David Sandoval Rodríguez
La vida es un fluir de sentires, pensares, haceres, que se tejen de múltiples experiencias, unas forzadas, otras hegemónicas, pero las más libertarias, subalternas y en resistencia, ése es el radical mestizo en la música como expresión biocultural desde abajo, declaró Narciso Barrera Bassols, investigador y profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro, al asistir al Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV).
El investigador, en compañía de José Manuel Vásquez Domínguez, músico, productor y conductor de radio, presentaron el trabajo titulado “Navegaciones de ida y vuelta: El fluir de cantos entre paisajes musicales de América, África y Europa”, el pasado 13 de mayo.
Homero Ávila Landa, investigador del CECC, señaló que ambos ponentes se sumaron al conversatorio que se realizó en el marco del Seminario Música, Sociedad y Globalización.
El tema en particular hace referencia a los elementos musicales que atraviesan el interés, la formación y los procesos culturales de manera masiva o global, ya que puede ayudar a pensar los fenómenos musicales como objetos culturales construidos a partir de referentes culturales diversos.
Calificó a ambos ponentes como enamorados de sus profundas raíces musicales, que recurren a sus experiencias cotidianas y al sentipensar, concepto propuesto por Eduardo Galeano, de los pueblos hacedores de vida.
“El primero lleva lustros difundiendo navegaciones musicales para una amplia audiencia, y el segundo aparece de manera efímera ante el público radioescucha, no toca, no canta y no difunde de manera sistemática ese sentipensar musical, lo vive en carne propia al caminar.”
Lo que les une es el navegar de ida y vuelta, dijo, uno con su música y el otro con los músicos y sus músicas. Estas huellas musicales dejan una profunda impronta en los paisajes y experiencias, añadió.
Por su parte, Barrera Bassols recalcó en principio que “estar en la Universidad Veracruzana es defender la educación superior pública de este país, nuestro futuro, el futuro de nuestros hijos frente a los sátrapas, frente a los ladrones, frente a aquellos que simplemente se volvieron desmemoriados y amnésicos, y se olvidan que son emanados del pueblo, de tal suerte que para mí es muy importante estar aquí y soy también UV”.
Respecto del trabajo que expuso en el CECC, el investigador manifestó: “Lo que aquí presentamos es resultado de dos experiencias que, vistas de manera vaga y sin detenimiento, serían disímbolas y hasta contradictorias. Quienes escribimos esto provenimos de dos tradiciones fragmentadas por el pensamiento occidental”.
Al respecto, Vásquez Domínguez agregó: “Formulamos la pregunta acerca de si el blues nació en el Mississippi o en un barco de esclavos que salió de las Canarias hacia el nuevo mundo, o quizá esa melancolía musical se practicaba como raíz fundante en las costas de África noroccidental antes del esclavismo europeo, pero aún se sigue bailando y cantando bajo los mismos ritmos aquí y allá. Los flujos y los vaivenes se adaptan a diferencia de la monotonía musical del consumo como mercancía”.