La socióloga Mayabel Ranero Castro y el politólogo e historiador Armando Chaguaceda, presentaron el nuevo número de la revista insigne de la Universidad Veracruzana, La Palabra y el Hombre, invierno 2014, y centraron su conversación en el tema de la izquierda en América Latina: el limbo de las utopías.
Ranero y Chaguaceda coincidieron en que hay déficit de ciudadanía, quizá en todo el mundo. Entre las soluciones que plantearon está el solidarizarse con las víctimas de los estados represores, denunciar lo que pasa y buscar formas para construir una sociedad más democrática.
La presentación tuvo lugar la noche del 12 de noviembre en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información, como parte de la celebración del Día Nacional del Libro.
Los comentarios de Mayabel Ranero tuvieron como origen uno de los artículos del nuevo número de La Palabra y el Hombre, cuyo título es “La noche de los proletarios: una poética del saber para una historia política” escrito por el profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, Colombia, Daniel García.
El artículo está centrado en el libro La noche de los proletarios. Archivos del sueño obrero (1981) del francés Jacques Rancière, cuya primera edición en español es de 2010. “Es una obra que reflexiona sobre testimonios de trabajadores industriales de la primera mitad del siglo XIX”, explicó.
Era en las noches que los proletarios, tras extensas jornadas de trabajo, se reunían para “la fabulosa empresa de pensar otro mundo”, añadió la socióloga y profesora-investigadora, a manera de incitar la lectura al artículo y al libro. En calidad de moderador, Germán Martínez Aceves destacó que el dossier del número 30 de La Palabra y el Hombre es del joven artista Mario Alberto Hernández, oriundo de Tuxpan, Veracruz, y tiene por título “Entre marzo y el fin del mundo”.
En su intervención Armando Chaguaceda presentó un video cuyo protagonista es el periodista independiente Dimas Castellanos. A su vez, éste es el autor del artículo “Cuba, su historia, su presente: claves para su comprensión” que se destaca en la portada de la revista en mención.
Chaguaceda opinó que un primer problema cuando se analizan temas como la situación de Cuba u otro país, es que “queremos reservar un espacio justo para la utopía y esa utopía es un lugar en el que encarnamos todo lo que creemos, lo que no pudimos hacer”.
Además en estos momentos esa postura, de la utopía cubana, “no es sostenible desde el punto de vista de la ignorancia, no sólo por excelentes textos como éste de Dimas (Castellanos), sino porque con las redes sociales y con el volumen de testimonios, novelas (como las de Leonardo Padura) y bibliografía académica que existe, el que quiere conocer la Cuba real, la conoce”.
No se trata, aclaró, de una posición polar: de comprar la propaganda de derecha que llega desde Miami, Estados Unidos, o creer el discurso oficial del gobierno cubano. “Hay una pluralidad de voces”. “El texto de Dimas es un esfuerzo extraordinario del autor y de los editores de síntesis de la historia de Cuba”, subrayó; “además, se acompaña de una vivencia personal de ubicarse en las causas políticas, en los esfuerzos de repensar Cuba desde los puntos de vista más progresistas”, añadió.
Castellanos, dijo Chaguaceda a manera de continuar la invitación a leer el artículo, es un “negro”, “una persona de origen obrero, del sector tabacalero, el de más conciencia junto con los portuarios”, “de militancia política”, que participó en la revolución contra la dictadura de Fulgencio Batista y hoy es considerado un crítico de la situación de la isla caribeña.