José Agustín Castellanos
El Estadio Xalapeño “Heriberto Jara Corona”, más allá de un foro cultural y deportivo, encarnó un tejido de sanación, una acción de conciliación social, aseguró Elissa Rashkin, integrante del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC).
La investigadora, quien es Doctora en Estudios de la Comunicación y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, ofreció en el Centro Recreativo Xalapeño la conferencia “Construir un estadio: el arte, el deporte y la conciencia ciudadana”, el 17 de septiembre.
Durante su participación, realizó un recorrido histórico y contextual de la arquitectura del inmueble en relación con el movimiento estridentista en la capital veracruzana.
El estadio, concluido el 20 de septiembre de 1925, representa una convergencia de ideales en un paisaje turbulento: una política post-revolucionaria y una urgente reformación de la cultura, el deporte y las artes, relató.
Edificado como una restauración moral de nuestra patria y en busca de la reanimación de la comunidad estudiantil y obrera fuera de los vicios hacia una vida mejor, rememora el valor educativo del deporte.
Es por ello que más allá de un foro, se puede decir que encarnó un tejido de sanación, una acción de conciliación social. Rashkin explicó que la naturaleza progresista de la pieza es representativa de la gubernatura del general Heriberto Jara Corona, quien delegó al ingeniero Modesto C. Rolland la construcción que extendería cultura y deporte a los trabajadores de la capital veracruzana.
Debido a su cualidad de cultura masificada y la vanguardia que el progresismo simboliza, creadores como Ramón Alva de la Canal, Leopoldo Méndez y demás reconocidos bajo el término estridentista, adoptaron la obra que desarrolló extensiones actualistas y sociales precedidas de la Revolución Mexicana, impulsando una renovación aparentemente estética con un trasfondo social hacia la modernidad.
La revista Horizonte, que buscaba dirigir las expresiones vanguardistas del estridentismo, fundada por el poeta Manuel Maples Arce y publicada por los artistas pertenecientes a este movimiento a través del gobierno del estado de Veracruz, ubicó al Estadio Xalapeño como el ejemplo por excelencia de conciencia ciudadana, comentó la investigadora.
Mas allá de la estética e intención vanguardista de la pieza arquitectónica, Maples Arce hace la reflexión “Construir un estadio” publicada en Horizonte, donde describe un espectáculo público post-revolucionario en el estadio, narración clave para la adopción de éste dentro del estridentismo como una ocupación trascendental en la capital veracruzana, ciudad denominada “Estridentópolis” por acoger al núcleo vanguardista en el periodo 1925-1927.
A partir de la construcción del Estadio Xalapeño se lograron priorizar actividades deportivas y culturales; la participación de Veracruz en la Liga Mexicana de Beisbol –formada el mismo año de la construcción de éste– y el equipo de basquetbol del Colegio Preparatorio de Xalapa fueron claros ejemplos de la trascendencia del inmueble, la inclusión de la educación física en los programas educativos y la participación ciudadana en el proceso de reconstrucción nacional.
“Se levantó un estadio como si se levantaran los cimientos para una vida mejor. Las revoluciones no han concluido en la armonía total. Probablemente debemos recapacitar sobre las propuestas de hace casi 90 años en un contexto actual, con los problemas que nos agobian en estos momentos. Cuál es nuestra solución, si no nos sentimos seguros ni en nuestros hogares ni en espacios públicos.
Cuestionó: ¿Acaso el sentido de una comunidad no existe? ¿Tampoco la conciencia, y debemos admitir la derrota de la democracia ciudadana?”, expresó Elissa Rashkin.