David Sandoval Rodríguez
Veo en la poesía un recurso para sobreponerse a la adversidad por más que todo parece apuntar, hoy por hoy y entre nosotros, en contra nuestra, manifestó José Luis Rivas, poeta y traductor al participar en el Coloquio Veracruzano de Otoño 2015 con el tema “Las líneas de un paisaje literario”, el 27 de noviembre.
Rivas, quien es investigador del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IILL), tituló su ponencia “Un día cualquiera a orillas del río Pantepec”, al hacer referencia a la temática del coloquio: “El paisaje veracruzano. Una mirada a través del arte”.
El escritor observó que “la poesía es un sentido y, por lo tanto, las condiciones atmosféricas más tenues, por ejemplo el rocío, tienen su influencia en la literatura”. Hizo referencia a su primera obra, Tierra nativa, y desveló el propósito de la misma: “Arrostraba un fuerte desafío: recrear tanto el ambiente vivaz como el rugoso terreno en que se hallaban enraizadas sus palabras, me importaba ante todo destacar en ella el espíritu del lugar al cual pertenezco por nacimiento, pero había algo más, al componer mi libro aspiraba asimismo a ganarme, mediante mi propio esfuerzo, hijo de mi carne y de mi sangre, una tierra propia, un lugar donde nacer”.
Dijo que al ser la poesía el espacio de lo imposible o de lo indecible, como sostiene el poeta argentino Roberto Juarroz, “no he pretendido nunca, ni en mi primer libro ni en los que han seguido, reproducir un escenario real sino componer paisajes ideales que expresen mis concepciones y mis percepciones personales sobre la belleza de lo natural desde una perspectiva poética, tratando a la vez de imprimirles un sentido de frescura y vivacidad”.
Sin embargo, reconoció también que en los últimos 60 años, “como en ningún otro momento de la historia, parte de lo vernáculo ha sido arruinado estrepitosamente, hay menos lugares ahora con una identidad propia que hace un siglo; por mi parte, yo guardo un recuerdo muy placentero de mi infancia y mi adolescencia vividas en Tuxpan, mi tierra de origen, por más que he visto los cambios que ha sufrido mi pueblo, en su flora, en su fauna, las manchas de petróleo en el Golfo de México con el consecuente empobrecimiento de sus pobladores”.
A continuación hizo una confesión que refleja algo evidente en todas sus obras: “La parte inventada de mis poemas es mínima; Tierra nativa lo compuse teniendo a la vista ostensiblemente The Wasteland (La tierra baldía) de T.S. Eliot, tal vez el poema más importante del siglo XX”; y no obstante a que algunos lectores lo calificaron de “mera parodia provinciana”, aclaró, “lo cierto es que nunca busqué hacer una parodia de esa obra sino oponerle al mundo de la gran ciudad agobiada por las muchedumbres solitarias el fragmento de paraíso terrenal que afortunadamente llevaba entrañado conmigo, con toda su atmósfera radiante y sus aguas de bella transparencia”.
Para finalizar, Rivas leyó al público asistente a la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información “algunos de los paisajes ideales” que ha compuesto.