Paola Cortés Pérez
Clarice Lispector no es una autora de trama, es una autora de sentimientos, de los sentidos, de interpretación de los objetos, destacaron Antolina Cruz y Santiago de Orduña, durante su participación en la actividad “Martes de Lectores y Lecturas” del Programa Universitario de Formación de Lectores.
La charla “Leyendo a Clarice Lispector” tuvo lugar el 19 de mayo en la Sala “Carlos Fuentes Lemus” de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información, y en ella intervinieron la escritora Antolina Cruz y Santiago de Orduña, profesor en la Facultad de Arquitectura.
Comentaron que a lo largo de su vida, Lispector escribió ocho novelas y aproximadamente 70 cuentos. Nació el 10 de diciembre de 1920, en Chechelnik, Ucrania. Un año después de nacer, ella junto con su familia, tuvieron que salir del país y se dirigieron a Brasil, al llegar todos tomaron nombres portugueses.
A la edad de 10 años su madre falleció. “Su vida fue muy difícil, fue una niña que vivió en el exilio, al cumplir 10 años murió su madre y a los 20 años perdió a su padre. Siempre vivió con un sentido de no pertenencia”, mencionó Santiago de Orduña. En entrevistas que realizaban a Clarice Lispector, narró, siempre le preguntaron sobre sus influencias literarias, a lo que respondió que quizá El lobo estepario de Hermann Hesse, fue una de las lecturas que más la inspiró a escribir.
A la edad de 21 años publicó su primer libro, Cerca del corazón salvaje (1944), la cual fue traducida al francés. Su segunda novela fue O Lustre (1946), en español tuvo dos títulos: La araña y La lámpara. En 1948 salió a la luz La ciudad sitiada, la cual escribió durante su estancia en Suiza, cuando su esposo Mauri Gurgel Valente obtuvo un cargo diplomático.
Antolina Cruz relató: “Durante este viaje entró en una depresión muy fuerte y lo que la salvó fue la escritura, se puso a escribir la novela que menos quiere, La ciudad sitiada, ya que fue producto de una necesidad, ella dijo ‘si en ese momento no escribía, seguro me moría’.
”Años después, ella junto con su esposo e hijo regresaron a Brasil, donde permanecieron unos meses, después se mudaron a Washington, por el trabajo de su esposo. En este periodo tuvo depresiones constantes, así que decidió escribir cuentos por la obsesión terrible que tenía por escribir.”
Durante ocho años, dijo, Clarice Lispector dejó de escribir, el periodo de veda literaria terminó cuando publicó La pasión según G.H., considerada la mejor de sus novelas.
“Hay una cita de Clarice que habla sobre este periodo: ‘Yo no podía vivir sin escribir, pero pasé unos ocho años de aridez, sufrí mucho, pensé que no escribiría más, y entonces vino de repente un libro entero que escribí con mucha satisfacción. Desde entonces ya no paré’.”
El último de sus libros fue publicado en 1977, La hora de la estrella. Meses después fue hospitalizada y en diciembre de ese mismo año falleció a consecuencia de cáncer en el ovario.