Deyanira G. Guzmán M.
Sí, lo recuerdo muy bien, éramos varios niños que comentábamos por radio, y con la seguridad del mejor analista político, el atentado contra Ronald Reagan; el programa era La aventura de los niños que Carlos Vargas García producía junto con Minerva Iparrea y muchos otros personajes que, al puro al estilo de Los Hermanos Rincón, le daban vida.
Era 1981; un año antes, desde el 2 de marzo, Radio Universidad Veracruzana (UV) inició transmisiones en los altos del Teatro del Estado con 20 horas diarias y una programación variada. Curiosamente mi abuela, de profesión fotógrafa, me había inculcado el gusto por escuchar radio, vocación que me llevó desde aquellos años hasta la fecha, a tenerle especial afecto.
Y es precisamente dentro de mis afectos que se encuentra Radio UV. Hace unos días escuchaba su programación: fresca, variada, con producciones bien realizadas, con otras voces, con jingles (muy buenos por cierto). Me di cuenta que Radio Universidad es una constante en mi vida: desde la primaria, en la secundaria, en la preparatoria, en la Universidad y ahora en mi vida profesional. Y es por eso que a partir de ese acompañamiento que decidí dedicarle una líneas.
Si bien es cierto que no escuché su nacimiento, sí puedo hablar como fiel radioescucha, cómo desde aquel 1981 la voz de Tomás Mojarro nos hacía “valedores” del discurso y la temporada política vigente. Fue en la preparatoria cuando Radio Joven nos daba chance a varios adolescentes para escribir para la radio, de ser “locutores”, era el tiempo de Concierto de medio día con las narraciones detalladas de Alejandro, su conductor. De noches con Vestigios de paisaje, de adaptaciones literarias de terror en voces como la de Gema Muñoz. En ese tiempo llegaba Carlos Romano y La Revista, Lupita Páez realizaba cápsulas para los estudiantes que se dirigían a la escuela.
Sé perfectamente bien que omito muchos, muchos programas y nombres, pero no es mi intención privilegiar a ninguno ni hacer un recuento, es sólo el homenaje de primera intención y el testimonio personal de quien ha disfrutado de esta radio. Ahora cuando me traslado del trabajo a la casa, Radio UV sigue ahí: ha logrado transitar de frecuencia y se mantiene vigente.
Cuando el río suena, es que agua lleva… Radio Universidad Veracruzana suena, suena bien y pese a todo lo que se pueda decir, todo se transforma y cambia. ¡Qué bueno que así sea! Como radioescucha puedo dar fe: Radio UV ha sabido transformarse con éxito. Espero seguirla escuchando y que al final de mis días siga siendo como ahora: fresca, variada, bien realizada, acorde a su tiempo y al contexto, que siga su curso. Yo como muchos más, seguiremos escuchando.