Jorge Vázquez Pacheco
Uno de los acontecimientos musicales que llamaron la atención en 2014 fue la interpretación de la Orquesta de Guitarras de Xalapa de una transcripción del Danzón número 2, del compositor sonorense Arturo Márquez. Se trata de una de las partituras más conocidas de la música sinfónica mexicana, de la cual se ha realizado una serie de transcripciones para diversos ensambles instrumentales, aunque nunca se había intentado llevarla a las guitarras.
Presentada bajo la dirección de Leonardo Morales Zamorano, catedrático de la Facultad de Música y del Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI), ambos de la Universidad Veracruzana, la obra recibió una cálida y entusiasta acogida en diversos escenarios de Xalapa, así como en el Teatro del Centro de Convenciones de Coatzacoalcos.
La transcripción fue obra de dos alumnos de la UV: José Esteban García Tovar y Orlando Calva Maldonado. El primero cursa la Licenciatura en Educación Musical y, al mismo tiempo, es alumno de Roberto Aguirre en el Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz (ISMEV). Orlando cursa la Maestría en Gestión de Organizaciones en el Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las Ciencias Administrativas y la Licenciatura en Guitarra en el ISMEV bajo la guía de Enrique Velasco.
La versión de estos jóvenes para una partitura tan singular evidencia un trabajo maduro, en que se muestra la mano de artistas conscientes de lo que estaban haciendo, sin titubeos y con una diáfana idea de la trascendencia de su labor.
En entrevista, los jóvenes aclararon que la parte medular en la transcripción fue de Orlando, mientras que la responsabilidad en la edición fue de José Esteban para una partitura “que habla por sí misma”, llevada a un instrumento de registro reducido pero con un cúmulo de sorprendentes y amplísimas posibilidades. Conducir esta obra eminentemente sinfónica a los límites de la guitarra, de forma entendible y sin lugar a las confusiones, ha sido una tarea nada sencilla en la cual se ha respetado la presencia de efectos para los elementos percutivos y la tonalidad original.
Inicialmente la idea partió de José Esteban hace más de cinco años, propiciada por el gusto hacia la obra y por la intención de interpretarla. “Somos muchos a quienes nos gusta y no había un arreglo para guitarras”, aclararon los transcriptores. Al inicio del proceso no le dieron un seguimiento riguroso debido a los estudios, los pendientes y la incertidumbre de si al final habría alguna posibilidad de interpretarla.
“Ambos formábamos parte de un ensamble de ocho guitarristas, de modo que la ideamos a ocho secciones, aunque sabíamos que lo óptimo sería una agrupación como la que fundó y dirige el maestro Alfonso Moreno”, añadieron los entrevistados.
Por casualidad Leonardo Morales, con quien José Esteban toma clases en la Facultad de Música, les comentó que lo habían invitado a dirigir la Orquesta de Guitarras de Xalapa y tenía la intención de presentar un programa lo más original posible. “¡Había pensado en el Danzón de Márquez y daba la casualidad que nosotros teníamos la transcripción! Le entregamos la partitura que presentó a los integrantes de la orquesta, quienes la vieron y se entusiasmaron. Tuvieron a bien confiar en nuestro trabajo”.
Una vez que iniciaron los ensayos, José Esteban y Orlando se vieron en la necesidad de modificar varios detalles pues tenían ante ellos la agrupación idónea. “No es lo mismo idear sobre el papel pautado, que escucharla ejecutada por 30 guitarristas profesionales. En algunos momentos tuvimos la idea de incluir percusiones, pero la intención original era que se explotara la labor de esta agrupación como lo ha hecho con obras como el Huapango de Moncayo o el Bolero de Ravel, en las eficientes transcripciones del maestro Moreno. Toda una demostración de los timbres y efectos expresivos que las guitarras son capaces de lograr. ”
Después de cada audición, mucha gente se ha acercado para decirnos que nunca había escuchado esos efectos. Es gratificante que el público se dé cuenta que la guitarra no es un instrumento ‘menor’ y que es posible hacer con ella muchas cosas importantes.”
La opinión del autor
La partitura fue presentada a Arturo Márquez el 8 de agosto de 2013 –14 meses antes de su estreno–, en el acto de reapertura del Teatro del Estado y antes del concierto que ofreciera la Orquesta Universitaria de Música Popular dirigida por Fernando Lozano y Mateo Oliva.
“Nos atendió amablemente, accedió a hojear la partitura y lo primero que le llamó la atención fueron los efectos para sustituir las percusiones. Le mostramos cómo suplimos el sonido de las claves, los efectos sobre el puente del diapasón, el uso de la caja de resonancia.”
La autorización del autor es importante para no enfrentar problemas legales cuando se interprete. No sólo la otorgó sino que se mostró muy interesado y dijo que le gustaría estar presente en la primera audición. Esta posibilidad no se concretó, aunque en octubre de 2014 sí se contó con la asistencia de Lily, la hija del compositor y a quien fue dedicado el Danzón número 2.
La respuesta de los guitarristas
Casi la totalidad de los integrantes de la Orquesta de Guitarras de Xalapa son catedráticos en la Facultad de Música o egresados de la misma institución. Se trata, por tanto, de ejecutantes de enorme capacidad e incuestionable profesionalismo que “desde el principio nos trataron muy bien y con ellos se dio una relación inmejorable, con una admirable actitud para realizar obras poco comunes”.
El efecto de los ensayos con la orquesta fue catalizador. Poner en práctica lo elaborado resultó en el proceso necesario para terminar la transcripción. “Sólo escuchándola se puede saber qué funciona y qué no. Hicimos cambios significativos que sólo pudieron surgir de la práctica”.
En el mismo contexto, José Esteban y Orlando reconocieron la forma como Leonardo Morales llevó a efecto los ensayos. “Nos llamó la atención el clima organizacional que fomenta, la manera de tratar a los músicos, la forma de propiciar un ambiente de trabajo cordial y motivador. Eso con frecuencia es lo más complicado del quehacer artístico, aunque parezca de lo más natural en un organismo formado por músicos muy comprometidos”.
Entre los proyectos inmediatos de estos arreglistas se cuenta la transcripción del Danzón número 4 del mismo autor, “por sus características, su rítmica y la disposición de los compases. Mantiene el espíritu de un danzón a la Márquez, pero es una obra que muestra contornos muy especiales que le distancian de los otros danzones”.