Luca Chiantore indicó que su intención es crear experiencias auditivas que se aparten de las categorías tradicionales
Jorge Vázquez Pacheco y Adriana Vivanco
En 2014, la presencia del pianista y musicólogo italiano Luca Chiantore en la Universidad Veracruzana (UV) apuntó hacia una detenida consideración sobre la vida y obra de Mozart. Hoy regresa al lado del músico e investigador David Ortolà para dictar una serie de conferencias en la Facultad de Música y mostrar el producto de esta colaboración mutua, a través de lo que ellos han denominado Tropos Ensemble.
En entrevista para Universo, Chiantore compartió que la temática de su visita anterior fue “tratar sobre músicas bastantes lejanas en el tiempo”, y su posición al respecto es que aquella música, al recrearse hoy mismo, implica hacer eco de toda la historia que la acompaña.
Este año, el pianista vuelca su atención hacia música de más reciente factura. “Menos generaciones nos separan de la música de Stravinski o Schoenberg”, señaló, “y hoy nos interesa la música actual. En muchos músicos jóvenes encuentro la materialización de lo que los musicólogos estudian actualmente. Es una creatividad que no siente tan fuerte la separación entre lo clásico y lo popular, que intenta dialogar con lenguajes diversos y que en la variedad encuentra su capacidad de comunicación”.
La música actual guarda poca relación con la obra de Karlheinz Stockhausen e Iannis Xenakis, por mencionar sólo dos compositores del siglo XX. ¿Ha perdido vigencia la creatividad de esos maestros, o es parte de un periodo evolutivo?
El caso de Stockhausen llama mucho la atención. Es cierto que varias de sus propuestas nos suenan un tanto lejanas, pero también es cierto que casi no existe novedad actual que no guarde relación con los planteamientos de este autor alemán. En su día pudieron parecer excéntricas, pero se trata de semillas que quizá florezcan apenas ahora.
Xenakis es un caso más complejo, porque podría parecer una música muy fría y matemática, pero daba mucha importancia a la intuición y es por demás sugerente. Hay obras de él que se conocen poquísimo y supongo que ahora es posible hacer mucho por difundir y rescatar su legado.
Muchos compositores han hecho a un lado lo que se consideró “avanzada” y optaron por una expresividad más digerible para el público. ¿Tropos funciona sobre esa línea?
Creemos que la música de nuestro tiempo puede seguir fiel a una tradición heredada, pero también puede dar pasos hacia caminos diferentes. En este sentido, buscamos una propuesta auditiva recuperando cosas que la música clásica ha dejado al margen, como la importancia del diálogo entre lenguajes diversos, en el contexto de una evidente flexibilidad. Es la voluntad de reabrir el diálogo entre composición e interpretación.
La idea es sencilla pero puede ser llevada a lugares muy diversos. ¿Qué sucedería si el repertorio para piano solo se presenta en un contexto en que simultáneamente suceden otros eventos sonoros? Superponer nuevas capas de sonido, que a veces se integran y otras luchan contra aquellas que ya conocemos; todo ello crea una experiencia auditiva fascinante, con texturas articuladas y variadas que desconocen de muchas formas las categorías tradicionales.
Inicias como pianista y das el salto a la docencia y la investigación. ¿Cómo cambia Tropos tu forma de hacer y ver la música y a tu instrumento el piano?
Yo no vengo de una familia de músicos y desde que inicié mi camino en ella el piano nunca fue el centro de mi interés, fue sólo el instrumento; mi interés por la música tiene mucho que ver con el interés hacia la historia, con la cultura en su globalidad y muchas veces con la comunicación, con la interacción humana, en la comprensión de cómo actuamos, cómo somos y cómo vivimos.
El piano es el instrumento, el medio a través del cual puedo abordar tanto el conocimiento de la historia como la posibilidad de expresarme delante de un público, pero no soy particularmente fetichista con el instrumento, creo que es como tantos otros, un elemento con posibilidades específicas que hay que conocer muy a fondo; finalmente, como todo un instrumento, no es más que lo que nosotros le sepamos pedir, se trata de lo que tenemos en mente y las cosas que queramos decir.
Tropos es un proyecto que ha cambiado muchísimas cosas en mi trayectoria profesional, yo llevaba muchos años sin dar conciertos en público porque había preferido dedicarme a la investigación y a la docencia, pero al conocer a David Ortolà y ver cuántas ideas podíamos entrecruzar, ha sido maravilloso y es parte de lo que venimos a presentar a Xalapa, un nuevo disco de interpretación experimental de investigación artística llevada bastante lejos.
A veces tenemos la idea de que después de John Cage, con sus pianos preparados, ya todo está hecho sobre el piano…
No es cierto. Hay muchas técnicas que se han introducido a lo largo del siglo XX y nosotros las hemos incorporado. El piano es un instrumento con infinidad de posibilidades, y ello se ha demostrado reiteradamente pese a que personajes tan importantes como Luciano Berio declararon que el piano había llegado al final de su existencia útil. El mismo Berio desvirtuó su propia declaración al escribir, como su última gran obra, una magnífica Sonata para piano solo.
¿Encuentras en la UV terreno fértil para la presentación de tu creatividad musical al lado de Ortolà?
Absolutamente. Ya conozco la Facultad de Música y en los últimos cinco años he vuelto periódicamente. Ver tanta participación, tantos alumnos matriculados para nuestro curso, supone un enorme interés hacia lo que estamos haciendo. No es casual, es gracias a la labor de tantos maestros, a una institución que puede y quiere promover iniciativas como la nuestra y la de los que vendrán después de nosotros.
Tomando en cuenta que aquí hay composición, interpretación de jazz, de música de concierto, es lógico que sea también un lugar de encuentros, sobre todo porque nuestra música no se aparta mucho de las fronteras conocidas.
Lo acústico se entrecruza con la electrónica, tenemos un controlador que manipulará el sonido que nosotros produzcamos; es un trabajo en torno al sonido, son retoques tímbricos en un intento por buscar nuevas perspectivas e interactuar con las oportunidades que ofrece la nueva tecnología de nuestro tiempo.
Después de Xalapa, Tropos se trasladó a Córdoba y Veracruz; próximamente el dueto se presentará en Italia, Portugal, España, Colombia, y Estados Unidos.
Desde 2010 que logré establecer un vínculo con la UV, esta institución me ha recibido con las puertas abiertas para compartir mi experiencia en interpretación y musicología, lo cual de algún modo impregna el aprendizaje de las obras y es un poco la base de aprendizaje instrumental en una facultad de música como ésta, donde se priorizan los conocimientos musicológicos y la reflexión sobre la historia de la interpretación, que es un poco la línea importante de lo que hago.
Por otra parte, es de resaltar el placer de venir a colaborar a un centro en el que se trabaja tan bien, y ver que de aquí surgen los mejores niveles de interpretación que se pueden encontrar en México, y cómo además logra mantener ese nivel de calidad en sus egresados.
En esta ocasión participo en el curso Música del Siglo XX, que es sorprendentemente vista con desconfianza o desconocimiento y cierta suspicacia; creo que muchas veces, como en tantas otras cosas, es necesario simplemente conocerla y abordarla desde otra perspectiva más cercana para darnos la oportunidad de encontrar bellezas y sorpresas en la música que ya conocemos, y eso es lo que he intentado hacer en esta visita a la UV.