Karina de la Paz Reyes
Para el narrador peruano Oswaldo Reynoso, todo escritor tiene una ideología, por ello su obra está dirigida a su pueblo, sobre todo a los más marginados, sin embargo para él actualmente el mercado editorial está invadido por “la novela bastarda”. Reynoso participó en “Voces de Perú y México, mesa de narrativa”, en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2015.
“Los libros que yo escribo están dirigidos a mi pueblo, un país con alto grado de analfabetismo, en donde el gobierno da muy poco dinero para la educación y hay cierta desidia por la lectura. El primer compromiso de un escritor es con su obra, y considero que la literatura es un arte que se hace con tres elementos fundamentales: la palabra, la imagen y la estructura. Si estos elementos no se encuentran en una obra literaria, no la leo, no es literatura.”
El escritor compartió que si bien en la actualidad el mercado está invadido por lo que califica como “novela bastarda”, es de celebrar que a pesar de las condiciones de su país haya editoriales netamente peruanas con un gran esfuerzo por divulgar el libro.
Añadió que los precios de los libros deben estar de acuerdo con los ingresos salariales de la sociedad. “Por eso es que yo, a las editoriales, les exijo que si van a sacar un libro mío tenga un precio adecuado, dadas las condiciones económicas de mi país.
Yo escribo para mi país, yo escribo para la gente que amo. Mi patria es el rostro de la gente pobre que amo”. En la mesa también participó Álvaro Lasso, fundador y director de la editorial peruana Estruendomudo, quien dijo que allá hace poco se despertó el movimiento editorial, por ello no es posible compararlo con países cuya trayectoria lectora es larga, como los de Europa.
“Hablamos de 40 o 50 librerías para 30 millones de peruanos, entonces la crisis lectora de España es nuestra vida cotidiana, tan es así que los mismos editores y libreros no se quejan, pues están acostumbrados a la carencia.”
Añadió que si bien el mundo editorial peruano se mueve en un espacio difícil, hay editores, escritores y libreros que afrontan la situación y siguen adelante. La muestra está en que “hay una gran tradición de autores peruanos que es desconocida a nivel internacional y merece atención”.
Lasso mencionó el caso de Reynoso, cuya novela Los inocentes (1961), un clásico en la literatura peruana, por primera ocasión será traducida a otro idioma, el italiano.
En tanto la cuentista mexicana Liliana Blum comentó sobre el quehacer narrativo, dijo que ella trata de representar la realidad tal y como la percibe. “Soy realista y es lo que intento retratar”. Finalmente, Paola Tinoco, editora y escritora mexicana, mencionó que aquí la crisis editorial también es algo vigente.
No obstante, remarcó que el mejor cliente de las editoriales españolas es México. “Hay algo muy extraño en este tema de que no hay lectores, sí los hay, pues crece el número de nuevas editoriales”.
Para ella, si bien las cantidades de libros que se venden no son las deseadas, sí hay un público y es por eso que continúan ahí las pequeñas editoriales. “El problema, más que de lectores, es de educación, porque muchos de ellos están enfrascados en temas como las biografías de los artistas”.