Ángela María Pérez Salazar
Fotos: Violeta Berdón
El Festival Folklórico de Veracruz “Miguel Vélez Arceo”, organizado por el Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana (UV), es un proyecto social y cultural que impulsa, promueve y está comprometido con el desarrollo y la educación de los ciudadanos a través del arte y la cultura, funciones sustantivas de la institución.
“Organizar festivales siempre será un reto que queda recompensado con la labor cotidiana que se sufre y se disfruta a lo largo del camino y con los resultados, el impacto en el público, la relación con los compañeros y con los grupos artísticos y la motivación por la continuidad del festival”, aseguró la gestora cultural mexicana Marisa de León en el libro La gestión de festivales escénicos.
Desde esta perspectiva adquieren un significado social importante los proyectos artísticos que nacen de la comunidad universitaria y que logran una vinculación entre varios sectores de la sociedad, proyectos que año con año se enfrentan a una cada vez más difícil posibilidad de tener continuidad y estabilidad. Es el caso del proyecto universitario Festival Folklórico de Veracruz “Miguel Vélez Arceo”, organizado por el Ballet Folklórico de la UV, con la coordinación de varias instancias de la misma institución.
Este año se llevó a cabo su quinta edición, del 10 al 24 de abril, y tuvo una gran afluencia de público que pudo deleitarse con los trabajos artísticos no sólo de compañías dancísticas locales, sino de grupos artísticos nacionales, pues participaron de Nuevo León, Distrito Federal, Sinaloa y Puebla, así como también grupos de la entidad, tal es el caso de Poza Rica y Orizaba.
La danza como motor de vinculación universitaria
Con un total de 50 compañías participantes, el Festival Folklórico de Veracruz “Miguel Vélez Arceo” evocó no sólo una vertiente de los programas de vinculación con los que cuenta la UV, sino que generó una sensibilidad hacia las artes en públicos de diversas edades, desde los pequeños que participan en compañías infantiles folklóricas, estudiantes universitarios cuya carga académica contempla un acertado número de créditos hacia la formación artística e integral, hasta aquellas personas que de manera libre llevan a cabo alguna vertiente de la danza.
Cabe resaltar que los esfuerzos para realizarlo giran en torno a la diversificación de actividades que se reunieron en la quinta edición y que merecen especial mención por procurar generar valores agregados a la ejecución dancística: en primer lugar, impulsa la creación de públicos nuevos, así como también la consolidación de aquel sector seguidor de las actividades dancísticas del Ballet Folklórico de la UV, al ofrecer funciones de las compañías invitadas de manera constante en distintos recintos culturales locales y estatales.
En segundo lugar, proporciona espacios de aprendizaje para las diversas disciplinas dancísticas que se presentan en escena para todo el público; aunado a ello, dentro de su oferta cultural tiene un enfoque académico al procurar foros donde se realizan conferencias con expertos en la temática del festival, quienes reflexionan de manera teórica y práctica los hallazgos actuales de los temas relacionados con la danza de manera general.
No menos importante es citar la actividad denominada “Danza Fraterna”, cuya dinámica consiste en llevar el festival a zonas aledañas a Xalapa, específicamente a las escuelas de nivel básico en donde el acceso a espectáculos escénicos es escaso o nulo.
Tal iniciativa crea una sensibilización bilateral, pues los niños, jóvenes, maestros y padres de familia viven una experiencia que les genera expectativa hacia el arte; por otro lado, los ejecutantes crean conciencia de que el diálogo artístico no debe quedarse estático en teatros y foros escénicos.
Finalmente, cabe reiterar que este año, como los anteriores, después de una intensa actividad de 15 días ininterrumpidos el festival logró satisfacer los elementos necesarios para considerarlo un proyecto social y cultural que impulsa y promueve las acciones universitarias con la sociedad.