Redacción Universo
El 8º Festival Internacional Jazzuv fue un rotundo éxito, afirmó Rafael Alcalá Hinojosa, director general del Centro de Estudios de Jazz (Jazzuv), durante la ceremonia de clausura, el 29 de octubre en la Sala “Emilio Carballido” del Teatro del Estado.
Alcalá Hinojosa comentó que el festival está a la altura de los mejores del mundo a nivel universitario, lo cual eleva la calidad en la enseñanza que reciben los estudiantes de Jazzuv.
Conciertos, charlas
y clases maestras
Las actividades comenzaron el 24 de octubre, con el concierto del vibrafonista y compositor Víctor Mendoza y su cuarteto: Rafael Alcalá, en el piano Aldemar Valentín en el bajo y Henry Cole en la batería.
La primera pieza fue Café quemado, que Mendoza grabó hace algunos años junto con el baterista Antonio Sánchez; siguieron Blue Picasso, Chapina Chapín, Tango sed de ti, La danza de las arañas y Si me perdiera en tus ojos, entre otras.
Mike Dease Quintet
Más tarde tocó el turno al quinteto del trombonista, compositor y productor Mike Dease Quintet, acompañado de Luther Allison, Oscar Terán, Tim Mayer y Zaccai Curtis, quienes interpretaron algunas piezas del álbum All these hands.
Dease comentó que sus composiciones “son una compilación de diferentes estilos y mi objetivo es unir conciencias mediante la música”.
The New NIU Jazz Ensamble
El 26 de octubre se presentó The New NIU Jazz Ensamble, de la Universidad del Norte de Illinois (NIU), que tiene una licenciatura y maestría en jazz, con la finalidad de que los alumnos del Jazzuv se vinculen y busquen oportunidades de intercambio.
El ensamble, dirigido por Rodrigo Villanueva, baterista de origen mexicano, interpreta material avanzado e intermedio de una amplia variedad de estilos, incluyendo obras compuestas y/o arregladas por la NIU Faculty y sus estudiantes.
“Estamos interesados en hacer un intercambio académico entre Jazzuv y NIU. Por eso estamos aquí, para promover el programa de maestría de la NIU, porque necesitamos pianistas, trompetistas, bajistas y de todos los instrumentistas”, dijo Villanueva.
En todas partes hay
motivos para componer
El 24 de octubre, en la Casa del Lago, la cantautora de origen colombiano Marta Gómez ofreció la clase maestra “El oficio de hacer canciones”.
La experimentada compositora e intérprete compartió que su premisa en la composición y musicalización de poemas ha sido “no temerle a nada”. Y en lo mismo basó su reiterado consejo: “Los motivos para los poemas podemos encontrarlos en todas partes: en la literatura, en las exposiciones de arte plástico, hasta en las noticias que muchas veces contienen exageraciones”.
Aconsejó que para la musicalización no hay que recurrir a las armonías complejas, es posible hacer música interesante con notas sencillas. Tampoco va hacia el uso exagerado de la primera persona y tratar de hacer a un lado los temas muy trabajados, como el “yo te amo y quiero que tú me ames”.
Improvisación no lo es todo
El pianista y director de orquesta norteamericano, Zaccai Curtis, también ofreció una clase maestra en la Casa del Lago y compartió con músicos y público presente su experiencia en la interpretación.
Indicó que le atraen lo mismo el jazz tradicional que el be-bop, la salsa o el jazz latino, y abundó que se trata de una forma de expresión artística en la cual la improvisación es básica, pero no lo es todo. “Existen reglas que todo intérprete debe observar: tomamos la melodía original y la arreglamos a nuestra manera, pero no se trata de hacer lo que queramos”.
Al invitar a un grupo de estudiantes para tocar con ellos algunos estándares, propuso el tema Autumn Leaves de Miles Davis, sobre el cual se dieron diversas variantes. Con ello ejemplificó la forma en que cada uno de los integrantes debe abordar la ejecución de un tema tan conocido.
El jazz surge de la inclusión
Los músicos de jazz deben tener claro que esta música se basa en la inclusión, expresó el baterista estadounidense Luther Allison, al impartir su clase maestra en el Patio de conciertos de la Casa del Lago, como parte de las actividades del festival, el 25 de octubre.
Conforme la música evoluciona, los patrones rítmicos se vuelven más complejos y diversos, las armonías también y puede tenerse la sensación, como miembros de la banda, que no se percibe una cohesión con el público, observó.
Destacó que no le parece un cliché decir que la música es un lenguaje universal porque es algo muy cierto, “pues sin importar las diferencias entre el lenguaje que nosotros expresemos verbalmente, como músicos nos podemos comprender cuando tocamos y entender totalmente lo que cada quien está diciendo desde su lugar en la banda”.
Música de raíces africanas
El mismo día y en el mismo escenario se efectuó la charla “Las raíces compartidas de Nueva Orleans, Veracruz y La Habana”, con la participación del saxofonista Donald Harrison, el sonero Ramón Rodríguez, el pianista y académico Guillermo Cuevas y el compositor y productor norteamericano, Ned Sublette.
Cuevas comentó que los efectos colaterales de la presencia negra en estos tres sitios (que forman un triángulo) fue el surgimiento de sus músicas y, con el tiempo, las fusiones de las mismas fueron “más allá del simple entretenimiento; ahora, el jazz ha rescatado mucho de estos valores”.
Donald Harrison agregó que la música africana también transformó este arte a nivel mundial.
Ramón Rodríguez habló de las similitudes entre la habanera (género musical originado en La Habana, Cuba) y el son jarocho, lo que demuestra el origen común que ambos géneros encuentran en la música de África.
Por último, Ned Sublette planteó la necesidad de hacer mayor investigación para precisar en qué consiste la relación cultural entre Nueva Orleans, Veracruz y La Habana, donde hay muchos puntos de correspondencia y de comunicación.
Las Partitas de Bach, recomendación para vibrafonistas
Víctor Mendoza comentó en torno de la técnica de interpretación sobre el vibráfono y mencionó que no es suficiente con saberse la pieza sino es necesario conocerla, lo cual es aplicable para todo músico de jazz, durante la clase maestra que impartió en la Casa del Lago el 25 de octubre.
El músico aconsejó estudiar las Partitas para violín solo de Johann Sebastian Bach sobre el vibráfono: “Eso es excelente porque todo lo ves escrito, puedes analizarlo y tratar de comprender cada una de sus frases. Lo que buscamos es cantar con nuestro instrumento, no simplemente hacerlo sonar”.
El arte de ensayar con jóvenes
El trombonista Mike Dease también impartió una clase maestra en la Casa del Lago, el 26 de octubre, en la que los estudiantes de Jazzuv lograron capitalizar la experiencia y habilidades del músico.
Dease tomó como elemento de trabajo una sola pieza interpretada por los integrantes de la Big Band de Jazzuv para, con base en incesantes repeticiones, dictar una serie de indicaciones acerca de los renglones sobre los que es conveniente trabajar en organismos estudiantiles de esta naturaleza.
La variedad de dinámicas sobre los diversos momentos de la obra, los contrates forte-piano, el básico apoyo de la batería que en muchos momentos –sobre todo cuando no hay director al frente– debe funcionar como líder, así como la básica función del primer saxofón en ataques y cortes, fueron renglones abordados con intensidad y detalle.
The American Slave Coast
La obra de teatro The American Slave Coast, creación de Constance y Ned Sublette, se presentó en el marco del festival el 26 de octubre en la Sala “Emilio Carballido” del Teatro del Estado; al día siguiente, en la Casa del Lago, los autores ofrecieron un conversatorio en el que fueron acompañados por el académico y músico Edgar Dorantes.
Sobre la obra, Ned Sublette señaló: “Hacer una cosa una vez es un logro, pero hacer una producción una segunda vez ya se convierte en una obra y siento que nuestra experiencia aquí ha convertido nuestra adaptación del libro en una obra en sí misma, realmente esta transformación pasó aquí, en castellano”.
Por su parte, Constance Sublette destacó la importancia que tienen las mujeres en la narración que se escenificó la noche anterior, al ser “el corazón de la obra, ya que está centrada en su dolor, como la narración sobre la carta de Virginia, una esclava de la que no conocemos más que su nombre”.
Edgar Dorantes manifestó que la obra es entrañable y recordó que en México estamos viviendo un momento terrible que se refleja en el número de feminicidios que no deja de crecer.
Cómo ser mejores músicos
El baterista relajado es el que obtiene mejores resultados, de acuerdo a la apreciación de Henry Cole. “Si nunca se tensa, tiene más oportunidades de lograr lo que se propone”, comentó en la clase maestra que ofreció en la Casa del Lago.
Ante una asistencia que colmó el patio del recinto, el artista puertorriqueño subrayó su placer por regresar a la Casa del Lago, donde 18 años atrás tuvo su primera incursión artística fuera de su país.
Después de interpretar en la batería durante algunos minutos, su primer comentario fue sobre su proceso de aprendizaje a través de percusionistas salseros que interpretaron sobre tumbadoras, bongós o timbales como Manny Oquendo, Endel Dueño, Edwin Clemente o Ray Barreto; agregó que uno de los congueros que más aprecia es Giovanni Hidalgo.
Concierto de Donald Harrison
Donald Harrison, considerado el principal representante del neojazz a nivel internacional; apareció en escena la noche del 29 de octubre, en la Sala “Emilio Carballido” del Teatro del Estado, para cerrar el festival.
Al terminar la primera interpretación, agradeció a los organizadores y luego de tocar un par de piezas, invitó a Rafael Alcalá y Tim Mayer, al piano y al clarinete, respectivamente, a compartir el escenario.
El clímax llegó cuando Harrison y su quinteto interpretaron un funk, con el que invitó a los presentes a bailar; la gente aplaudió, gritó y bailó pero en sus asientos.
Posteriormente, Detroit Brooks interpretó un poco de soul que fue acompañado por las palmas de todo el público; le siguió el ritmo latino de Zaccai Curtis en el piano, seguido con el aplauso de todas las personas y puso a bailar a Donald Harrison.
Después de 45 minutos se despidió del público, que no dejó de aplaudir de pie hasta que volvió al escenario por última vez. Al concluir su participación, Harrison cantó One love, autoría de Bob Marley, como una forma de agradecer a todos los que asistieron al concierto.