Karina de la Paz Reyes
Científicos e investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) analizaron los factores favorables y desfavorables de los posgrados que se imparten en el país y coincidieron en que si bien éstos forman la masa crítica que México necesita, se debe cuidar que sean programas educativos con pertinencia social y que quienes los cursen lo hagan por vocación y no por el simple hecho de obtener una beca de estudios.
Este ejercicio de reflexión se desarrolló en el marco de la VI Expo Posgrado UV, el 17 de abril en la Casa del Lago, bajo el título “Mesa de discusión sobre el estado que guarda el posgrado en México: experiencia en nuestra universidad”.
En ésta participaron la coordinadora de la Maestría y Doctorado en Neuroetología, Laura Teresa Hernández Salazar; la coordinadora de la Maestría en Salud Pública, Dulce María Cinta Loaiza; el coordinador de la Maestría en Ciencias Sociales, Víctor Andrade Guevara. Además, los coordinadores de la Maestría en Matemáticas y en Ciencias Administrativas, Josué Ramírez Ortega y Martha Oliva Zárate, respectivamente.
Así como el representante de la Dirección General de Investigaciones, Adalberto Fox, en calidad de moderador. La pregunta que desató una serie de opiniones y reflexiones por parte de los panelistas y el público presente fue: ¿Por qué es importante estudiar un posgrado? Laura Teresa Hernández consideró que una debilidad actual del país es la falta de recursos humanos de calidad.
“Esto tiene un problema, porque el posgrado, independientemente del área, forma una masa crítica, con un pensamiento, con ideologías, con un conocimiento mucho más allá, más específico. Y creo que eso es de lo que México carece, de esa masa crítica que les permita tener un impacto social.”
Dulce María Cinta dijo que actualmente hay un boom de maestrías tanto en el sector público como en el privado. “Mi pregunta es, ¿realmente esta explosión de maestrías cumple con crear gente crítica, capaz de evaluar lo que está pasando en el entorno social? Otra pregunta más, ¿produce gente que realmente pueda integrarse al mercado de trabajo?”.
Lamentó que haya casos en que los aspirantes a ingresar a un posgrado tengan como principal interés la beca estudiantil que otorga el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). “Esto no es más que un reflejo de que los chicos no han podido encontrar cómo ubicarse en lo que será su vida laboral, y la salida es ‘me van a pagar por estudiar tenga o no vocación’.
Incluso, terminando la maestría ya están pensando en un doctorado que ofrezca beca Conacyt, lo cual quiere decir que no hay respuesta por parte de los mercados para incorporar a los profesionales que estamos produciendo”.
Además, Cinta Loaiza dijo que las instituciones educativas deben analizar qué es lo que quieren hacer, si formar con las directrices del mercado o no.
“Tenemos, en términos de lo que ofertamos, que hacer una reflexión de hacia dónde queremos ir con la preparación de los estudiantes”. Martha Oliva Zárate comentó que en su área ha notado que los jóvenes estudian por ocupar un espacio y porque recién egresados de las facultades no encuentran una ubicación inmediata que les satisfaga.
“Lo ideal es que lleguen a nuestros posgrados personas que por estar ejerciendo su profesión se den cuenta que requieren más información”.
Al igual que las compañeras que le antecedieron, se pronunció porque aquellas personas que pretendan estudiar un posgrado lo hagan por vocación.
Además, consideró que en lo que respecta a su área (administrativa) han surgido muchas maestrías que “lamentablemente” no son pertinentes, y no tienen una vinculación con el sector al que supuestamente están dirigidas, tal es el caso del sector empresarial y de servicios.
Víctor Andrade dijo que si México se compara con otros países cuyas economías sean más o menos similares, como Brasil, el nivel de formación en posgrado (sobre todo en doctorado) es muy inferior.
Comentó que a pesar de los recortes presupuestales, Conacyt tiene como propuesta lograr, al final del sexenio actual, la meta del uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pues es parte de una estrategia. “El país que no lo haga, simplemente está dejando de ser competitivo”.
Para el investigador se requiere crear más posgrados, lo que implica mayor infraestructura y recursos humanos, sin embargo coincidió en que la oferta debe ser acorde a la demanda en el mercado de trabajo.
“Muchos investigadores, al salir de sus posgrados, tampoco encuentran trabajo porque no se están creando plazas para profesores y docentes, aunque hace falta, porque nuestra cobertura para la demanda de estudios universitarios es muy baja”.
Finalmente, Josué Ramírez comentó que está claro que la ciencia y la tecnología son el punto clave para el desarrollo de los países. Citó como ejemplo que mientras Corea destina el cuatro por ciento del PIB a tales rubros, México no llega ni al uno por ciento.
“Se dice que a México le falta cultura de ciencia. Un gran porcentaje de la población cree en milagros, le tengo mucho respeto a la parte religiosa pero hay mucho de cierto en eso.
Como decía la maestra (Dulce María Cinta Loaiza), los estudiantes se interesan mucho por una beca pero no por realmente hacer ciencia, tener un desarrollo profesionalizante, competente y eficiente.
La problemática está ahí.” En la mesa de análisis también se exhibió el escenario de las universidades privadas, cuya oferta de posgrados la mayoría de las veces no está certificada en cuanto a su calidad, a diferencia de la oferta de las instituciones públicas.