Claudia Peralta Vázquez
Investigadores de la Universidad Veracruzana que conforman la línea de investigación “Efecto neurotóxico y conductual de metabolitos vegetales”, estudian el origen de neuropatías asociadas a la ingesta de yuca, tubérculo con un alto contenido de vitaminas y minerales que se consume principalmente en la zona sur de Veracruz y del país.
Eduardo Rivadeneyra Domínguez, integrante del cuerpo académico (CA) Biología, Química y Funcionalidad Molecular de Metabolitos Vegetales, adscrito al Instituto de Ciencias Básicas (ICB), comentó que desde 2002 se ha reportado el daño que este alimento origina, sin embargo en México aún no se establece que este padecimiento irreversible se relacione directamente con la ingesta de yuca.
Explicó que en países de África, donde el consumo de yuca es común, se están presentando dos tipos de enfermedades neurológicas: neuropatía atáxica tropical y konzo.
Ambas provocan paraparesis, que afecta las extremidades inferiores como las piernas, y tetraparesis, la cual daña brazos y piernas.
El mismo tipo de yuca que cultivan en África se consume en municipios como Tierra Blanca, Minatitlán y Coatzacoalcos. También en el estado de Tabasco es utilizada para hacer harina, dulces y tortillas.
Aunque la investigación lleva un 80 por ciento de avance, el objetivo es dar a conocer al sector salud y áreas de alimentos, las recomendaciones para la población que tenga plantíos o la comercialice.
También es muy importante informar acerca de la preparación adecuada: el tiempo de cocción debe estar determinado y tirarse el agua donde hirvió, toda vez que ahí se quedan los neurotóxicos termorresistentes y latentes.
Eduardo Rivadeneyra, quien también es director de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB), destacó que algunas personas afectadas reportan adormecimiento del cuerpo, dolor de cabeza, pero muchas veces no lo asocian al consumo del tubérculo; sin embargo, las neuropatías se derivan de una ingesta periódica, de seis
meses a un año.
Dio a conocer que el CA inició esta línea de investigación en 2010 y a la fecha se han publicado alrededor de ocho artículos a nivel internacional, algunos de ellos ubicados en archivos de neurociencias y de gran impacto.
El primer paso de la investigación consistió en conseguir yuca originaria de Misantla, Minatitlán y Tierra Blanca. La planta con la flor fue llevada a un herbario para identificar que efectivamente es la especie manejada en el estudio.
Posteriormente se preparó jugo de yuca para administrarse vía oral a ratas de laboratorio durante 28 días consecutivos y en determinados mililitros, con el fin de determinar si el animal deambula de manera adecuada.
“Nos damos cuenta que poco a poco empieza a presentar alteraciones motoras, incluso el neurotóxico se les ha administrado directamente en una parte del cerebro y se ha identificado que algunas partes relacionadas con la motricidad resultan afectadas.”
Cabe destacar que el CA lo integran: Alma Vázquez Luna, Juan Francisco Rodríguez Landa y Rafael Díaz Sobac.