Paola Cortés Pérez
El libro Tarimas de tronco común, de Lily Alcántara Henze, egresada de la Facultad de Antropología, muestra que la cultura musical va más allá de la ejecución de un instrumento, “es el contexto social en el que se desarrolla”, expresó Rafael Vázquez Ávila, músico y director de Culturas Populares, al reseñar el texto.
La presentación se realizó el 16 de noviembre en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), con la presencia de la autora.
Rafael Vázquez comentó que el libro muestra que los versos, la poesía y las temáticas son el vínculo y similitud que perduran todavía entre los sones de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, y los de Veracruz.
En tanto, Bernardo García Díaz, investigador adscrito al IIH-S, habló de un segundo libro, autoría también de Lily Alcántara, se trata de un anecdotario del mariachi, donde recoge y reivindica la cultura de este género musical.
De igual manera, se presentó un DVD/CD de sones tradicionales del mariachi, el cual no sólo hace un rescate sonoro de los mismos, también presenta entrevistas con músicos que tienen más de 60 años de experiencia musical, algunos de ellos lamentablemente ya fallecieron.
Lily Alcántara comentó que el proceso de investigación del libro duró cinco años y fue resultado de la inquietud de comparar el son de artesa (o son de tarima) con el son jarocho y los fandangos de la Costa Chica.
“Traté de registrar lo elemental, de cómo se conformaron los géneros fandangueros y las similitudes que aún perduran. Traté de documentar todos los sones y fandangos que existen.”
En el caso del son de artesa, relató que mediante entrevistas a abuelos y personas que atestiguaron estos sones, logró plasmar detalles sobre el baile y música que actualmente ya no se practican.
Con referencia al anecdotario y el DVD/CD de sones tradicionales del mariachi, encontró que esta música fue compartida en toda la costa occidental de México.
“Un descubrimiento interesante es que tenían un baile que se llamaba ‘Puerto Rico’, el cual se realizaba con dagas muy filosas, quizá pudo ser similar al baile de machetes de Nayarit.”
Dijo que uno de los resultados positivos de este trabajo es que ayudó a reactivar un poco la música de la región de Jalisco y a fortalecer la memoria musical, sobre todo en este momento en que los corridos y narcocorridos han tenido una gran expansión.