Año 16 No. 674 Abril 24 de 2017 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Vélez Arceo, purista en la preservación de las tradiciones

Contenido 39 de 44 del número 674

El maestro falleció en 2010

 

Bailarines recordaron al fundador del Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana

Lucero Mercedes Cruz Porras

En el marco del 6º Festival Folklórico de Veracruz “Miguel Vélez Arceo”, organizado por la Dirección General de Difusión Cultural (DGDC) y el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana (UV), se presentó la mesa de diálogo “El legado artístico de Miguel Vélez Arceo”, el 29 de marzo en el mezzanine del Teatro del Estado.
Blanca Ramírez Gil, Arturo García Solís, Clara Elena Cortés Díaz, Erasto Ortiz Oloarte, Elsa Malpica Muñoz, Emmanuel Martínez Hernández, Alberto García Domínguez, María del Pilar García Álvarez y Ángela Pérez Salazar compartieron memorias y experiencias personales con el fundador del Ballet Folklórico de la UV.

Un genio visionario
Miguel Vélez Arceo nació el 29 de septiembre de 1928, en Tuxtepec, Oaxaca. Desde joven mostró un gran interés por el arte, por ello viajó a la Ciudad de México para profesionalizarse como maestro; pero fue hasta 1958 cuando egresó de la Academia de la Danza Mexicana. Después de algunos años, fue invitado por el entonces gobernador de Veracruz, Fernando López Arias, para integrarse a su gabinete y crear el Departamento de Educación Estética.
En 1973, bajo el rectorado de Roberto Bravo Garzón, se integró a la UV, nicho en el cual fundó la primera compañía profesional de danza folklórica. Dentro de esta casa de estudio realizó una intensa labor de investigación, con la colaboración de músicos, antropólogos, etnólogos y académicos, para montar el primer programa del Ballet: Raíces del pueblo, un retrato de las expresiones culturales del estado.

Breve repaso coreográfico
Raíces del pueblo marcó en 1974 el rumbo de la compañía de danza, al reconstruir en un cuadro escénico rasgos profundamente estudiados de las poblaciones de Veracruz, de norte a sur. Desde este momento, la agrupación musical Tlen Huicani –fundada y dirigida por Alberto de la Rosa y Sánchez– acompañó las presentaciones del Ballet, que en esa fecha estaba integrado por 30 bailarines profesionales y 24 becarios.
En los años siguientes, Miguel Vélez diseñó los cuadros Fiestas de México (1976) y Retablos de provincia (1977), donde expuso las virtudes de diversas regiones del país y destacó la riqueza de sus tradiciones. Durante este periodo, el maestro también formó parte del grupo de fundadores del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana.
En 1978, una compilación de cuadros realizada en el montaje de Así es México llevó al Ballet a una gira internacional durante tres meses. Tiempo después, en 1980, se implementaron nuevas danzas y creció el equipo creativo, con el programa Latinoamérica es…; sin embargo, fue hasta 1982 cuando se montó un cuadro dedicado al público infantil, Colores de ayer. Posteriormente, con la pieza Alma Nacional (1985) se presentó una superproducción que llegó a diferentes recintos en compañía de Tlayoltiyane.
La última etapa de Vélez Arceo al frente de la compañía estuvo marcada por las obras Contrastes (1993) y Esencia y consecuencia (2003), que precedieron la creación de dos de los últimos cuadros elaborados por el maestro: De la marimba al son y Tras la huella del jaguar.

Patrimonio de los veracruzanos
Miguel Vélez Arceo fundó y dirigió el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana durante 45 años, hasta su muerte en 2010. Este genio creativo dedicó su vida a una labor permanente de recuperación de las tradiciones de México a través de su lenguaje artístico, la danza, patrimonio que está plasmado en los 14 cuadros escénicos que heredó a la primera compañía profesional de danza de esta casa de estudio.
Pero el legado de este emblemático personaje no sólo radica en las obras que creó, sino que logró el reconocimiento oficial de los bailarines de la agrupación con las mismas prestaciones que cualquier otro trabajador de la UV; un parteaguas para el patrocinio permanente de la danza en el país.

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