Claudia Peralta Vázquez
José Luis Martínez Suárez, director general del Área Académica de Humanidades, inauguró el 13 de junio el Coloquio “Memorias y escrituras”, que se desarrolló hasta el miércoles 14, en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades, a iniciativa del Cuerpo Académico (CA) Estudios Literarios Mexicanos, Siglos XX y XXI, en el marco del 60 aniversario de la Facultad de Letras Española.
En su mensaje, expresó: “Podemos perder todo, pero la memoria implica la anulación, y en ese sentido, como que estamos cayendo en un tráfago cultural donde parece que no hay espacio para la memoria, un oasis como éste lo fructificará”.
Magali Velasco Vargas, coordinadora del evento, comentó que este coloquio fue realizado gracias a un financiamiento otorgado por el Programa para el Desarrollo Profesional Docente (Prodep), con el fin de llevar a cabo tareas de investigación.
Relación entre ciencia y literatura
Luis Javier Plata Rosas, académico de la Universidad de Guadalajara, dictó la conferencia magistral “Ciencia y literatura: consiliencia y conciliación”.
El divulgador científico, quien también es Doctor en Oceanografía, precisó que el término consiliencia fue propuesto en el siglo XIX por el naturalista William Whewell, y tiene que ver con un avance en el conocimiento al enlazar teorías basadas en hechos de distintas disciplinas para crear un terreno común de explicación.
Posteriormente, refirió, el término fue rescatado por Edward O. Wilson, quien estaba enfocado al estudio de los insectos, particularmente de las hormigas, y proponía una vinculación entre las ciencias exactas, las ciencias sociales y las humanidades, para lograr entender muchas cosas.
Indicó que un biólogo, un psicólogo o un físico, consideran que sus conocimientos pueden arrojar luz a hechos que no son tan sencillos de observar de otra manera.
El expositor ejemplificó que con historias como la del cuento La princesa y el sapo, un grupo de bioquímicos se preguntó si los autores se inspiraron en algo para escribir estos relatos tan fantasiosos y si tienen que ver con la realidad.
En efecto, determinaron que en el caso de los sapos, éstos secretan por la piel un compuesto químico denominado bufotenina. El contacto con esta sustancia causa alucinaciones.
A través de redes sociales y telemática, también se puede hacer un análisis de Caperucita roja y su relación con los otros personajes de la historia.
Por tanto, concluyó en que la ciencia y la literatura no son dos cosas, sino los dos lados de una sola cosa, ya que tratan de reflejar lo que somos como seres humanos.