con mayor fuerza, así como lo que ocurre en relación a él en las diferentes disciplinas; con ello empezaron a surgir los primeros “estudios de la mujer” reconocidos en instituciones de educación superior, en torno a los cuales surgen programas educativos y grupos de estudio.
La investigadora declaró que aunque hoy en día aún existe rechazo a los estudios de género ya que incomodan a mucha gente, cada vez existe mayor apertura hacia ellos, pues se comienza a utilizar el concepto de “género” sin afán de cuestionar la naturalización de las diferencias entre hombre y mujer.