Con la propuesta tecnológica “También tengo derecho a estudiar: Migración retorno en México”, buscan atender la problemática que han vivido
David Sandoval Rodríguez
Alumnas de la Universidad Veracruzana (UV) ganaron el concurso nacional “Vive conCiencia” 2016, en la categoría Migración, con una propuesta tecnológica que busca atender los problemas y necesidades de los migrantes que retornan a territorio nacional, por lo que se hicieron acreedoras a un reconocimiento que recibieron el 8 de diciembre de 2016 en el Senado de la República.
Etziba Yhorleni Álvarez Pérez, de Antropología Social, Soar Rebeca Vega Marín, de Negocios Internacionales, y Nallely Marín González, de Sociología, son hijas de padres mexicanos y vivieron en Estados Unidos (EEUU), por lo cual tienen ambas nacionalidades.
Ellas mismas son migrantes retorno, término con que se designa a aquellos que vuelven a su país de origen. En el caso de las universitarias, fueron sus familias las que decidieron regresar a México.
Fue a partir de sus vivencias y de su proceso de adaptación a la vida y al sistema educativo de nuestro país, que surgió la idea de trabajar el tema de la migración y, en consecuencia, diseñar un proyecto para concursar en la iniciativa “Vive conCiencia”, convocada por organismos como la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Senado de la República, la Cámara de Diputados y el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), entre otros.
En 2012, se efectuó por primera vez en México la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación, un ejercicio de comunicación de la ciencia y consulta pública respecto de 10 grandes retos de la sociedad mexicana, cuya finalidad era contribuir a mejorar la calidad de vida, con aportes de la ciencia, la tecnología y la innovación.
El primer concurso “Vive conCiencia”, dirigido a estudiantes de licenciatura, se lanzó en 2014 a nivel nacional; en 2016 se presentaron los mismos 10 retos: Agua, Cambio Climático, Educación, Energía, Medio Ambiente, Investigación Espacial, Salud Mental y Adicciones, Salud Pública, Seguridad Alimentaria y Migración, con el objetivo de “construir una sociedad informada sobre la diversidad migratoria y sensibilizada con los derechos de los migrantes”.
Cabe señalar que las universitarias superaron, en primer término, a los equipos de la fase regional en Veracruz, por lo que pudieron competir en la fase nacional.
Ayudar a familias de migrantes retorno
Las universitarias participaron con el proyecto “También tengo derecho a estudiar: Migración retorno en México”, el cual busca atender la situación que ellas mismas vivieron cuando necesitaron ingresar al sistema educativo mexicano, tomando en cuenta las necesidades y dudas de quienes buscan revalidar sus estudios o regularizar su situación escolar.
“Tuvimos la idea de realizar un proyecto de migración en los ámbitos educativo y legal, buscamos alternativas para ingresar a la escuela sin tantos problemas, informando a las personas sobre lo que tienen que hacer al regresar, a dónde tienen que ir y qué trámites deben realizar”, comentó Soar Vega.
Además, se pondrá en marcha una plataforma en inglés y español para brindar información a las familias que enfrenten una situación similar.
“La idea principal consiste en concentrar la información, sistematizarla y organizarla para los migrantes retorno, a fin de facilitarles su proceso de transición y readaptación. Queremos quitarles un peso de encima, pues no saben qué hacer ni a dónde acudir; con la plataforma buscamos proveerles información actualizada y vigente”, precisó Nallely Marín.
La plataforma incluirá información sobre los diferentes sistemas educativos, como los bachilleratos tecnológicos, para que los usuarios elijan el que más se adapte al lugar donde piensan residir.
Las universitarias añadirán información general y consejos sobre algunos aspectos de la vida en México, como el uso de las monedas y las costumbres, con la intención de evitar un “choque cultural”.
“Realmente existe una comunidad grande de migrantes retorno que muchas veces no se expresa o no se reconoce, y cuya necesidad de información y atención no ha sido tomada en cuenta”, expresó Yhorleni Álvarez.
La joven explicó que cuando se desconocen los trámites se pueden hacer cosas incorrectas, como obtener un acta de nacimiento en México para inscribir a un niño en la escuela, lo que puede ocasionar que éste pierda la doble nacionalidad.
“Tienes que escarbar en todos los archivos mexicanos para obtener información y conocer las instituciones, porque no te dicen nada, vas a otra institución y tampoco; es muy importante que las personas que tienen doble nacionalidad sepan lo que tienen que hacer”, apuntó Marín González.
La plataforma, añadió, informará sobre los deberes ciudadanos y aspectos legales para obtener beneficios como seguridad social.
En una siguiente etapa, adelantó, se trabajará para desarrollar una aplicación (App) de la plataforma, descargable en teléfonos móviles y que despierte el interés de migrantes y migrantes retorno, para formar una comunidad.
“Nos gustaría que esta plataforma no sólo sirva para Veracruz, sino que tenga alcance a nivel nacional”, comentó Soar Vega.
Su situación se convirtió en su tema de estudio
Nallely Marín nació en California y desde niña vive en México, por lo cual posee la doble nacionalidad; ésta es la razón por la que la migración es su tema de interés.
Conoció a sus compañeras por circunstancias distintas: se acercó a Yohrleni por el interés en un tatuaje y conoció a Soar en la Escuela para Estudiantes Extranjeros (EEE).
El trabajo para elaborar la propuesta inició una semana antes de que cerrara la convocatoria y fue Karla Landa, que entonces trabajaba en la Coordinación de Movilidad Estudiantil, quien les comentó sobre el concurso, recordó Yohrleni.
Las jóvenes decidieron colaborar en un proyecto y solicitaron el apoyo de Carlos Alberto Garrido de la Calleja, miembro del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), quien estudia el tema de la migración.
Desarrollaron el proyecto a lo largo de una semana, “regresamos a México pero estuvimos estudiando en EEUU, y decidimos abordar el tema de la migración”, explicó Marín González.
Por su parte, Soar relató que creció en Xalapa y a los ocho años se trasladó con su familia a Chicago, donde vivió cerca de una década; sin embargo, hace seis años decidieron volver.
“Me interesó el tema porque cuando regresé hubo muchos conflictos en cuanto a trámites escolares, perdí dos años para poder inscribirme e ingresar a la UV por el papeleo y la revalidación de documentos”, explicó.
Ella realizaba su servicio social en la EEE, cuando Karla Landa le comentó de la convocatoria, que incluía entre sus temas el de la migración. “Le comenté a Yohrleni, le gustó mucho la idea y lo platicamos con Carlos Garrido, aunque pensamos que una semana no sería suficiente tiempo para presentar la idea”.
La historia de Yhorleni Álvarez es distinta, ya que viajó a EEUU cuando tenía dos años y medio con su mamá y su hermana de ocho meses, “pero hasta los 16 años me enteré que estaba viviendo como indocumentada, que habíamos cruzado el río Bravo y la historia típica”.
En 2009 sus padres decidieron retornar a México “porque las leyes se hicieron más complicadas en EEUU y cuando volvimos éramos cuatro hermanos; dos de ellos re-emigraron hace un año a Florida por la misma razón: el sistema educativo no forjaba realmente su educación, fuimos a los consulados para revalidar toda la documentación necesaria antes de llegar a México y cuando llegamos aquí no nos aceptaban a mí ni a mi hermana en la secundaria y la preparatoria, me decían que esta última la tenía que comenzar de nuevo porque ninguna institución me iba a aceptar, al menos que hiciera un trámite oscuro”, agregó.
“Mi mamá dio varias vueltas y fue gracias a que mi papá trabajaba en la Dirección de Parques y Jardines del municipio que solicitó a la alcaldesa el apoyo para que me aceptaran en un bachillerato tecnológico, lo cual sucedió en menos de 48 horas, esto evidenció que sí se puede, sólo que el personal no conoce los procedimientos y suceden otro tipo de situaciones irregulares.”
Posteriormente ingresó a la Licenciatura de Negocios Internacionales, pero al llegar al tercer semestre no se sentía satisfecha y cada vez era más consciente de ser una migrante retorno.
Decidió cambiarse a la Licenciatura en Antropología Social por el plan de estudios, aunque también contempló ingresar a Sociología; ahora su línea de investigación es la migración y cursa el tercer semestre.
Conoció al profesor Garrido de la Calleja porque es también su línea de investigación y a Soar Vega en la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales, donde se acercó para preguntarle con respecto a su experiencia como migrante retorno.
Las jóvenes recordaron que cuando iniciaron el proyecto, el periodo de recepción había terminado formalmente, pero el plazo se extendió una semana, lo que les permitió elaborar su propuesta en medio de desvelos, estrés y el apoyo del investigador.
“Fue precisamente en el Día de Acción de Gracias que nos avisaron que habíamos ganado el primer lugar nacional en el reto de migración”, recordó Soar Vega.
La educación en EEUU y su nuevo presidente
Las ganadoras expresaron que el hecho de que Donald Trump haya ganado las elecciones presidenciales en EEUU provocó reacciones adversas entre los migrantes, muchos de los cuales podrían volver a México ante el temor de ser deportados.
Explicaron que el sistema educativo de aquel país no contempla exámenes de admisión para ingresar a la secundaria, pues los expedientes sólo se transfieren de una escuela a otra.
Otra diferencia es que en México se deben realizar trámites como
la obtención de firmas o el apostillar documentos, que implican varios días de gestión y, en ocasiones, de retraso.
Tal fue el caso de Soar, quien tardó dos años para poder ingresar a la universidad, mientras que Nalley perdió un año por las mismas circunstancias.
Antes de salir de EEUU, la familia de Yhorleni acudió a la representación diplomática de México, donde aparentemente le revalidaron sus documentos; sin embargo, al intentar inscribirse en el sistema educativo mexicano, éstos no fueron reconocidos.
Señalaron que el ambiente en la universidad es muy distinto con respecto a la relación entre profesor y alumnos: “Te vas adaptando a las clases porque a veces hay palabras en español que no entiendes y eso va rezagándonos un poco”, comentó Nallely.
Esto no es una excusa, advirtió, “pero siempre tuve problemas con las profesoras de inglés porque no querían que yo participara en la clase y por lo mismo no entraba”.
Por otro lado, Yhorleni señaló que esta problemática va más allá de la relación maestro-alumno: “Algunos se sienten amenazados porque hablamos muy bien el inglés, lo cual es normal para nosotras, otras personas nos ven raro porque utilizamos otras palabras e incluso nos dicen que ya no hablemos así porque estamos en México”.
Su decisión de estudiar la migración emanó de las dificultades que debió salvar para cursar una licenciatura, ya que su interés era estudiar Enfermería. “Entrar a la universidad era mi único sueño y la Veracruzana fue mi única opción, porque en otras instituciones no te reconocen como extranjero sino como mexicano; ingresé a la FCAS y no me sentí cómoda, en cambio en Antropología me di cuenta de que muchas personas me podían ayudar con su experiencia”.
UV sería la primera en atender a migrantes retorno
Respecto a la plataforma informática, Garrido de la Calleja señaló que buscarán el apoyo de la Dirección General de Tecnología de la Información (DGTI) para el desarrollo de la aplicación, con la información que actualicen y administren las creadoras de la propuesta.
“La Veracruzana sería la primera universidad del país en atender a migrantes retorno en su ingreso a las escuelas, además de orientar a sus familias”, recalcó el investigador, y agregó que se analiza la posibilidad de que los estudiantes en esta situación que ya cursan un programa educativo en la UV sean considerados para realizar estancias de movilidad en EEUU, así como estudios de posgrado, “tomando como ventaja competitiva su perfil bicultural y su manejo del idioma inglés; queremos contribuir con acciones concretas, dirigidas a esta población”.
El panorama que enfrentan los residentes mexicanos no regularizados en EEUU se ha complicado desde 2014, cuando la cifra de deportados durante la presidencia de Barack Obama superó la del periodo de George W. Bush, con siete millones de personas.
La cifra, apuntaron las entrevistadas, se sigue incrementando al grado de que uno de los apodos de Obama es “Deporter in Chief” (Deportador en Cargo).
Fue a raíz de la problemática que ellas vivieron y de su investigación que comenzaron a trabajar con un grupo especial de universitarios migrantes retorno, de manera informal: “Necesitamos recursos para movernos y conocer cómo está la situación al interior de la máxima casa de estudio, cuáles son y han sido sus problemáticas, qué estudian y cuáles son sus propuestas para continuar”, puntualizó Garrido de la Calleja.
Otro de los objetivos a mediano plazo es que los jóvenes migrantes puedan capacitar a académicos en el manejo del inglés y con ello fortalecer sus habilidades para aspirar a una beca de formación profesional o una estancia académica en otro país, como en su caso, que mediante la preparación con las jóvenes pudo acreditar la entrevista de la primera etapa para tener acceso a una beca Fulbright, “es un ejemplo claro de cómo podemos hacer un trabajo en equipo”, enfatizó.
Las entrevistadas comentaron que en la UV han adquirido habilidades y conocimientos sobre la interculturalidad y la comprensión de otros idiomas, lo que puede contribuir a la formación de sus compañeros: “No estamos diciendo que somos mejores, sino que tenemos diferentes habilidades que no se están aprovechando. Estos estudiantes tal vez están en las sombras porque se sienten incapaces de conectarse con sus compañeros o porque los profesores los van frenando”, explicó Soar Vega.
Recordaron que la directora de la FCAS, Martha Patricia Domínguez Chenge, se mostró sorprendida cuando le comentaron acerca de su proyecto y cómo los conocimientos que poseen podrían ser de utilidad para los alumnos y para apoyar la formación de los académicos en el extranjero.
Existe además otro proyecto en el que participan varios grupos integrados por universitarios y que busca atender la convocatoria de la Fundación y Premio Hultz, aunado a la Fundación Clinton, que plantea el reto de la migración forzada y los refugiados; su lema para la presente convocatoria es “Despertando el potencial humano”, bajo el cual se busca crear una empresa social que ayude a atender esta problemática mundial. Es la primera vez que la UV participa en este concurso.
“Estamos trabajando en ello con otras dos compañeras: Maritza Colorado, de Negocios Internacionales, y Helen Lagos Hernández, de Antropología Social; nos inscribimos y estamos trabajando en una propuesta que será sometida a un comité evaluador, los ganadores asistirán a una ronda final en San Francisco, California”, precisó Yhorleni Álvarez.
Bajo el nombre de “Quilt”, que en inglés significa “colcha hecha a base de retazos”, su propuesta de empresa socialmente responsable buscará atender las problemáticas de los migrantes centroamericanos y sudamericanos tema poco reconocido por las autoridades migratorias.
Finalmente, las universitarias agradecieron el apoyo de los académicos Nesly Muñoz Cortés, de la Licenciatura en Negocios Internacionales, y Alejandro Falcón Rodríguez, de la Facultad de Derecho.