Karina de la Paz Reyes
Rosío Córdova Plaza, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, ingresó como Miembro Regular a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), logro que se suma a una lista de reconocimientos a su trayectoria académica, como ser Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
La propia AMC en su portal oficial explica que “los miembros correspondientes son investigadores activos de reconocido mérito en sus disciplinas y han contribuido de alguna manera al desarrollo de la investigación en México”.
Más adelante precisa que “la Academia está integrada por un total de dos mil 499 investigadores adscritos a diferentes instituciones.
Estos miembros se agrupan, conforme a su especialidad, en alguna de las 11 Secciones Académicas vigentes”. La AMC tiene cuatro áreas: ciencias exactas, con mil 208 integrantes; ciencias naturales, con 784; ciencias sociales, con 243, y humanidades, con 264, al corte de febrero de 2014.
Aunque habitualmente se piensa que las humanidades no son ciencias, porque el parámetro para considerar que algo es científico es precisamente el método del mismo nombre, basado en la experimentación y en la comprobación, sí lo son, expresó Córdova Plaza.
En sus palabras, esa serie de pasos que requiere el método científico no tienen sentido cuando se trata de grupos de personas, porque en ellas no se puede experimentar ni probar.
“La idea es que a partir de ciertas proposiciones que nos ofrecen las teorías, expliquemos de la manera más acabada un fenómeno social; entonces, pensar que podemos aplicar el método científico de las ciencias duras, de las ciencias biológicas, en grupos humanos, es un absurdo.”
Para la investigadora es lógico que las ciencias sociales y las humanidades tengan otra manera de acercarse a la realidad, otra metodología para observar los fenómenos, “pero esto no quiere decir que no sea científica y me parece que siguen imperando estos criterios y hay una suerte de desprecio. Es muy interesante porque toda ciencia es interpretativa, porque si no nos acercáramos a la realidad con otras miradas, la ciencia no avanzaría.”
Rosío Córdova ascendió al Nivel III del SNI en 2013 y en la Convocatoria 2014 de la AMC ingresó como Miembro Regular. Para ella, el nivel que alcanzó en el SNI es el máximo reconocimiento a su trayectoria académica, producto de muchos años de trabajo, pues ingresó a tal sistema en 1998 como candidata.
“Por supuesto que estar en la Academia de Ciencias es importante, creo que todos debemos aspirar a ingresar a estas instancias de reconocimiento, porque son los pares quienes nos están evaluando”, agregó.
Córdova Plaza desde 1993 está abocada a estudiar la sexualidad y el género, pues lo considera un vehículo para analizar a la sociedad, y el interés le fue detonado por el hecho de ser feminista.
Pero el tema la ha llevado a estudiar familias, grupos domésticos, trabajo sexual femenino y masculino, turismo sexual, violencia, los derechos de las mujeres y sus retrocesos, migración, por citar algunos. Sobre los derechos de las mujeres comentó la propuesta de iniciativa que presentaron grupos de “ultraderecha” ante el Congreso del Estado para “proteger la vida desde el momento de la concepción”, lo cual consideró un retroceso.
“Sería un atentado contra los derechos humanos de las mujeres”, remarcó. En cuanto a la migración, precisó que ella estudia estos procesos en el campo, donde 80 por ciento de las personas que se van a Estados Unidos son hombres y 20 por ciento son mujeres, lo cual “tiene repercusiones importantísimas en todos los niveles de la vida social de las comunidades”.