Karina de la Paz Reyes Díaz
Mónica Quijano y Rafael Mondragón, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), abordaron el pensamiento conservador, así como el radical y libertario del siglo XIX, a través del mexicano Francisco Pimentel y el venezolano Simón Rodríguez.
Ambos protagonizaron la Mesa 4 “La historia y sus márgenes” del Coloquio Internacional “Historia e historiografía de las Américas siglo XIX. Entre la historia y la literatura”, en el marco de la Cátedra “José Martí”, el 16 de junio en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Xalapa.
Quijano presentó “La construcción de la literatura nacional y las literaturas en lenguas indígenas”, y Mondragón “La democracia radical, más allá del liberalismo y el conservadurismo”, bajo la moderación de Rodrigo García de la Sienra, coordinador de la Cátedra “José Martí” e investigador del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias.
Mónica Quijano, también coordinadora del proyecto “Historia de las literaturas en México” de la UNAM, centró su ponencia en Francisco Pimentel (1832-1893) y aclaró que tal texto parte de la inquietud de emprender un trabajo historiográfico sobre cómo surge, se desarrolla y afianza el concepto de literatura en lenguas indígenas.
Para ella, la postura de éste frente al legado indígena es fundamental: “Para Pimentel los orígenes de la historia literaria nacional están en la Nueva España; sin embargo, la huella de ese pasado precolombino se manifiesta
como la idea de un pasado que se quisiera superado, pero que acecha y emerge en el presente de la nación”.
En su época él fue valorado y reconocido por un ambicioso proyecto filológico intitulado Cuadro descriptivo y comparativo de las lenguas indígenas de México o Tratado de filología mexicana, publicado por primera ocasión en 1862; asimismo, emprendió otro amplio proyecto intitulado Historia crítica de la literatura y las ciencias en México desde la Conquista hasta nuestros días, del cual sólo alcanzó a preparar la edición dedicada a la poesía.
La investigadora de la UNAM hizo mención a una obra más: Memoria sobre las causas que han originado la situación actual de la raza indígena de México y medios para remediarla (1865), que fue dedicada a Maximiliano de Habsburgo.
En su intervención, Rafael Mondragón lamentó el clima de violencia que predomina en el país desde hace más de una década. “Esas cosas hay que decirlas, porque también están presentes en reuniones de este tipo, porque en medio de esto, aún puede ser útil regresar a los relatos de algunas utopías del siglo XIX y nutrirse de su potencia, fragilidad y dificultad”, dijo.
Su texto se centró en Simón Rodríguez, cuyo discípulo fue el libertador Simón Bolívar. Citó “fragmentos de un libro infinito, una obra abierta que se ofrece desnuda a sus lectores sin cerrar sus temas, invitándolos a seguir la pista, completando el libro por medio de la lectura, que como se ha dicho aquí es también reescritura. Como ocurrió con El Capital de Marx y tantas otras obras del pensamiento radical, Sociedades americanas de 1828 es una obra inconclusa”.
El investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, remarcó que lo común en la historia del pensamiento radical son libros inconclusos, grupos que aparecen y desaparecen, locales que abren y cierran, lectores que consiguen los libros que aman con grandes trabajos, gente que aprende a leer y escribir, que escucha y memoriza.