Jorge Vázquez Pacheco
Ganadores de un meritorio segundo lugar en Monterrey, en concurso convocado en febrero por el Cuarteto Latinoamericano, los integrantes del Cuarteto Chroma comentan en torno de sus aciertos y reconocimientos en apenas año y medio de su integración en Xalapa.
Integrada por los violinistas Carlos Quijano Vázquez e Ilya Ivanov Gochev, Félix Alanís Barradas en la viola y Manuel Cruz Morales en el violonchelo, la agrupación se adjudicó en julio de 2016 el primer lugar en el Concurso Nacional de Música de Cámara de Naolinco, y unas semanas antes se trajeron el Premio “Manuel M. Ponce” de Aguascalientes.
Tres de ellos forman parte de la sección de cuerdas en la Orquesta Sinfónica de Xalapa, mientras que el cuarto es principal de violonchelos en la Orquesta de Música Popular de la Universidad Veracruzana. Lo anterior les exige redoblar esfuerzos para cumplir con su compromiso laboral por las mañanas y destinar el resto del día a su desempeño en el delicado renglón de la música de cámara.
El primer lugar en Monterrey fue para un cuarteto invitado, procedente de Venezuela y con ocho años de permanencia, lo cual establece la dedicación y esfuerzo que estos jóvenes universitarios destinan a su labor en uno de los terrenos artísticos que requiere de mayor claridad en los objetivos y enorme destreza en su cultivo.
Con base en esfuerzo personal y de conjunto, Chroma pronto irrumpió sonoramente en el contexto de la actividad camerística veracruzana y nacional. A diferencia del Cuarteto Latinoamericano, la línea de Chroma no apunta sólo hacia la interpretación de autores de habla castellana, también incluye en su repertorio arreglos con un toque “latino” distintivo.
“Buscamos transcripciones interesantes, además de la creatividad de los contemporáneos mexicanos”, indicó el violinista Félix Alanís Barradas, quien cuenta con Doctorado en Música por la Universidad de Houston, al tiempo que el también violinista Ilya Ivanov tiene maestría por la Universidad de Bruselas. Todos son egresados de la Facultad de Música de la UV.
Para ellos, su trabajo se asemeja en mucho a la convivencia como parte de la sociedad. “La labor en la música de cámara es aprender a esforzarnos entre todos, sumar esfuerzos, comunicarnos mejor y limar asperezas. No olvidamos que somos cuatro mentalidades distintas en función de una sola meta; cada uno es un solista y cualquier distracción afecta al resto. Debemos estar siempre alertas y tener en mente que todo ello nos hace crecer y nos fortalece en muchos aspectos”.
El entorno a nivel nacional es particularmente ingrato con esta actividad y ejercerla no reporta utilidades monetarias, por ello –entre otros factores– es que cuartetos como el xalapeño Halffter se retiraron de la actividad. Sólo en casos aislados, como el Latinoamericano (que cuenta con subsidio federal), es posible la permanencia ininterrumpida. Pero la búsqueda de forma independiente es parte de su vocación y Chroma ya tiene la invitación de la Universidad de Victoria, en Canadá, para asistir al célebre Cuarteto Lafayette durante la tercera semana de junio. Además, su proyecto presentado ante el programa de fomento “Ibermúsicas” para ir en agosto a Costa Rica, fue aceptado y llevarán música de compositores mexicanos vivos.