Luis Enrique Romano Páez
Ana Karem Benítez Hernández, estudiante de quinto semestre de Pedagogía, desarrolló un proyecto que promueve la creatividad colectiva con niños de la comunidad Chiltoyac, como parte de la experiencia educativa (EE) de elección libre Culturas Populares y Sustentables, que ofrece el Centro de Eco-Alfabetización y Diálogo de Saberes (EcoDiálogo).
“La materia incorpora a varias facultades. Recuerdo que había muchos antropólogos, por lo tanto tenían otra perspectiva, éramos muy pocos pedagogos. Es impartida por cuatro profesores con perfiles diferentes, entre ellos una socióloga y una antropóloga, quienes tienen mucha experiencia”, narró la universitaria.
Sobre EcoDiálogo, la joven opinó que es un espacio con muchas fortalezas “por la gran cantidad de actividades que promueven, todo está construido con una conciencia ambientalista que te abre nuevas perspectivas del mundo”, comentó.
Ana Karem se inscribió a la EE porque su formación en Pedagogía contempla un área comunitaria: “Lo primero que nos plantearon las maestras fue que íbamos a tener una experiencia en una comunidad, en este caso Chiltoyac, en el municipio de Xalapa. La idea era estar dos semanas para observar cómo vive la gente, cuáles son sus costumbres e interactuar con ellos. Por cuestión de tiempo las actividades se redujeron mucho y solamente pudimos intervenir en la comunidad durante cinco viernes, sobre todo porque era muy difícil trasladarnos”.
El proyecto fue apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), organismo que invitó a los estudiantes a colaborar.
Sobre las actividades que desarrolló, refirió: “Después de conocer la comunidad contactamos a un maestro de primaria, porque íbamos a impartir un taller de actividades colectivas a niños de ese nivel, pero no pudimos por cuestiones de tiempo, permisos y demás. Entonces invitamos a todos los niños que quisieran asistir. La Escuela Secundaria ‘Niños Héroes’ nos permitió usar sus instalaciones para llevar a cabo el curso.
”Después invitamos a niños de ocho a 12 años a participar, impartimos un taller de creatividad colectiva y conversamos con los niños sobre su comunidad, la relación con sus padres, qué les contaban acerca de su comunidad. También hicimos un portarretrato con palitos de madera, así como objetos de papel con la técnica de papiroflexia; los niños estuvieron muy entretenidos y al siguiente viernes hicimos tablitas mágicas y un títere.”
La voluntaria de EcoDiálogo ahondó acerca de la actitud de la comunidad: “Al principio hubo cierta resistencia, desconfianza e inseguridad porque no nos conocían, pero cuando platicamos con ellos ganamos su confianza. De hecho, cuando les dijimos que íbamos de parte de EcoDiálogo, nos empezaron a relacionar y a aceptarnos”, afirmó Ana Karem.
“Chiltoyac no es una zona desprotegida, la mayoría de las calles están pavimentadas, hay casas de más de un piso, tienen drenaje y muchas cosas que en otros lugares no hay. EcoDiálogo ha intervenido bastante, quizás eso tenga que ver con las condiciones de la comunidad.”
La estudiante platicó que trabajar con EcoDiálogo constituyó una de las decisiones más importantes desde que entró a estudiar Pedagogía: “He tomado otras EE de elección libre, pero no imaginé que se trataría de esto. Yo esperaba sólo teoría, ahora veo que fue una experiencia muy bonita. La materia de Educación Multicultural también me ha dejado muchas lecciones, así como Desarrollo Comunitario, que curso ahora.”
Benítez Hernández exhortó a la comunidad universitaria a no conformarse con lo que la academia les brinda: “En ocasiones solamente nos quedamos con la teoría, nos hablan de cómo son las comunidades; pero llegar allí y experimentarlo es muy diferente, te hace valorar y recapacitar respecto a muchas situaciones. Mi área terminal es desarrollo comunitario, me gustaría regresar e intervenir más en la comunidad al final de mis estudios”.
Acerca de los retos de su área de estudio, comentó: “Se trata de encontrar los recursos necesarios para lograr los objetivos planteados y contribuir a la prosperidad de una comunidad. El simple hecho de llegar y alfabetizar a los niños es una gran ayuda; gestionar alguna ayuda a la comunidad, me parece que es el reto fundamental de cualquier estudiante”.
Para concluir expresó: “Está muy bien que la Universidad abra experiencias que brindan nuevas maneras de entender la realidad, sólo es cuestión de no desviar nuestras metas como estudiantes y no pensar únicamente en los créditos.
Las nuevas materias optativas están muy bien planteadas, pero faltaría incorporar otras que permitan realizar trabajo en comunidad. En verdad creo que todo debe ser presencial para que cumpla con el objetivo primordial: lograr una integralidad educativa”, concluyó Ana Karem Benítez.