Especialistas de la UNAM y la UAEM piden apoyarlos
Claudia Peralta Vázquez
En el marco de la 7ª Reunión “Reflexiones sobre nuestros museos universitarios”, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) coincidieron en que sin el apoyo de voluntarios y estudiantes que realizan servicio social o prácticas profesionales, las actividades desarrolladas en los museos del país se verían limitadas.
“Yo no habría sobrevivido a un programa si no hubiera tenido el apoyo altruista de los voluntarios”, resaltó Adriana Bravo Williams, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, durante su participación en este diálogo, celebrado en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX).
Al abordar el tema “El código de deontología del voluntariado universitario”, resaltó que voluntario es sinónimo de guía o personal de información, cuando podría significar ayudante de restauración, investigador, asistente de iluminación o personal administrativo.
En este sentido, propuso que dentro de la Red de Museos Universitarios se incluya un comité que promueva, coordine y gestione un programa de voluntariado, así como los apoyos para su sustento, al cual se le dé seguimiento y actualice continuamente.
Esto, con base en el código de deontología, instrumento que representa la identidad ética de las organizaciones de voluntariado: los ideales comunes que mueven la labor de cada individuo en un sistema compuesto por la solidaridad y los valores mutuamente asumidos.
Añadió que es un modelo de actuación individual en la actividad de un colectivo para el beneficio de otros y de uno mismo, el cual expresa la responsabilidad en relación con las acciones, dignifica y da identidad a la persona y al museo universitario.
La especialista dijo que en México aún no existe un seguimiento del “tercer sector”, como se le denomina en Europa y Latinoamérica. Sin embargo, ya empieza a tener presencia a través de la Asociación Mexicana de Voluntariado, dirigida por Emilio Guerra, en la Ciudad de México.
En tanto Blanca Cárdenas Carreón, egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, expresó: “Mi incursión a los museos fue como servicio social y voluntaria, en el área de Etnografía del Museo Nacional de Antropología, donde realicé la remodelación del acervo del lugar”.
La Licenciada en Etnografía comentó que en ese entonces sólo había tres personas contratadas de base, “el resto manejábamos las colecciones y piezas en general.
”Sin nosotros, gran parte de las exposiciones y proyectos hubieran tardado más tiempo en realizarse y habría sido más complicado”, subrayó al exponer el tema “Museos Universitarios de Antropología en México, ¿alguien dijo etnografía?” Comentó que los museos universitarios de contenido antropológico tienen la oportunidad de mostrar una identidad o un proyecto específico de un país y exhibir la investigación etnográfica.
Por su parte, María del Carmen García Maza, de la UAEM, destacó: “Podemos sobrevivir, pero sólo resolviendo lo inmediato, para todo lo que son trabajos extras sí requerimos de jóvenes de servicio social y prácticas profesionales y de voluntarios”.
Durante su plática sobre exposiciones itinerantes del Museo de Historia Universitaria “José María Morelos y Pavón”, dio a conocer que dentro de este lugar laboran únicamente tres personas y para poder cubrir todas las actividades se apoyan con ocho jóvenes de servicio social y prácticas profesionales, “lo cual ha facilitado el desarrollo de las acciones”.
Al no tener que ofrecerles, saben que es difícil que se abra una plaza, “por lo que si tienen oportunidad de otro trabajo, no hay forma de detenerlos”, concluyó.