El músico cubano impartió la primera clase maestra del Festival Jazzuv
«El instrumento
que toques es como
tu voz. Eres tú el
que está sonando”
David Sandoval Rodríguez
De origen humilde y hábil conversador, Orlando “Maraca” Valle, arreglista, flautista, pianista y director de sus Latin Jazz Allstars, demostró ante un abarrotado auditorio, compuesto principalmente por alumnos del Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana (Jazzuv), que puede comunicar con igual emoción e inteligencia a través de sus palabras que con su música.
El 21 de octubre, en el Foro “Miguel Herrera” de la Casa del Lago UV, el músico cubano inició las clases maestras que formaron parte del 7º Festival Internacional Jazzuv.
En su charla con Tim Mayer, profesor de Jazzuv y director musical del Festival, “Maraca” Valle comentó que su experiencia en el mundo de la música inició desde muy pequeño y por el hecho de provenir de una familia con escasos recursos prefería quedarse estudiando música “pues no había dinero para salir a pasear, entonces me quedaba practicando”.
Habló sobre su interés por la música y la situación familiar: “Mi familia era pobre y no pagó un centavo para que yo estudiara, eso era en parte bueno y en parte malo porque no había métodos y pasaba ocho horas para que sonara una nota en mi flauta, veía a quienes tenían una bonita flauta y no la tocaban porque no tenían necesidad, eso fue lo que me hizo estudiar bastante”.
Respecto a la música, expresó que tiene la capacidad de aliviar a las personas y puso el ejemplo de un embotellamiento común en la ciudad, “te estresas y quieres llegar a casa, tienes hambre y ganas de bañarte, entonces enciendes la radio y sale una música preciosa. Ya te curaste, ya no quieres llegar a casa”.
Comentó que el instrumento musical es una herramienta, no obstante la persona es quien le otorga la capacidad de transmitir la música, “el instrumento que toques es como tu voz. Eres tú el que está sonando”.
Es muy importante que existan “escuelas y profesores como ocurre en esta Universidad”, dijo, “si yo no hubiera estudiado en el Instituto Superior de Artes (de Cuba) no hubiera hecho nada, tenía profesores que habían estudiado en Alemania Democrática, otros en Francia, y de ambos aprendí; al final uno tiene que enfrentarse a la realidad, al público y a las giras, sobre todo nunca faltarle el respeto al público, uno tiene que tratar de comunicarse, de querer a la gente, y es lo que he intentado hacer durante todo este tiempo”.
Compartió con alumnos y aficionados su filosofía personal en la que “uno es músico todo el tiempo”, por lo que afirmó: “Para mí la vida es una improvisación, por lo tanto no sé qué va a pasar ni me interesa mucho, me interesa disfrutar lo que estoy viviendo y me siento muy feliz de haber disfrutado cada instante”.
Dijo que una de las preguntas que más le hacen se relaciona a cómo aprender a improvisar, por lo que contestó que “no existe una varita mágica, hay que practicar y practicar, pero a mis alumnos les digo: vamos a empezar porque tú sepas quién eres, para que entonces decidas realmente qué quieres”.
Una pregunta que los asistentes le hicieron fue respecto a la decisión de tocar la música favorita o interpretar aquella que puede dar un sustento, a lo que respondió: “Cuando terminas de estudiar te enfrentas con una serie de problemas: que si tienes trabajo, que si la economía; en mi caso, cuando salí de la escuela tenía opciones: tocar con las orquestas o tocar con las charangas (conjuntos de música popular), entonces era difícil tocar la flauta, pero para mí no era problema porque estaba viendo la riqueza que tenía.
”También quería trabajar, quería tocar jazz y me encontré con que querían personas que tocaran saxofón o piano, así que sin darme cuenta eventualmente fui formando mi propio grupo.”