Director General de Publicaciones del Conaculta
En México se lee más de lo que se piensa, destacó el escritor y ensayista
Adriana Vivanco
Desde el ensayo y la edición, Ricardo Cayuela Gally ha logrado posicionarse en el ámbito del periodismo cultural en México por medio de publicaciones como Letras Libres, La Jornada Semanal, Unomásuno, El Economista, El Ángel del Reforma, Clío; las revistas Milenio, Día Siete, Nexos, El Laberinto Urbano, la Gaceta del FCE, El Huevo, Biblioteca de México, Semana, Etiqueta Negra, Quórum y Viceversa.
El escritor, que ha definido un estilo en el periodismo cultural y sobresalido como editor, actualmente aporta su experiencia en la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). En entrevista para Universo, el periodista aporta sus impresiones acerca de los pormenores y el porvenir del periodismo cultural en México y sobre la promoción de la lectura, tarea que actualmente lo ocupa en la DGP.
¿Cuáles son los retos actuales del periodista cultural en México?
El periodismo cultural vive una importante crisis que tiene que ver con la falta de audiencia para este tipo de trabajo, pues no es redituable económicamente o muy difícilmente lo es; tiene que ver con la competencia desleal que establecen las nuevas tecnologías frente a los usos tradicionales del periodismo cultural.
La situación del periodista cultural en nuestro país también tiene que ver con la falta de capacidad por parte de ellos mismos que suelen confundir el grano con la paja, no tienen una buena formación lectora, y si tú no eres lector no puedes ser periodista cultural porque no distingues lo que es importante de lo que no, no tienes un criterio propio.
En el mundo casi todas las noticias culturales son fabricadas por instancias editoriales y oficiales, un buen periodista debería ser capaz de decir qué es importante y qué no lo es, pero esto no lo puedes establecer si no tienes una formación lectora, entonces te dan gato por liebre permanentemente. Podemos concluir que el reto es saber y enfrentar que hay un problema de audiencia, de medios y de creadores, nada más.
¿Cómo promover la lectura y no quedar en el intento?
En México se lee mucho más de lo que se piensa, las encuestas de lectura parten de una pregunta muy difícil de responder: ¿cuántos libros leyó usted el año pasado? Si a mí me preguntaran eso no podría dar una cifra exacta; en este sentido creo que es más importante hablar de frecuencia: ¿cuánto suele usted leer al día o a la semana?, y con eso se puede hacer el cálculo de los libros.
También creo que hoy la lectura se ha fragmentado mucho por el Internet, la gente está leyendo blogs, páginas web, periódicos digitales, las redes sociales son un ejercicio de lectura y de escritura, y nada de eso se contempla en la medición de los índices de lectura nacionales.
Además cometen otro error al preguntar: ¿cuántos libros lee usted por gusto?, hay que separar los que lee uno por trabajo o por escolaridad, se podría llegar a la caricatura de que un doctor en Letras lee 50 libros al año porque tiene que estudiarlos.
En Conaculta estamos trabajando en un nuevo instrumento para que sin maquillar la realidad veamos los resultados, es cierto que leemos poco como país y hay que leer más, pero al menos tener un instrumento confiable que nos indique dónde estamos y qué hacer. Lo primero para una buena política de fomento son los indicadores, saber dónde estás parado; lo segundo, es saber seducir a la gente para que lea.
La lectura impuesta, la lectura obligatoria, la lectura de 20 minutos al día, no funciona. Lo que funciona es que la gente se acerque a los libros de manera voluntaria, altruista, y que tenga los que le puedan interesar. Cuando se dice que en México sólo se leen best sellers, es que se leen libros de autoayuda, pero eso no importa, lo significativo es que la gente se acerque a la lectura, que encuentre claves para entender su realidad y su mundo, y después se volverá un lector mucho más sofisticado y denso.
¿Existe una fórmula para seducir al lector?
Cuando me preguntan qué recomendar para leer, yo pregunto ¿qué te interesa?, ¿te gusta la moda?, lee de moda; ¿te gusta el cine o el deporte?, lee sobre ellos; ¿te gusta lo más frívolo y alejado a la cultura entre comillas?, hay libros y materiales que harán tu interpretación de ese mundo más rica y plena. La lectura es para todos en ese sentido, y la otra cosa es que la gente dice: “A mí no me gusta leer o no me gusta la poesía”, pero lloran en un concierto de Juan Gabriel, entonces resulta que sí les gusta la poesía, lo que pasa es que les gusta la mala poesía y ni siquiera se han dado cuenta.
Si se acercan a la buena poesía, su experiencia estética que los hace llorar con el cancionero mexicano sería mucho más plena. No les gusta la narrativa pero ven una telenovela, la cual es una novela de folletín llevada a imágenes y palabras; es decir, es muy difícil concebir a alguien que no le interese la lectura, la clave es cómo lo seduces para que consciente y libremente se acerque a los libros.
Hay personas que pasan la vida sin leer un libro, ¿qué aporta la lectura a la vida de una persona?
El filósofo español José Ortega y Gasset decía que el hombre es el hombre y su circunstancia, tú no puedes entender a una persona sin la circunstancia.
La familia en que nació, la ciudad en que se crió, la lengua que habla, las relaciones de estudio que tiene, determinan las cosas que le tocaron por suerte; es decir, hay una serie de cosas que están más allá de tu individualidad y que son determinantes: eres tú y tu circunstancia, no tienes las mismas posibilidades si eres una mujer indígena tzotzil monolingüe, que si eres el hijo de un empresario de la Ciudad de México.
La única forma de escapar de la circunstancia, de esa prisión de lo dado, es a través de la lectura, tú puedes ser quien quieras ser si entiendes otros mundos, si eres capaz de entender tu mundo, si eres capaz de establecer relaciones entre tu presente, pasado y probablemente el futuro; es decir, la lectura es la puerta de salida de lo que viene dado, es la capacidad que puedes hacer de construir un mundo propio.
Eso es la diferencia entre vivir una vida determinada por las circunstancias o construir una vida libre. La lectura puede ser la puerta de entrada a una vida que tú dirijas.
La lectura, además, genera ciudadanos críticos, inconformidad, gente capaz de pedir por sus derechos, y eso muchas veces no se entiende y se prefiere obviar. No creo que sea casualidad que los regímenes autoritarios controlen la lectura, la circunscriban, la limiten, que los sátrapas del mundo limiten Internet. Es subversivo y peligroso constituirse como ciudadano.