Ángela María Pérez Salazar
Una de las fortalezas principales de la Universidad es su liderazgo en el ámbito cultural y artístico, lo cual se demuestra en el arduo trabajo que llevan a cabo sus grupos artísticos, como es el caso del Ballet Folklórico y los académicos que lo integran.
Erasto Ortiz Oloarte, ejecutante artístico adscrito al Ballet Folklórico desde 2001 y con una trayectoria consolidada como académico en el Área de Formación de Elección Libre (AFEL), realiza un trabajo académico, artístico y de difusión dancística. Actualmente participa en un proyecto que ha logrado un impacto en el escenario dancístico que une a México y a Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), el cual nació el año pasado gracias a una reunión anual de la Asociación Nacional de Grupos Folklóricos (ANGF, por sus siglas en inglés) que reúne a maestros de danza folklórica y cuyo objetivo es promover y preservar las tradiciones mexicanas.
De esta manera se logró formalizar la vinculación de varias instituciones que difunden la danza folklórica en tierras americanas, dando como resultado una agenda ardua de trabajo docente durante diciembre de 2016 y enero de este año en varias ciudades de la Unión Americana: Seattle, Austin, Houston, San Antonio, California, Phoenix.
Asimismo, Erasto Ortiz estuvo presente en Texas a finales de febrero, donde representó a nuestro país como juez internacional invitado a la Competencia Nacional de Grupos Folklóricos, realizada por una organización artística del país vecino.
El académico tuvo la oportunidad de transmitir sus conocimientos a jóvenes que están en un proceso de aprendizaje idóneo para la danza folklórica, hasta personas profesionales integrantes de compañías dancísticas americanas como la “Bailadores de Bronce” de Seattle o el Ballet Folklórico “Roy Lozano” de Texas.
Mención especial merece la estancia que realizó en una escuela del centro histórico de Houston llamada MECA (Educación Multicultural y Consejería a través de las Artes), institución antigua creada para niños pero que ha sido restaurada a fin de rescatar las raíces hispanas a través de las manifestaciones artísticas como lo es el baile folklórico, entre otros.
Ortiz Oloarte afirmó que fue satisfactorio visitar esa institución del país vecino y observar la pasión con que los niños desarrollan sus habilidades dentro de la danza popular mexicana. En esta ocasión tuvo la oportunidad de enseñar los cuadros artísticos de la región del Totonacapan y las llanuras del Sotavento del estado de Veracruz.
Jóvenes, adolescentes y adultos aprendieron la Danza de los Negritos y la Danza de los Guaguas; por otro lado, en cuanto a los bailes jarochos del Sotavento, el son jarocho tradicional y el son de innovación fueron los elegidos de entre el patrimonio artístico y dancístico del Ballet Folklórico.
El ejecutante artístico enfatizó el impacto social que genera esta organización artística: “Gracias al trabajo de investigación y de difusión de grandes maestros del Ballet Folklórico como Miguel Vélez Arceo, Luis Casasco Zenobi, Horacio Cantero y Alberto García Domínguez, entre otros, es que se originó una gran trayectoria artística que ahora permite a las nuevas generaciones este hermanamiento con otros países, rompiendo la barrera del idioma y logrando que el arte sobrepase de manera sustantiva los problemas sociales que afectan a toda la población”, afirmó Ortiz Oloarte.