Karina de la Paz Reyes
La obra del médico y antropólogo veracruzano Gonzalo Aguirre Beltrán (1908-1996) debe leerse y releerse, pues exhibe el modelo de gubernamentalidad para entender el asunto indígena que prevaleció en el Estado mexicano durante el siglo XX, expresó Hipólito Rodríguez, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Unidad Golfo.
Como parte del ciclo de presentaciones de libros “Voces de la Tierra” que desarrolla el Departamento de Publicaciones y Bibliotecas del Instituto Veracruzano de la Cultura (Ivec) en coordinación con la Consejería de la Facultad de Antropología, el 8 de abril tocó el turno a la obra Indigenismo, antropología e historia.
Gonzalo Aguirre Beltrán, coordinado por Hipólito Rodríguez, El académico expresó que esta antología, parte de la Colección Mínima del Ivec, tiene la intención de brindar una pequeña muestra de la diversidad de intereses que animaron el trabajo intelectual y político del antropólogo.
Aguirre Beltrán no sólo se preocupó por construir una teoría para entender la problemática indígena del país, sino que se involucró en el diseño de una política pública que la atendiera, destacó Rodríguez. “La obra de Aguirre Beltrán empieza a publicarse en la época del cardenismo, cuando todavía hay una energía revolucionaria dentro del propio Estado mexicano.
En su obra es muy notable, pues él todavía confía, se compromete con un proyecto político que consideró que efectivamente podría resolver gran parte de los problemas que vive el país.” La participación que tuvo en el diseño, construcción y aplicación del indigenismo lo convirtió, por un lado, en una figura importante para la historia de las políticas públicas; y por otro, en la persona que destacó el papel que podían jugar las ciencias sociales (como la antropología) en la construcción de alternativas para los grandes problemas nacionales, añadió el investigador del CIESAS-Golfo.
Sin embargo, el papel de Gonzalo Aguirre entró en una situación de crisis en 1968, cuando el Estado mexicano todavía sostenía una imagen de compromiso con las causas populares y sin embargo reprimió y asesinó a estudiantes universitarios en la Ciudad de México.
Fue hasta 1994 que su obra siguió siendo un referente crítico para entender el problema indígena, toda vez que en este año estalló el movimiento zapatista en Chiapas, precisó Rodríguez.
Para él es interesante releer al autor de La población negra de México 1519-1810, si se tiene en cuenta la problemática actual del país: la gubernamentalidad.
“En ese sentido Aguirre Beltrán nos enseña mucho, porque nos exhibe de una manera muy nítida y bien argumentada cuál era el modelo de gubernamentalidad que prevaleció en el Estado mexicano durante todo el siglo XX”.
Hipólito Rodríguez recordó que la producción editorial de Aguirre Beltrán consta de más de 20 volúmenes, “fue un intelectual que escribió mucho y que lo hizo bien, nada puede ser desdeñado” y sus libros van desde el campo lingüístico, pasando por la negritud, hasta las relaciones de la salud y la cultura, y la forma en que las ciencias sociales construyen dispositivos de poder y gobierno.
“Hay que saber matizar. Mucha gente puede pensar ‘Aguirre Beltrán es un intelectual orgánico del Estado, entonces no hay que leerlo’, pero eso es un grave error. Realmente la obra teórica de Aguirre Beltrán supera por mucho todos los enormes defectos que tiene el PRI.
En ese sentido es una lástima, y hay que decirlo abiertamente, que él no haya sido quizá un poco más agudo en su manera de situarse frente a un Estado autoritario. Desafortunadamente no se pudo deslindar.”
En la presentación también participaron el profesor-investigador de la Facultad de Antropología, David López Cardeña; la académica de la Universidad Pedagógica Nacional, Virginia Amelia Cruz, y la estudiante Yeset Valencia, en calidad de moderadora.